El vino es un camino que no tiene final” dijo Edgardo Etcheverry, propietario y miembro de la tercera generación de Bodegas Castillo Viejo, un proyecto familiar fundado en la región de San José, al sur de Uruguay, hace ya 90 años. Contaba el Señor Etcheverry, con sentido de añoranza, la historia de la vid en tierras uruguayas. Fue a finales del siglo XIX que, a través de barcos de migrantes italianos, franceses e ingleses, arribó la primera viña, al norte del país.

La historia de Bodegas Castillo Viejo

El abuelo de Etcheverry llegó en un barco francés y a partir de ahí, la historia ha continuado con una de las bodegas más antiguas de Uruguay, cuatro generaciones y viñedos en los que predomina la cepa tannat; bautizada así por su alto nivel de tanicidad, esta uva tinta poco común, da origen a vinos con potencial de larga guarda. Fue gracias a los monjes benedictinos y a los peregrinos, entre Francia y España, específicamente en Madiran, ubicado en el Camino de Santiago, que la tannat cobró fama e importancia.

Bodegas Castillo Viejo

Esta variedad no se extendió en Francia más allá de la región de Compostela, debido a su difícil adaptabilidad. Afortunadamente la oleada migratoria de Europa hacia América permitió la llegada de algunas plantas de esta variedad a Uruguay. Poco a poco se fue extendiendo y adaptando, convirtiéndose en la cepa emblemática del “pequeño gigante de Sudamérica”, y éste, en el único exportador de vinos 100% tannat del mundo.

La cercanía de los viñedos al Río de la Plata y al Océano Atlántico, otorga una brisa continua y un clima marítimo de temperaturas muy cálidas, entre 31 y 32 °C en el día, y de 14 a 15 °C por la noche, que contribuyen a lograr los niveles óptimos de maduración. El ecosistema de la región es muy similar al de Bordeaux, la diferencia está en los suelos, no muy fértiles, lo cual hace que se busque la máxima calidad.

De las 90 hectáreas, el 20% representa la cosecha de uvas blancas: Sauvignon Blanc y Chardonnay, mientras que el 80% restante es para uvas tintas: Tannat, Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc, Merlot y Tempranillo. La búsqueda por la excelencia continúa vigente en el método artesanal y manual de elaboración de estos vinos, con el fin de conservar la parte física, el racimo, siendo la cepa con más poder antioxidante del mundo.

El 99% de los vinos blancos se cosechan durante la noche, entre las 9 de la noche y las 5 de la mañana, y el 1% durante el día; una técnica poco conocida empleada para preservar las características químicas y lograr un vino excepcional. El Sauvignon Blanc 2016 refleja el clima seco y el vasto sol de Uruguay. De manera sorpresiva, Etcheverry trajo desde su tierra natal un vino espumoso natural, llamado Harraspen, nombrado a partir del pequeño pueblo francés que vio nacer a su abuelo.

Bodegas Castillo Viejo

El Tannat

Tanto el Tannat Isla de Lobos Premium 2015 y el Tannat Isla de Lobos Ultra Premium Gran Reserva 2014, ambos 100% tannat, a la vista, presumen su intensa coloración roja violácea, a veces con tonalidades granate, limpia y brillante. Y en sus aromas predominan los frutos negros y rojos silvestres muy maduros del bosque, así como notas especiadas y la presencia de chocolate y café, que anuncian interesantes maridajes.

El Tannat Cabernet Franc Reserva 2014, es el tinto a partir de una mezcla entre ambas variedades y es fino, elegante y sutil. Estos vinos concentrados, potentes, bien estructurados y de gran complejidad se caracterizan por su notable balance entre la acidez y la fruta.

Además, su fuerte presencia en boca, persiste con un abundante final; sus taninos superan en intensidad a los de la Cabernet Sauvignon.

Bodegas Castillo Viejo

El Preciado

Finalmente, una segunda sorpresa fue poder probar el vino ícono de Bodegas Castillo Viejo, El Preciado, una mezcla de las cinco uvas tintas que se cosechan. Su historia surge a partir del descubrimiento de un tesoro dentro de un barco español hundido, encontrado por el investigador Félix Collado en el periodo de la colonización.

Estos vinos tintos van muy bien con la comida mexicana, y en Uruguay, el mejor acompañante es el chivito, sin embargo las carnes rojas, piezas de caza, quesos fuertes y pastas bien condimentadas, resultan en un gran maridaje. Así que apreciar un buen tannat es siempre una experiencia sensorial que seduce por su originalidad, por su potencia y por su expresión plenamente frutal. Puedes encontrarlos en cualquiera de las seis tiendas de La Naval.

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