Para 1914 en París había aproximadamente 30 mil bistrots y tabernas; actualmente quedan unas 2 mil. En México hay uno que recién abrió y que puedes visitarlo para conocer este concepto, se llama El Roma Bistrot, un espacio en la colonia Roma que te transportará a la Ciudad de las Luces, con sus clásicos platillos franceses con toques de sabores caribeños.

 

¿Qué es un bristrot?

 

Un restaurante que tiene el estilo clásico de los restaurantes de Francia y que por su puesto ofrece gastronomía francesa. Originalmente un bistrot era pequeño, ofrecía café, quesos y bebidas alcohólicas, después se le consideró bistrot a los restaurantes franceses económicos, pero poco a poco se fueron haciendo populares y mejoraron su decoración, estructura y servicio.

La palabra bistrot (bistró en español) significa rápido y la utilizaban los soldados rusos durante la invasión rusa a Francia en 1815, cuando ordenaban su comida en los restaurantes parisinos gritando: ¡bistrot, bistrot!; ¡rápido, rápido!

 

El Roma Bistrot

 

Algunas características importantes de un bistrot es que usan pizarrones para dar a conocer su menú, tiene un carta corta de platillos pero variados, y no puede faltar el café y el vino de mesa.

 

Delicias de París

 

El chef Joaquín Cardoso diseñó para El Roma Bistrot una carta sencilla con platillos que integran ingredientes orgánicos provenientes de terrenos y granjas locales, que puedes acompañar con algún vino de su cava, a cargo del sommelier Pablo Mata.

Joaquín Cardoso trabajó con Enrique Olvera como chef corporativo para después integrarse al Hotel Carlota como chef ejecutivo. En 2017 fundó LOUP, bar de vinos sin intervención química. Después, invitado por Santiago García Galván, CEO y socio fundador, tuvo a su cargo el diseño de la carta de El Roma Bistrot.

 

 

Este espacio tiene en su interior forma de media luna, el piso es de madera y las sillas también, combinadas con herrería. Al fondo está una barra con variedad de botellas, copas colgando y también su estructura es de madera, hay algunas sillas periqueras por si deseas estar en la barra.

 

Sabores reconfortantes

 

Empieza con alguna sopa del día o con ensalada, probamos la Nicoise que lleva atún sellado, cogollos de lechuga, papas cambray, ejotes, jitomate cherry, aceituna kalamata y vinagreta de pimientos. Para compartir puedes escoger la burrata de búfala con sofrito de jitomate y poro, o las tostadas de atún aleta azul con aguacate y aceite de habanero tatemado.

De plato fuerte no te pierdas los moros con cristianos, que llevan frijoles negros y arroz, jaiba y plátanos machos fritos; o el chamorro de cerdo con vinagreta de pimientos y queso mimolette, un queso francés elaborado con axiote.

 

 

Que mejor maridaje, que con uno de los vinos de su amplia carta, tienen mexicanos, argentinos, franceses, españoles, tintos, blancos, rosados y de postre; además de deliciosa champaña.

Cierra tu visita con el postre suspiro de guanábana o con el arroz con leche y coco, y acompaña con el café de la casa. elromabistrot.com Costo promedio por persona: $600 pesos.

 

¿Dónde?

Plaza Río de Janeiro 52, Roma Norte. Delegación Cuauhtémoc.

Horarios

Desayunos

Lunes a sábado de 8:00 a 12:30 horas

Domingos de 9:00 a 13:00 horas

 

El Roma Bistrot

 

Comidas

Lunes a miércoles de 13:30 a 23:00 horas

Jueves a sábado de 13:30 a 24:00 horas

Domingo de 13:30 a 22:00 horas

Barra

Lunes a miércoles de 13:30 a 24 :00 horas

Jueves a sábado de 13:30 a 2:00 horas

Domingo de 13:30 a 22:00 horas

 

Cocinas compatibles en Hotel Carlota

En Carlota apostaron por dos nuevos talentos: Joaquín Cardoso y Sofía Cortina. A pesar de su juventud, trajeron consigo su vasta experiencia, pero sobre todo su pasión y las ganas de hacer bien las cosas con una propuesta saludable en todos los sentidos. 

Producción: Elsa Navarrete/Fotos: Charly Ramos / Maridaje: Miguel Ángel Cooley. 

 

Hotel Jardín Amazonas

El antiguo hotel Jardín Amazonas se transformó para dar vida a un espacio que emana solo buen gusto y brinda una hospitalidad y gastronomía notables. Se trata del hotel Carlota que, desde hace un año, es parte de la oferta de la vibrante colonia Cuauhtémoc.

A este proyecto llegaron los jóvenes cocineros Joaquín Cardoso y Sofía Cortina para tomar las riendas del restaurante, desde lo salado y lo dulce, y así impregnarlo de frescura, conciencia y naturalidad.

 

Francis Rougeaud del Club France

Para Joaquín no es difícil recordar cómo decidió convertirse en cocinero. A los 11 años encontró algo con lo que podría entrenarse y ser creativo: ver programas de cocina y realizar las recetas. De esta forma descubrió que cocinar para los demás regalaba una sensación inigualable. Algo similar le sucedió a Sofía.

Desde muy pequeña le gustaba hacer postres con su mamá. Un día tuvo que realizar una entrevista para la escuela y decidió que el chef Francis Rougeaud del Club France era el indicado. A partir de ahí empezó una relación cercana con él: la dejaba entrar a su cocina y le mandaba regalitos gourmet.

“Con esta amistad creció mi emoción por la cocina. Nunca pensé dedicarme a otra cosa”, cuenta con una sonrisa.

 

Dos estrellas Michelin

Pero la pasión por el oficio no es lo único que tienen en común: ambos decidieron obtener experiencia fuera del país. Por un lado, Joaquín, de 35 años, vivió 13 de éstos en Francia, donde lo invitó el chef Jean-François Piège a abrir un restaurante que llegó a obtener dos estrellas Michelin.

La técnica, la perfección y los detalles son lo que más atesora de este periodo. Y por el otro, a pesar de su juventud (24 años), la formación de Sofía incluye Pujol, un diplomado de pastelería en Espaisucre, en Barcelona, y prácticas en Pierre Hermé, en París. “Aprendí que la cocina no era puro glamour; más bien hay que buscar su perfección”, afirma Sofía. Ya con las bases necesarias, querían trabajar con los ingredientes de México, y por eso regresaron al país.

 

Pujol

El destino los llevó a Pujol, donde se conocieron para embarcarse en una aventura, además de romántica, profesional. El arquitecto del hotel Carlota, Javier Sánchez, invitó a Enrique Olvera a participar, y éste a su vez propuso a dos de sus discípulos. “Es alguien que conoce muy bien a su gente, sabe de lo que es capaz”, responde Joaquín ante
la pregunta: ¿qué fue lo que hicieron bien?

“Nos gustó el reto de tener nuestro propio concepto y cocina. El reto es seguir firme con nuestro estilo”, continúa. Eligieron desde el menú y la vajilla, hasta el uniforme y los muebles. Sofía admira de Joaquín su dominio de las técnicas, mientras a él le asombra el sentido del gusto tan refinado de ella.

Es bastante sencillo trabajar juntos; cada uno está en lo suyo, pero en caso de dudas y sugerencias, nos apoyamos”, confiesa Sofía.

 

Ingredientes locales y orgánicos

Sin llegar a decir que es una pastelería poco dulce, Sofía trata de usar lo mínimo de azúcar, o prescindir de ésta si no es necesaria, aprovechando el dulzor natural de las frutas. Por otro lado, la cocina salada tiene como eje el producto y es saludable, un concepto que va más allá de ser light.

“Se refiere a que es sana para la economía local, la sustentabilidad, la tierra, y es balanceada. Hoy en día estamos obligados a trabajar con ingredientes locales y orgánicos. Hay muchos cocineros que ya lo entendieron y lo están haciendo”, dice Joaquín con firmeza.

La comida es sencilla no porque técnicamente no sea compleja, sino porque mantiene los sabores limpios y no hay combinaciones rebuscadas. Descubrir la grandeza del ingrediente, encontrando el modo más natural de prepararlo.

Entre semana sirven un menú del día, además de la carta fija, a la cual también le hacen ligeras modificaciones según el abastecimiento de los productos. Se proveen de hortalizas de las chinampas de Xochimilco, espárragos violetas y alcachofas de Valle de Bravo, frutas como yaka, carambola y ciruela de Morelos, carne Wagyu de Durango, y pescados y mariscos de las cooperativas de Puerto Ángel y Ensenada… y siguen buscando más productores valiosos, eso es parte del proyecto.

 

Platos estrella

Con platos estrella como el baked Alaska, un helado de plátano con merengue de limón y coco, y los coditos con queso Cotija, chile y tocino, también se dieron cuenta de que, a fin de cuentas, se trata del restaurante de un hotel, por lo que jugar un poco con la propuesta es necesario para incluir hamburguesas, pastas y otros antojos. “Nos ponemos en el lugar de las personas que viajan. Acaban de llegar a un país nuevo, están cansados y simplemente quieren una hamburguesa en su habitación.

No experimentamos con esto, pero sí tratamos de hacerla con los mejores ingredientes”, confiesa Joaquín junto a Sofía, quienes, en un ambiente de total libertad para crear, han demostrado que ya no son solo promesas, sino confirmaciones absolutas.