Monte Xanic, en vertical

Pocas veces se tiene la oportunidad de degustar vinos de la misma bodega, la misma variedad de uvas pero de diferentes añadas. De eso se trata una cata vertical, de poder ver y descubrir cómo va cambiando la uva en las vendimias de diferentes años. Para apreciar cómo la tierra influye, e incluso el clima, el sol, la lluvia… Porque como todos sabemos, el vino tiene vida propia y evoluciona por momentos. Mira nuestra nota sobre Monte Xanic.

Esa fue la premisa que recorría un encuentro en un lugar con vistas privilegiadas –el Balcón del Zócalo– organizado por la bodega mexicana Monte Xanic. Ubicada en el Valle de Guadalupe, la zona vinícola mexicana más reconocida. Así, salimos a media mañana dirección al Zócalo de la Ciudad de México, para llegar y ver cómo desde las alturas la Catedral Metropolitana lucía imponente en un día soleado.

Balcón del Zócalo Monte Xanic

El restaurante el Balcón del Zócalo

Ubicado en el Hotel Zócalo Central, fue el lugar elegido por la bodega Monte Xanic para desarrollar una cata vertical de su Edición Limitada Syrah-Cabernet Sauvignon de los años 2008, 2010 y 2012. Así, descubrimos cómo este ensamble de uvas ha ido evolucionando, no solo en color, también en aromas y sabores. Para demostrar que todavía estas añadas tienen mucho que ofrecer al buen bebedor de vino mexicano.

Para maridar esta experiencia

El chef José Antonio Salinas quien está al frente de la nueva cocina de este restaurante, preparó unos platillos especiales que armonizaban con algunos de los vinos de Monte Xanic, incluidas las añadas de la cata vertical. Así, para comenzar, probamos el Monte Xanic Sauvignon Blanc 2015, un blanco fresco que ha llegado al mercado hace apenas unas semanas. Donde los aromas tropicales le iban perfecto a una tostada de atún con pico de gallo de piña.

Balcón del Zócalo Monte Xanic

Tres tiempos

Después, comenzaban los tres tiempos fuertes de la comida-maridaje, para acompañar los vinos probados en la cata vertical. La añada 2008 acompañaba un pulpo a las brasas, inspirado en el pulpo a la gallega español, pero en versión mexicana gracias a una mezcla de chiles tostados (meco, pasilla, guajillo) secos y hechos en polvos, más aceite de oliva de Ensenada.

A continuación, una espaldilla al carbón con salsa de chipotle y mole negro de ceniza, cocido a término medio y servido con cebollas caramelizadas con merlot, para acompañar la añada de 2010; mientras que la 2012 cerraba los platillos fuertes junto a un pork belly, ahora que está tan de moda en las cartas capitalinas.

Monte Xanic

La mano derecha del chef Salinas, la chef Mariana, cerraba esta experiencia culinaria-vinícola con un flan de queso deconstruido en el plato, con viruta de galleta, brote de chícharos, manzanas carameladas y compota de manzanas, para el que Monte Xanic eligió su Chenin Blanc Cosecha Tardía 2015.

Así, mientras la tarde comenzaba a caer, abandonábamos estas vistas inmejorables con los acordes de los honores a la bandera en pleno corazón de la Ciudad de México, y pensando en volver otro día para seguir disfrutando de la culinaria y los vinos mexicanos. montexanic.com.mx, balcondelzocalo.mx

Balcón del Zócalo Monte Xanic