El furor del té en Malasia

En el poblado de Cameron Highlands, en Malasia, la bienvenida corre a cargo de plantaciones de té, fresas y lavanda. Bajo un bosque nuboso, Michael Raffael prueba su rica gastronomía tradicional.

A orillas de la ruta federal 59, la carretera que conduce a Cameron Highlands, cinco automóviles se detienen en uno de los tantos puestos. Me pregunto por qué pararon precisamente ahí y no en el de junto, donde venden botellas de miel silvestre. Después me entero de que es para comprar tongkat ali, una raíz que todo malasio apasionado conoce, pues es un tipo de viagra natural.

Los orang asli, la etnia que la recolecta, subsisten en kampongs (aldeas) en medio de la jungla, en los que parece que el boom económico del país pasó por alto. Asimismo, los recolectores pueden ganar dinero vendiendo raja kayu, un tipo de madera mágica que es traslúcida cuando la luz la atraviesa. Los chinos compran tiras de esta madera para hacer amuletos y brazaletes que los ayudan a protegerse de las malas energías.

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Cameron Highlands, sitio que surgió como una aldea de montaña en los años 20, ha perdido todo menos el recuerdo de su apogeo colonial, y ahora se convirtió en un tipo de híbrido curioso. Aquí se dirigen los malasios que huyen del calor húmedo de Kuala Lumpur o Ipod para respirar aire fresco. Bajo muchas hectáreas de toldos de plástico, los agricultores cultivan casi la mitad de los vegetales que se consumen a nivel nacional. Las plantaciones de té recuerdan a las montañas rusas por sus pendientes y valles. Por ambos lados del camino desde la capital, Tanah Rata, hacia la población vecina, Brinchang, se ve a los comerciantes que compiten por vender más.

La región le debe su nombre a William Cameron, el topógrafo inglés que en 1885 exploró el sitio montado en un elefante. Los británicos tardaron otros 40 años en asentarse y construyeron casas estilo neo-Tudor, como The Smokehouse Hotel o The Lakehouse, que actualmente se renovaron para ser casas de campo-hotel. De arquitectura similar, los condominios con entramados de madera en el techo adornan los rincones de este paisaje tropical. Más que un viaje a un sitio remoto de belleza natural, esta escapada es animada y llena de sorpresas.

Fresas del paraíso

Lo que se inició como un cultivo en huertos privados, se convirtió en la mayor atracción e industria del país, aunque la reputación de cultivar fresas es legado del imperio británico.

Raju Selveraj Veerapen las ha cultivado en su granja en Raju’s Hill por más de 20 años. Sus padres, oriundos del sur de India, han cosechado vegetales en la hectárea que les facilitó el gobierno. Cuando empezó el cultivo de fresas, recuerda que las sembraban en tierra, por lo que tuvieron que usar muchos químicos y fue muy caro. Más tarde cambió la técnica por un sistema holandés, cultivándolas en bandejas donde pueden crecer aproximadamente 100 mil plantas bajo techos de PVC.

“Muchos turistas vienen a recolectarlas para llevarse fresas de regreso a casa. Festival, la variedad que usamos, es muy firme y no se daña en el camino. El sabor dulce depende del clima, que cambia constantemente, pues el día puede estar caliente, frío, húmedo o seco, así que cuando hace mucho frío, no hay Sol suficiente o llueve mucho, las fresas no saben bien”.

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Este fruto se vende a lo largo del año y llega a todo tipo de mercado. El café Raju Hill ofrece fresas en waffles, tres tipos de pastel de queso, helados, refrescos, mermeladas, malteadas y jugo recién hecho. Además, en su tienda de regalos hay todo tipo de artículos relacionados con el fruto, ya sean agujetas, sombrillas, carteras y piyamas. El frenesí de la fresa se refleja en todos lados. En el Mercado Nocturno de Brinchang se ven filas de clientes que compran satays (brochetas) de coco y fresa con chocolate derretido. Mientras en Spa Village, del impresionante Cameron Highlights Resort, una masajista balinesa baña a su clienta en un té de fresa antes de exfoliar su cuerpo con puré de fresa molida.

Al ir por la carretera da la impresión de ver una imagen perfecta de los años 50, en la que parte de las atracciones del paisaje incluyen una variedad de granjas, principalmente de hongos, lavanda y cactus. A pesar de la creciente urbanización aún hay un aire que recuerda a mediados del siglo XX; para un malayo, los objetos antiguos guardan cierta fascinación, como si fueran reliquias invaluables que han heredado.

En lugares más apartados se ven otras curiosidades vintage más funcionales. Por ejemplo, los antiguos Land Rovers tienen un valor especial, y aquí hay más que en cualquier otra parte del mundo. En las puertas o cofres tienen estampados, y pagan un impuesto de 10% para circular por carretera, siempre y cuando permanezcan dentro de la frontera nacional. El conteo aproximado de estos vehículos es de más de 7 mil, número que casi equivale a la población de Tanah Rata. Los propietarios los conducen y los reparan hasta agotar su vida útil.

Alrededor de un barco de vapor

Sin los confiables vehículos 4×4, los agricultores de frutas y vegetales nunca podrían tener acceso a sus remotas parcelas. Las granjas parecen encontrarse escondidas a propósito y solo se ven las plantaciones rodeadas de jungla. Hay productos por doquier, lo que resulta en una mezcla de cultivos europeos y asiáticos. Al lado de calabazas y coliflores, camotes, ajos silvestres, elotes y un montón de frutas tropicales, un puesto de verduras de la granja Kea abastece a su clientela. La propietaria, Mika, nos da a probar buah cinta, cuyo nombre en chino se traduce como fruto del amor, descripción que le va a la perfección al ser agridulce. Antes de comerlo, corta la punta de este fruto con forma ovoide y luego me dice que lo meta a la boca, lo aplaste y lo chupe al mismo tiempo.

En Brinchang, la granja Cameron Organic tiene un restaurante homónimo. Su especialidad es el barco de vapor, un platillo chino-malayo servido en una pequeña olla mongola, parecida a la cazuela caquelon para el fondue. A la mitad de la mesa, Shifu, el camarero, nos sirve una olla de dicho caldo.  

El carbón lo mantiene cociéndose a fuego lento, y hay un embudo metálico que funciona como un tubo de escape. Alrededor, hay platos para compatir de ensalada, pak choy, brócoli, champiñones, zanahoria, dumplings, huevo y fideos con un par de salsas para acompañar. Comer es una experiencia para compartir, de manera que los comensales se sirven de la misma olla. Con ayuda de los palillos agarro montones de brotes de soya, enoki o tofu para bañarlos en el caldo. El truco es comer tantos bocados como sea posible antes de que alguien me los gane.

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La razón por la que este platillo es tan popular en Cameron (hay al menos 12 restaurantes con esta especialidad) se debe al clima. Las temperaturas oscilan en los 10 grados, y para los malayos, este caldo es una comida reconfortante que no cuesta más de 6 dólares por persona.

Cactus Valley está en una colina, que más parece un invernadero inmenso donde hay miles de cactáceas de toda forma posible. También hay un restaurante que ofrece barco de vapor, pero en una versión para carnívoros. Se ve al hijo del propietario, Yeo, encender el carbón con un brasero, mientras su yerno, Wei How, dirige la cocina, supervisando las ollas de barro con vinagre de cerdo y bak kut teh, un estofado de carne con ajo, regaliz y moras goji. El barco de vapor está asentado sobre una parrilla alrededor de la chimenea central. Como si fuera un ritual, antes de comer se fríen tiras finas de panza de cerdo hasta dorarlas. El jugo caliente se escurre en el caldo, lo que le da más sabor a las verduras y langostinos.

Más tarde nos enteramos de que este platillo también está en Water Crest Valley, una cafetería cuya terraza tiene vista a parcelas de berro plantadas por un antiguo oficial del ejército británico en 1966. Los visitantes murmuran de admiración antes de tomar té de berro endulzado, mientras observan el paisaje.

Información de viaje

La moneda de Malasia es el ringgit, conocido también como dólar malayo (1 MYR = 4.45 MXN),  y el huso horario es de GMT+8. La región está situada en la península de Malasia, a unas 3 horas en coche al norte de Kuala Lumpur. Las temperaturas no varían mucho, por lo que todo el año se encuentran a 30ºC.

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Cómo llegar

United Airlines vuela de la Ciudad de México a Kuala Lumpur vía Houston o Nueva York y Tokio. united.com KLM vuela desde la Ciudad de México a Kuala Lumpur, vía Ámsterdam. klm.com

De Kuala Lumpur a Cameron Highlands existen varios servicios de camión. (GT Express, Unititi Express, CS/Qistna Express).

Recursos

Turismo de Malasia publica noticias, eventos y consejos, así como guías para explorar el país entero. Para obtener mayor información sobre ideas, itinerarios y tips de viaje a Cameron Highlands y los alrededores, visita http://malaysia.travelmalaysia.travel

Viajero verde

Si quieres compensar las emisiones de carbono, visita climatecare.org para apoyar proyectos medioambientales en el mundo entero.

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Dónde comer

Mercado Nocturno Brinchang Este sitio es una escaparate maravilloso de todas las etnias de la región y su estilo de comida. Los vendedores ambulantes ofrecen una variedad de curries, camote espolvoreado de ajonjolí, apam balik (un pastel dulce con elote y nuez), satays. Come un poco de todo y apenas gastarás unos cinco dólares.

Cactus Valley Es una atracción turística convertida en tienda, ubicada en Brinchang, donde los viajeros compran plantas para llevar a casa. Además cuenta con un restaurante que ofrece comida chino-malaya. Precio del festín que incluye el platillo barco de vapor calentado al carbón, servido en platos de barro, desde $17 USD para dos personas. cameron.com.my/cactus-valley

Cameron Organic Si no corres con suerte, un autobús lleno de turistas habrá llegado y ocupado todas las mesas, pero regresa media hora después y no tendrás ningún problema. Éste es el primer restaurante orgánico de barco de vapor en Malasia, cuyos ingredientes son suministrado por su propia granja. Precio $14 USD para dos personas, incluidas bebidas. cameronorganic.com.my

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Singh Chapati Ubicado en una callejuela trasera en Tanah Rata (no hay muchas, así que es fácil de encontrar), en este restaurante se ofrece auténtica comida casera punjabí, que es sencilla, fresca y rica. Sé paciente y tómate un lassi o té mientras esperas, ya que los platillos se preparan según se van ordenando. Precio de $14 USD para dos personas. 1 Brij Court, Tanah Rata

Water Crest Valley Esta granja de berros también es una curiosidad. Es un buen lugar para comer barco de vapor, además de tener una vista fantástica. Un par de platillos y bebidas hechos con berro desde $7 USD para dos personas. Jalan Besar, Tringkap. 

Dónde quedarse 

Cameron Highlands Resort Adornado con telas de Thai Silk Company, este hotel-spa tiene 56 habitaciones y suites, que incluyen muebles diseñados a la medida, además de contar con vistas a los campos de golf y las exuberantes colinas. En el spa, prueba el baño de fresas y té, un scrub de fresas molidas y un wrap al finalizar el masaje. Habitaciones dobles desde $98 USD. cameronhighlandsresort.com

Casa de la Rosa Hotel bien diseñado de tres estrellas con habitaciones limpias y modernas, situado cerca de un campo de golf. Habitaciones dobles desde $47 USD. hotelcasadelarosa.com.my

Planters Country Hotel Conocido anteriormente como “Bala’s”. A pesar de necesitar una remodelación, está ubicado en un encantador edificio estilo neo-Tudor lleno de artefactos de antaño y un jardín bien cuidado. Los propietarios indios contrataron a un buen cocinero, conocido por sus curries, sin mencionar los tés y scones muy al estilo inglés. Habitaciones dobles desde $32 USD. balaschalet.com

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The Lakehouse Construido con entramado de madera, este hotel tiene hermosos jardines que dan vista al lago. Está lejos del ajetreo de la ciudad por su ubicación cercana al pueblo rural de Ringlet. Habitaciones dobles desde $130 USD. lakehouse-cameron.com

The Smokehouse Hotel Se trata de un inn traditional inglés, o al menos así es como se promueve y, en efecto, es lo que ofrece al huésped, incluido un menú con filete Wellington y crumble de fruta con natilla. Las habitaciones son más acogedoras y caseras que los inns usuales, pero es más parecido a un hotel-casa de campo. También tiene tres bungalows privados, así como suites. Habitaciones dobles desde $92 USD. thesmokehouse.com.my

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