El arte auténtico de vivir a la francesa y de vibrar al ritmo de su cultura se puede realizar cada vez más de forma sustentable. Francia no solo es el primer destino del mundo con mayor número de visitantes con 54 millones, tan solo en 2021, sino que también busca ser el destino más sostenible, según su última campaña turística, a través del slow tourism, los viajes en tren, el cicloturismo, hospedajes con certificaciones y gastronomía verde. Entérate de todo lo que está haciendo este destino, justo hoy que se celebra el Día Nacional de Francia. Fotos: Cortesía; Unplash.
El slow tourism es el arte de viajar tomando el tiempo necesario para impregnarse de la naturaleza y de la riqueza del patrimonio. Es privilegiar los encuentros con los locales, saborear los placeres de la mesa, valorar el territorio, las tradiciones y la cultura. Y Francia lo ha tomado como estandarte para conciliar la protección, el turismo y el desarrollo sostenible.
Practicar el slow tourism
Uno de los objetivos de la también llamada Ciudad de las Luces, para ser el destino más sostenible es mejorar la repartición de los flujos turísticos en el tiempo y el espacio, promocionando sus recorridos a pie, como el Camino de Santiago francés o el Tour del Montblanc; en bici, como el circuito de Loire à Vélo o la Vélodyssée, y en tren. Cuenta con una amplia red de senderos que permiten un desplazamiento lento para descubrir el entorno y así preservarlo.
Viajes en tren
Asimismo, Francia, la nación que busca prohibir los vuelos domésticos en rutas que pueden ser cubiertas en menos de dos horas y media en tren, promueve su vasta e histórica red ferroviaria para que los viajeros también se transporten en todo el territorio francés. Este medio de transporte es más ecológico que el auto o el avión, hasta 50% y 80% menos de emisión de CO2. ¿Otro plus? Con el TGV (tren de alta velocidad), el tiempo de viaje se acorta.
Las líneas ferroviarias más turísticas son de Chamonix a Vallorcine, el tren Hirondelles en Franche-Comté y el tren Merveilles de Niza a Tende. Además, gracias a esta iniciativa, están regresando varias líneas de trenes nocturnos, con opciones de asiento, literas y cabinas privadas. Tal es el caso de París-Niza y París-Lourdes y, a nivel europeo, París-Viena (desde diciembre 2021) y París-Berlín (2023).
Alojamientos sostenibles
En cuanto a los hospedajes, 191 hoteles y hostales de todo el país han recibido la Ecolabel, la etiqueta ecológica de la Unión Europea por su excelencia medioambiental. Otros 644 son miembros de la Clef Verte (la Llave Verde), la primera red internacional de instalaciones turísticas respetuosas con el medio ambiente.
Además, 40 establecimientos han sido reconocidos por sus credenciales sostenibles por la asociación Green Globe, 280 cuentan con la etiqueta Gites Panda y 320 han sido clasificados como Ecogites.
Turismo del savoir-faire
En busca de ser el destino más sostenible, Francia anima al viajero a moverse menos, buscando profundidad y amplitud en las experiencias, más allá de solo palomear las atracciones más famosas del bucket list. No solo es un país rico en paisajes, sino también es un lugar de historia y tradiciones. De ahí que visitar las fábricas y tierras que dan origen a productos insignia significa conocer su patrimonio cultural inmaterial reconocido por la UNESCO.
Tal es el caso de las técnicas relacionadas con los perfumes en la región de Grasse que incluyen el cultivo de plantas para perfumería, el conocimiento y la transformación de las esencias naturales, y el arte de elaborar perfumes. Otros conocimientos valorados es el arte de la relojería mecánica y la mecánica artística, que comparte con Suiza, y la equitación tradicional francesa.
Cocina verde
Conocida por su arte de comer, Francia sabe proteger su patrimonio culinario con sellos: desde la Etiqueta Roja y el sello de Agricultura Ecológica hasta las apelaciones de origen AOP (Apelación de Origen Protegida) y AOC (Apelación de Origen Controlado). Con esto garantiza el origen y la trazabilidad de sus quesos, vinos de renombre y otros productos gastronómicos.
El fine dining ahora también viene acompañado de una filosofía verde. Su prestigiosa Guía Michelin creó una nueva categoría desde hace dos años: la Estrella Verde. Este reconocimiento es extra a las estrellas mundialmente reconocidas y hace referencia al compromiso de los establecimientos con la gastronomía sustentable y a su labor activa por ofrecer a sus comensales una cocina circular.
Ciudades que apuestan por la sostenibilidad
No solo sus campos, apuestan por la sostenibilidad, sino también las grandes ciudades de Francia. Grenoble ha sido elegida como la Capital Verde Europea 2022, siendo la segunda ciudad francesa que recibe este premio después de Nantes (2013). Su nombramiento se debe a su movilidad sostenible, eficiencia energética, integración de energías renovables y al uso respetuoso del territorio. Por otro lado, Lyon también ha sido designada Capital francesa de la Biodiversidad y Capital europea del Turismo Inteligente en 2019. Sin olvidar, los jardines verticales en París, Aix-en-Provence, Toulouse y Avignon.
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