Romeritos, campestres y clásicos navideños

A pesar de su nombre, los romeritos no tienen ningún parentesco con el romero; de hecho lo único que los relaciona es el nombre y la forma de sus hojas, que por cierto, son muy tiernas. Seguro los has saboreado, ya sea en el clásico revoltijo (platillo con mole) o en tortitas con huevo. Pero, ¿desde cuándo se consumen y por qué los consumimos? Te compartimos algunos datos relevantes para que los recuerdes mientras los disfrutas en tus posadas y fiestas decembrinas.

Los romeritos son un quelite que se consume desde la época prehispánica. De hecho, los aztecas lo consideraban un alimento valioso para la salud, y con mucha razón, pues se sabe que son ricos en fibra, hierro, potasio y vitaminas como A y C. Ésta planta crece en la milpa y aunque nuestros antepasados sabían el potencial culinario que tiene, los españoles lo consideraron como “maleza”, por lo que cayó en ligero desuso.

romeritos

 

Aún así, como tal, el platillo que conocemos como romeritos (que algunos aman y que otros simplemente no), pudo haber nacido durante la Nueva España, cuando en épocas festivas se buscaba no consumir carne. Las plantas van cocinadas sobre un mole y acompañadas de papas cambray, nopales y tortitas fritas de camarones secos.

En nuestros días los romeritos crecen en alrededor de 10 estados de la República Mexicana; pero principalmente en la Ciudad de México, donde el año pasado hubo una producción de 4 mil 162 toneladas cultivadas del mismo. Su consumo se ha convertido en un elemento que nos da identidad y nos reconforta el corazón.

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