Juan Cabrera y Antonio de Livier cocinan por Gastromotiva

Crear olas de alegría, satisfacción y placer a través de la comida suele ser uno de los grandes e invaluables regalos que reciben los chefs y cocineros. Y cuando los comensales terminan la experiencia culinaria en sus restaurantes. Sin embargo, ¿qué pasa cuando la cocina llega más allá? Cuando ésta, logra crear conciencia alrededor de temas tan delicados como los sociales y económicos. Cuando toca la vida de cientos de personas para darle un nuevo rumbo. ¿Quieres descubrir Gastromotiva? Texto: María Elizalde.  

Esto es lo que ha logrado el chef brasileño David Hertz a lo largo de 11 años con su proyecto Gastromotiva, el cual inició en la cocina de su casa con cinco jóvenes que vivían en vulnerabilidad social y a quienes enseñó a cocinar para salir adelante. Hoy, esta iniciativa ha apoyado a más de 85,000 personas en Brasil gracias a la red de educación y restaurantes -en los cuales trabajan los jóvenes- que forman parte del proyecto.

Hace poco más de un año Gastromotiva llegó a México con el apoyo de Alejandro de la Peña -restaurantero con más de 25 años de experiencia- y el pasado martes 25 de julio, tuve el gusto de ser parte de una cena a cargo de los chefs Juan Cabrera y Antonio de Livier en Fonda Fina a beneficio de Gastromotiva.

¿Cómo comenzó?

Todo inició con el coctel de higo, chicozapote y mezcal Montelobos que sirvió para romper el hielo entre las personas que estábamos en la mesa acompañados, en inicio, del chef Juan Cabrera al que se le veía feliz por ser parte de un proyecto tan especial. Mientras se escuchaban las risas de los presentes, aparecieron los primeros tiempos: la almeja reina rellena de tuétano y panko que fue una maravillosa fiesta de sabor y, la deliciosa torta de chilaquiles y pulpo de chileajo.

Gastromotiva y su estilo culinario

Aquí se encuentra el estilo de Antonio y Juan contrastó con el ya conocido Birriamen del primero y el pescado en salsa verde, cuernitos con hongos de lluvia y chirivia, del segundo. Cada uno con su personalidad, me conquistaron con sus sabores contundentes y sutiles -respectivamente- con su juego de texturas e impecable presentación. A estos platillos siguió la picaña de res ahumada, enfrijolada y puré de plátano que fue la antesala del postre que cerró la noche: flan de aguacate con salsa de cereza y helado de almendra.

La parte culinaria llegaba a su fin, pero las palabras que brindó Alejandro Peña a todos los invitados terminaron de tocar el alma: “…el cambio del país está en tender la mano unos a otros, Gastromotiva es un compromiso de por vida… Esto es de todos. Todos somos Gastromotiva”. Así, Fonda Fina se llenó de aplausos y sonrisas, tanto en los comensales como en el equipo de cocina formado por los jóvenes de Gastromotiva que plasmaron su esfuerzo, pasión y aprendizaje en esta inolvidable cena. gastromotiva.org