El ritmo de samba de la ciudad brasileña conquista los sentidos, marca el compás y rompe los esquemas de sus visitantes, dice Dulce Fabiola Vega.

Melódicamente: así pareciera que se mueven los habitantes de São Paulo, ciudadanos que diariamente recorren las calles de la Ciudad que no puede Parar, llamada así por los mismos brasileños. Y es que esta urbe, considerada uno de los mayores centros de negocios y culturales de América, ofrece refugios de arte en movimiento, tanto culinario como plástico y musical. Con esta idea en mente, me dispongo a danzar por algunos de sus más sorprendentes y enigmáticos rincones.

El ritmo de los tambores se encuentra latente por toda la metrópoli y pareciera que me guía hacia el Sambódromo de Anhembi, construido en 1991 y diseñado por el arquitecto Oscar Niemeyer, quien trazó múltiples edificios paulistas. Sus blancos e incompletos arcos, con gradas de capacidad para 30 mil personas, ponen a correr mi imaginación, tanto que casi puedo observar el colorido desfile que —año con año, en febrero— las escuelas de samba realizan durante el Carnaval de São Paulo.

São Paulo

Hago mi primera parada culinaria en el Mercado Municipal de São Paulo, conocido como mercadão, un enorme recinto culinario de dos pisos y 12,600 metros cuadrados, decorados con columnas de estilo griego que enmarcan un colorido vitral semicircular. Entre sus locales del piso inferior encuentro conservas de aceitunas, carnes frías, postres típicos como el brigadeiro (trufas de chocolate con leche condensada) y frutas locales como el cajú: de forma parecida a un pimiento, pero más pequeña, agria y jugosa. En el segundo piso descubro el restaurante Terra Mar y pruebo el escondidinho, un platillo cuyo nombre se traduce literalmente como escondidito, pues su puré de yuca cubre la carne deshebrada y el queso. Ahí también saboreo el tutu de feijão: frijoles cariocas cocidos con harina de yuca y carne de cerdo, que maridé con una tradicional caipirinha, coctel de cachaça, limón, azúcar y hielo.

Luego, descubro los ensayos nocturnos de Mocidade Alegre, una de las escuelas de samba más respetadas entre los locales, pues gracias a su maestría instrumental y dancística, han sido ganadores asiduos del carnaval anual, lo que provoca admiración y contagia alegría entre los asistentes a sus frecuentes espectáculos.

Poco a poco, las percusiones comienzan a subir en tono y frecuencia; repentinamente, las trompetas acompañan la composición, y al cabo de unos instantes, los más de 50 músicos me tienen —junto con el resto de los asistentes— marcando el compás con pies y cadera, ritmo que correría por mi cuerpo y mente durante toda la travesía.

São Paulo

Legado mestizo

Mientras cuento los tiempos hasta llegar al barrio de La Liberdade —sitio donde vive la mayor población japonesa fuera de Japón— noto la diversidad étnica que existe en São Paulo, cuyos habitantes cuentan con linajes italianos, japoneses, españoles, portugueses y nativos.

La arquitectura y señalizaciones con rasgos orientales comienzan en la Plaza Libertad: semáforos con toriis (arcos tradicionales que en tierras niponas marcan la entrada a santuarios sintoístas); faros redondos de color rojo y blanco llamados suzurantõ; templos budistas cuyo acceso es limitado debido a que son espacios con fines espirituales, y personas que, de no ser porque se comunican en portugués, cualquiera confundiría con japoneses nativos.

Ahí consiento mi paladar con un viaje ecléctico por los diferentes locales y restaurantes que ofrecen preparaciones niponas, tropicalizadas al estilo brasileño. Es domingo, por eso tengo la suerte de vivir la Feria Oriental que se organiza con puestos de comida típica. Ahí comienzo con una guioza del negocio de la familia Nakamura, una especie de dumpling con masa de arroz, relleno de puerco y asado a la parrilla, acompañado de papas bañadas en una salsa cremosa y refrescante de perejil. Justo antes de terminar de saborear sus notas neutras, encuentro el Jardim Oriental, cuyo estanque circular, rodeado de bambúes, le otorga un ambiente zen que invita a sentarse y sentir la brisa.

São Paulo

La cultura italiana también tiene cabida en esta urbe, pues de los 12 millones de personas que sambean aquí, aproximadamente la mitad tienen ascendencia de ese país. Busco comprobar el legado que ellos han dejado y me enfilo hacia el Centro Histórico de la ciudad. Ahí se levanta el Edificio Martinelli. Que me da la bienvenida con un aire de gran elegancia al estilo europeo, gracias a su arquitectura clásica con mampostería de tres tonalidades de rosa. Asciendo a la cima de sus 130 metros y 30 pisos para descubrir que en la azotea existe la Casa do Comendador, construida en la cúspide por el entonces dueño Giusseppe Martinelli, para comprobar que la obra más alta de América Latina —título que ostentó hasta 1946— no se derrumbaría.

Desde ahí observo a São Paulo en toda su magnificencia, y a pesar de que actualmente hay construcciones más altas —como el Altino Arantes, con 161 metros—, imagino los fantásticos atardeceres que disfrutaba Giusseppe Martinelli.

Cambio a un ritmo más tranquilo y camino hacia el Edifício Itália, situado en el Centro Novo de la ciudad. Una vez ahí, subo a Terraço Itália, en el piso 41, distinguido restaurante con panorámicas metropolitanas y platillos de inspiración italiana a cargo del chef Pasquale Mancini. Abro el apetito con una caipiroska, una versión de caipirinha con cachaça, vodka, frutos rojos, limón y azúcar. Mientras escucho la música de piano. Llega una ensalada de la huerta con salmón marinado y crocante de mandioca, de notas que impulsaban el sabor marítimo. Continúo con un tradicional risotto de jitomate cherry y arúgula, acompañado de salmón a la parrilla; remato con peras al vino blanco y sorbete de crema.

Vibraciones artísticas

El compás de la naturaleza lo encuentro en el Parque do Ibirapuera, donde atentamente escucho las notas que el viento produce al mecer las ramas y al pasar por las rojas y blancas curvas del Auditorio Ibirapuera, diseñado por el arquitecto Oscar Niemeyer. Al interior, su forma de trapezoide le otorga una acústica gloriosa.

Ahí, observándolo de frente y rodeada de la vegetación que este pulmón urbano de más de 1,500 kilómetros cuadrados ofrece, obtengo la premisa del arte visual que late en São Paulo.

Fuera del centro de la urbe existe una galería que pareciera sacada directamente de una fantasía: Beco Do Batman en Vila Madalena, en cuyo acceso se exhibe una pintura del popular superhéroe elaborada en los años 80.

Camino lentamente hacia el callejón con los ojos bien abiertos, y observo desde el principio cada centímetro de sus coloridas paredes, todas colmadas de arte urbano que se renueva mediante la aprobación de una sociedad formada por artistas.

São Paulo

El arte continúa en la Avenida Paulista, la más emblemática de la metrópoli. Ahí se ubica el Museo de Arte de São Paulo (MASP), que flota gracias a dos soportes rojos que lo separan de una explanada. Dentro se exhiben piezas invaluables de autores como Picasso, Edgar Degas, Diego Rivera, Van Gogh, David Alfaro Siqueiros y Toulouse-Lautrec. Salgo de ahí con pruebas suficientes de que en la artística São Paulo la estética se transforma de acuerdo con el entorno para complementarlo.

Para despedirme con una última visita culinaria, hago una parada en Vento Haragano, una de las churrascarías más famosas de la ciudad. La experiencia comienza con un desfile de espadas, y poco a poco saboreo los distintos cortes de carne:

  • Picanha, de sabor intenso y gran suavidad por ser la parte dorsal que se encuentra justo arriba de la cola de la res.
  • Alcatra, conocido en México como top sirloin y situado debajo de la picanha.
  • Fraldinha, conocida como vacío, y peito o pecho de la vaca.
  • Finalizo con una mousse de maracuyá, con notas equilibradas entre el dulce y el ácido que limpian mi paladar. Ahí hago un recuento de los tiempos, giros y pasos que hice en São Paulo, solo para recordar que regresaré.

Información de viaje

Situada en el sureste de la provincia homónima, la ciudad brasileña de São Paulo es uno de los principales centros comerciales de América Latina, además de un punto de convergencia para culturas inmigrantes cuyos legados aún podemos admirar entre sus calles, gastronomía y personas.

La moneda oficial es el real brasileño (1 BRL = 6,03 MXN). El mejor tiempo para visitarla es entre abril y septiembre, ya que son los meses menos lluviosos.

Aún así te recomendamos siempre llevar una chamarra ligera contigo.

Cómo llegar

LATAM Airlines (latam.com) tiene vuelos directos desde la Ciudad de México a São Paulo. Vuelo redondo desde $699 USD.

Dónde quedarse

InterContinental Hotels Group opera distintas marcas hoteleras ideales para cada tipo de viajero. ihgplc.com

Holiday Inn Parque Anhembi A unos pasos del Sambódromo de Anhembi y cercano al aeropuerto de Guarulhos, este hotel con 780 habitaciones, destaca por su miércoles de feiojada, platillo típico de Brasil. Habitaciones desde $98 USD. holidayanhembi.com.br

São Paulo

Hotel Staybridge Suites São Paulo Perfecto para vivir una experiencia como local, pero con todas las comodidades de un hotel. Sus 215 habitaciones son acogedores apartamentos donde podrás descansar y consentirte. Habitaciones desde $125 USD. ihg.com/staybridge/hotels

InterContinental São Paulo Situado en el corazón de la ciudad, a tan solo una cuadra de la Avenida Paulista. Ostenta un estilo sutil de elegancia contemporánea que vibra en cada uno de sus espacios y 195 habitaciones. Habitaciones desde $264 USD.

Dónde comer

Mercado Municipal Uno de los centros culinarios más importantes de São Paulo. En su terraza encontrarás restaurantes, y debajo de ellos verás comercios de distintos productos gastronómicos. El clásico para saborear es el sándwich de mortadela tradicional. oportaldomercadao.com.br

São Paulo

Terraço Itália Es un restaurante bar ubicado en el Centro Novo de la ciudad. Desde él podrás admirar una impresionante vista de São Paulo mientras degustas sabores del chef italiano Pasquale Mancini. Reserva con antelación y comienza con una caipiroska. terracoitalia.com.br

Vento Haragano Una de las churrascarías más reconocidas de la ciudad, ubicada a 20 minutos en automóvil de la Avenida Paulista. Te recomendamos ir con apetito, ya que las porciones serán generosas. ventoharagano.com.br

LEE nuestra
revista digital

Febrero - Marzo 2024
Febrero - Marzo 2024

FOOD AND TRAVEL PLAY

Dulce Fabiola Vega

Dulce Fabiola Vega

Todo lo que tiene que ver con la comida, es de su interés. Desde las recetas y anécdotas detrás de ellas; los significados culturales que se les da y hasta cómo las prácticas de agricultura regenerativa y sostenible contribuyen al sabor de un perfecto caldito de olla. Por curiosidad, también investiga sobre desperdicio de alimentos y biodiversidad. Escribe y viaja cada que puede, casi siempre con el objetivo de compartir y aprender. Síguela en Instagram como: @dulzirri

Te podría interesar

Más sobre

Hospédate en una de las casas de Belmond Casa de Sierra Nevada

Hospédate en una de las casas de Belmond Casa de Sierra Nevada

Conoce todos los detalles de la nueva opción de hospedaje de Belmond Casa de Sierra Nevada. Este refugio de ensueño, ubicado en San Miguel de Allende, destinó tres de las siete casas que componen la propiedad para que tengas privacidad para disfrutar con tu familia o amigos cercanos.