5 platillos mexicanos con carne de cerdo

«Si sigues comiendo así te vas a poner como cerdito»… los mitos en relación a la salud van y vienen, por mucho tiempo escuchamos que la carne de cerdo no era recomendada por sus altos contenidos de grasa. Sin embargo, hoy nos toca defender a nuestro leal amiguito presentando cinco nutritivos platillos. Alta en proteínas, vitamina B, potasio, zinc, hierro y fósforo, la carne de puerco no es tan mala como se dice.

Chuletas de puerco adobadas

Carne de puerco

 

Traídos desde la espectacular Sierra Norte de Puebla, este platillo es un must para todo aquel aficionado al porcino. Tradicional de Xicotepec de Juárez, las carnes resultan extremadamente tiernas y deliciosas gracias al adobo en el que se marinan un día antes de ser preparadas. Comenzando con chiles anchos asados, comino, orégano, tomillo fresco, ajo y vinagre, todo se licúa y la carne se en la preparación. Al día siguiente se sellan las chuletas en sartén por ambos lados hasta que adquieran un color dorado rojizo. Finalmente se sirven y se acompañan con cebolla finamente picada, rábanos, lechuga, salsa verde y crema ácida. Puedes sustituir por costillas de puerco.

Lomitos de carne de puerco

Carne de puerco

 

Un particular secreto de la gastronomía yucateca que rara vez hace su aparición en los restaurantes. Pues es mucho más local y resulta más fácil encontrarlo en los mercados a primera hora por la mañana. Se compone de maciza de cerdo cocida en agua, a la que posteriormente se le agrega recado rojo (achiote, orégano, comino, pimientas negra y gorda), jugo de naranja, jitomates, pimientos y cebolla acitronada, junto con chile habanero y ajos asados. Se deja cocer a fuego bajo por largo tiempo hasta que la carne adquiera una textura tan suave que parece que se derrite en nuestras bocas, y hasta que el líquido de cocción haya adoptado una consistencia de salsa. Y listo, ¿Qué mejor que servirlo con frijolitos blancos yucatecos (ibis) o arroz blanco?

Espinazo de cerdo con verdolagas

Carne de puerco

 

El icónico platillo de todas las casas del centro del país. Nostálgico, nos recuerda esos días de nuestra infancia en los que cansados de jugar todo el día, volvíamos a casa. Nuestra madre (obviamente preocupada por nuestra salud emocional) nos esperaba con este platillo junto a un buen vaso de agua fresca. No me sorprende que prácticamente todas la fonditas sirvan este platillo, pues, es todo un clásico. Para prepararlo, primero se cuece la carne en agua, con cebolla, sal y ajo, hasta que esté tierna. Después se licuan los tomates verdes, chile jalapeño y el líquido de cocción, para formar una salsa. Finalmente se toman los pedazos de carne y se fríen ligeramente, se le agrega la salsa y las verdolagas. Se sirve cuando la preparación haya espesado y las verdolagas estén suaves.

Carne de puerco en mole verde de cacahuate

Carne de puerco

Un tradicional platillo de Panuco, al norte de Veracruz. Comenzamos con sofreír las costillas de cerdo cortadas en pequeños trozos junto con cebolla y ajo en una cacerola hasta que doren. Posteriormente se le agrega un poco de agua y se cuece a fuego bajo. Para preparar el mole, primero se tuestan los cacahuates y se licuan con tomate verde, pimienta gorda, chile serrano y el caldo de la carne. Finalmente se fríe ligeramente la carne de puerco y se le agrega el mole. Se deja cocer unos minutos más y estamos listos para disfrutar de este manjar.

Lomo de cerdo al horno

El especial de Navidad, forma parte de la legendaria trilogía decembrina del pavo, los romeritos y por supuesto, el lomo. Como era de esperarse en este listado de guisados con carne de puerco, sabemos que cada familia tiene su propia receta y evidentemente, cada abuelita defiende al suyo con la vida. Dejando ver sus fauces y mostrando sus garras. Sin embargo, nos hemos dado a la tarea de generar una receta híbrida que dejará a todos ustedes con ganas de más. Primero se cubre el lomo con un marinado de aceite de oliva, ajos machados, romero, sal y pimienta. Sellamos la pieza y posteriormente la metemos hornear con vino blanco y un poco de caldo de cerdo. El resultado final es una majestuosa pieza de carne que humea desde que sale del horno hasta que finalmente hace su aparición en la mesa.