El pasado primero de abril adelantamos nuestro reloj una hora. Esto indica, de manera institucional, que el verano ha llegado a nuestras vidas, sí aunque estemos en primavera, el verano nos ha alcanzado. Y durante esta época los habitantes de la Ciudad de México dormimos con una pequeña frazada, salimos a la calle con prendas ligeras, sandalias y nos alimentamos con fruta de temporada para refrescarnos. ¡Checa algunas de ellas y corre a saciar tu antojo!

Fresa

 

Un elixir dentro de las frutas. No es hacer menos a las otras frutas, sino reconocer que su color rojo, su granulado amarillo que revienta partícula a partícula en nuestra boca, y su moño además de su tamaño, son la síntesis perfecta de la fruta primaveral. La fresa evoca la primavera y es posible encontrarla de marzo hasta julio. Algunos dicen que su origen fue en Europa, otros que un militar francés la llevó de Chile a Europa.

Mango

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Venido de la India y Birmania, en la actualidad uno de los mayores exportadores de mango es México. Abundan sus formar y especies, lo que es un patrón es ensuciarse las manos y la boca a razón de su jugosidad y textura. Cada mordida se asemeja a mordisquear una nube. Lo podemos encontrar desde marzo hasta agosto.

Piña

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Su origen no está calculado con exactitud. Lo que se sabe es que pertenece a la región de América del Sur, en Brasil, Paraguay y Argentina. Sin embargo hoy México es un importante productor de piña encontrándola todo el año, aunque su mejor producción, por su exquisito sabor en los meses de marzo, abril, mayo y junio. La época de producción varía según la región donde se encuentre.

Naranja

fruta

El naranjo dulce, que se diferencia al amargo que sólo aporta un rico olor, es el cítrico más cultivado seguido por la mandarina y el limón. Se registra su procedencia en Asia, concretamente en la zona sureste de China. Es poco el aporte energético de esta fruta debido a su gran cantidad de agua y vitamina C, pero ello no disminuye el placer de ingerir una fresca agua de naranja.

Sandia

fruta

Un fruto que se consume desde hace más de 4,000 años. Se tiene registro en asentamientos e iconografía egipcia, incluso la del rey Tutankamón. Por ello se considera que el fruto ha sufrido distintas modificaciones genéticas hasta ser hoy la mayor aproximación de imaginar el sabor del arcoiris. “Lo que comen los ángeles”, decía Mark Twain, se puede encontrar de a marzo hasta agosto.

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