Carta Editorial Mayo 2017

 

 

Carta Editorial Food and Travel > Mayo 2017

 

Viajar también significa volver. Hay que llegar a casa para desempacar todo lo aprendido, lo transformador de cada experiencia. Solo cuando se está de regreso, se entiende que la travesía nunca termina: se recuerda una y otra vez con tanta fuerza que la mente y el alma nunca se desprenden del todo del viaje. De ahora en adelante, cada instante, cada encuentro, cada sabor descubierto formará parte de lo que somos y de cómo miraremos nuestra cotidianidad.

Es después de ir y volver cuando tenemos más claro lo que sí queremos en nuestras vidas y a lo que habrá que renunciar.

Me di cuenta muy pronto que ningún viaje lleva lo suficientemente lejos, a menos que estemos dispuestos a recorrer también hacia el interior la misma distancia que nos lleva hacia un destino.

De muy poco nos sirve ver horizontes nuevos bajo la misma óptica. Sean cuales sean nuestras ideas y emociones, también viajamos con ellas, y a veces nos condicionan mucho más de lo que queremos aceptar. Por eso, para emprender el viaje hay que aprender a rendirse, a confiar y a cruzar los límites de los muros personales.

Quienes nos dedicamos a escribir historias que inspiran a los demás para recorrer el mundo, sabemos que el auténtico viaje siempre va acompañado por un recorrido más complejo y conmovedor hacia nuestro interior. El lugar al que vamos, el rincón desconocido o el país extranjero son solo metáforas de todo lo nuevo que tenemos que descubrir en nosotros mismos, es el permiso que nos damos para abandonar la estrechez de miras, las jaulas mentales.

Es solo en un viaje hacia adentro, hacia el fondo del laberinto, donde encontraremos la brújula que nos permita celebrar el mundo que nos rodea a cada paso que demos.

Cecilia Núñez  > Directora Editorial