De corazón purépecha

Cuando Rafael Pereznares decidió construir la Hacienda Ucazanaztacua, a orillas del lago de Pátzcuaro, lo hizo convencido de que era necesario que la herencia purépecha resaltara. Es por eso que le tomó 10 años en edificar el hotel, pues los adobes se hicieron a mano con el método tradicional.

Hacienda Ucazanaztacua

La mano de obra fue proporcionada por artesanos oriundos de la región y la mejor calidad de los materiales disponibles. Tal es el caso de los sillones que fueron elaborados con fibras naturales como la chuspata que produce el lago. El personal del hotel también es purépecha, y vive en una aldea cercana de pescadores con el mismo nombre de la hacienda, la cual está también a orillas del lago y a diez minutos de Tzintzuntzan.

Cada una de las sus seis habitaciones cuenta con toques únicos que hablan del estado que las acoge como artesanías de cobre, así como otros detalles que poco a poco irás descubriendo. Su restaurante tiene un poco de todo, aunque probablemente te decidas por la sección de especialidades michoacanas, entre las que destacan los charales, el pozole, el churipo y las enchiladas placeras. Suite Parikuni desde $240 USD. haciendaucazanaztacua.com