El estado de Colima es la quinta entidad federativa más pequeña del país, pero es grande en experiencias y diversidad. Con distintos ecosistemas y microclimas, tiene mucho que ofrecer. Aquí te traemos algunas experiencias para que disfrutes de las zonas aledañas a su capital y a Manzanillo, su puerto principal.  Texto: Mariana Pérez / Fotos: Hernando Rivera, Cortesía y Unsplash.

 

Comala: un pueblo nada fantasma

 

Pueblo Mágico de Comala

 

En su novela Pedro Páramo, Juan Rulfo describe a Comala como un pueblo fantasma de murmullos, sombras y soledad. Nada más alejado de la realidad. La verdadera Comala, a menos de media hora de la ciudad de Colima, es tranquila y alegre a la vez, y su visita constituye un excelente plan para un fin de semana. 

Pasea en sus calles empedradas y disfruta de sus fachadas blancas con techos de teja y su herrería con diseños del artista comalteco Alejandro Rangel Hidalgo. Al llegar a la plaza principal, disfruta de las vistas del quiosco y de la Parroquia de San Miguel del Espíritu Santo, antes de adentrarte en los portales en busca de artesanías y de probar los tres imperdibles de este Pueblo Mágico: café, pan y ponche de sabores como maracuyá, granada, guayabilla, cacahuate, almendras y más.  

 

Colima al natural: ríos, volcanes y orquídeas

 

Volcán de Colima

 

Colima tiene volcanes que han marcado su identidad y playas que conquistan turistas, además de sitios poco conocidos en los que el verde de la naturaleza llena los paisajes y los corazones de quienes los habitan. El primero de ellos es el Centro Ecoturístico Póksika, en el Municipio de Coquimatlán, a 40 minutos de la ciudad de Colima

Andrés Preciado, fundador de este centro ecoturístico, muestra los efectos de vivir en contacto con la naturaleza, pues posee un rostro generoso y un espíritu sereno. De miércoles a domingo, te recibe en su paraíso con una comida a la sombra de los árboles, acompañada por el murmullo del agua. La luz y el internet se sustituyen aquí por una hamaca para descansar y un río para nadar.

A la mesa llegan productos regionales con la mejor sazón. Los chacales —langostinos de río disponibles en temporada de lluvia—, se sirven en un tradicional caldo o al tamarindo, mientras que los chihuilines —peces endémicos— se preparan al ajo. ¿Para cerrar la experiencia con broche de oro? Un ritual guiado por la agencia de turismo Tesoralma que invita a conectar con agradecimiento con los elementos naturales. 

Otro espacio que definitivamente merece una visita es el orquideario Viveplants, en Manzanillo. Su acertado lema es “orquídeas producidas con amor” pues si algo distingue a su fundador, Fidel Selvas, es la pasión y conexión con la naturaleza con las que dirige el lugar y que transmite en las visitas guiadas.

 

Experiencias en Colima

 

Aprenderás mucho sobre la producción y ciclo de vida de la familia de plantas más grande del mundo —30 mil especies de orquídeas en la naturaleza y 70 mil cruzas hechas por el ser humano—, pero sobre todo, verás a estos magníficos seres vivos con otros ojos. “Es una planta muy evolucionada, con un nivel vibratorio muy alto”, afirma Fidel. 

 

Actívate con una clase de surf de remo

 

En la playa La Boquita, Manzanillo se encuentra la tranquila Laguna de Juluapan, en donde puedes iniciar el día deslizándote en el agua sobre una tabla, con remo en mano, mientras disfrutas del hermoso paisaje a tu alrededor. ¿Nunca has practicado surf de remo o SUP (del inglés stand up paddle)? No hay problema, las enseñanzas de Manzanillo Surf & SUP harán que sea bastante sencillo y disfrutable. 

 

Experiencias en Colima

 

 

Para la sed y el apetito

 

Como en cualquier destino mexicano, para conocer realmente a Colima hay que llevarse a la boca los platillos tradicionales. Entre los favoritos de los colimotes están el tatemado de cerdo, las enchiladas dulces y la sopa de pan. ¿Y los productos regionales? No te vayas sin comprar sal de la Laguna de Cuyutlán, considerada entre las mejores del mundo. 

 

Sal Real colimense

 

Y si a pie de carretera o en las plazas de pueblos y ciudades te encuentras con bebidas tradicionales, no dudes en probarlas. Nuestras favoritas son la tuba (savia de palma de coco fermentada a la que se añaden cacahuates) y el tejuino (un preparado con masa de maíz, piloncillo, canela y vainilla al que se le añade limón y mucho hielo). Las dos son muy refrescantes, ideales para el calor

Otra bebida que siempre es bienvenida en el clima colimota es la cerveza, especialmente si es una cuyo perfil ligero está inspirado en las playas del Pacífico, como Cervecería de la Costa. Acude a alguno de sus siete puntos de venta en Colima, prueba sus seis estilos de cerveza y lleva tu favorito en botella, vaso o envase rellenable. ¿Lo mejor, además de su sabor? Su precio accesible. ¿Lo segundo mejor? Si el termómetro supera los 35 ºC a las 14:00, lanzan una promoción de 2 x1. Amarás los días calurosos.

 

Café de Colima

 

Por último, no es posible hablar de la gastronomía de Colima sin mencionar al chef Nico Mejía, un apasionado de los sabores y productos de su tierra, así como de las historias que se cuentan a través de los platillos. El resultado de esa pasión es una colección de libros (cuatro, hasta el momento) que representan una travesía culinaria por distintas regiones del estado

Además, en Manzanillo tiene dos restaurantes imperdibles: a La Sal, el chef Nico le llama “un restaurante de experiencia de vida” y en él están presentes los sabores de Colima que han marcado sus historia personal. La tostada de pozole seco, las enchiladas dulces y el dulce de manzana de coco figuran en el menú. Por su parte, Casa Rangel es un restaurante que abrió sus puertas este año y su inspiración es la cocina internacional. 

Por estos y otros motivos más, no cabe duda que Colima debe estar en la lista de destinos por conocer –o al que regresar una y otra vez– de todo viajero de corazón. ¿Lo único que te podría hacer falta cuando visites el estado? Tiempo para conocer todo lo que ofrece.

Y para seguir inspirándote a recorrer Colima y otros estados de México, aquí tienes algunos de los mejores destinos culinarios del país

 

Aquí te presentamos nueve aperturas de restaurantes que se dieron durante 2020, los cuales ofrecen distintas especialidades, como vegana o mediterránea, o cocinas de otras partes del mundo, como de Noruega y Tel Aviv. Fotos: Cortesía de los restaurantes. 

Pronto publicaremos el resto de la lista, ya que contra todo pronóstico, la creatividad culinaria de los cocineros mexicanos no se vio mermada en medio de esta pandemia, sino todo lo contrario. He aquí la primera muestra:

 

Carajillo

 

Aperturas restaurantes

 

Su propuesta se basa en fusión de ingredientes mexicanos con productos internacionales, porque el chef a cargo, Juan Arroyo, quien conoce la gastronomía de otros países, como la francesa, asiática y española, por lo que puede crear combinaciones inesperadas. Abrió en junio de 2020, en Polanco.

Prueba la robata de filete, que maridan en teriyaki con salsa hoisin, sweet chilli sauce y togarachi; el sushi de rib eye con foie gras, el cual flamean con soplete y le agregan salsa teritaki; el chamorro huasteco, cuya carne pasa cinco horas en cocción lenta, y cierra con su ya famoso pastelito de carajillo. Debido al actual semáforo rojo, por el momento permanecerá cerrado hasta las primeras semanas de enero y no tendrá servicio de delivery. Cheque promedio: $800. carajillomx.com. 

 

 

Mexia

 

Mexia

 

Nico Mejía, cocinero colimense e investigador de la cocina de su estado, abrió en julio de 202 este restaurante en Guadalajara, el cual se basa en los viajes del chef por todo México, por lo que rinde un reconocimiento a platillos tradicionales y los presenta de forma contemporánea.

Aquí probarás los clásicos de cada estado, como el pulpo yucateco, la torta de lechón y el ceviche colimense, más los imperdibles del chef Mejía como la tostada de pozole seco y una dulce torta ahogada. Para acompañar, la barra ofrece bebidas como bacanora, pulque y tepache, entre otros. Si vives en Guadalajara lo encontrarás listo para recibirte. Cheque promedio: $1,100. mexiarestaurante.mx. 

 

 

Nosh

 

Aperturas restaurantes

 

Otra de las aperturas de restaurantes que se dieron durante el pasado año, fue Nosh, que es “el lugar” para probar la alta cocina de Tel Aviv y la comida de los judíos de Europa del Este. Es una cocina de migrantes, de posguerra, por lo que encontrarás mucha comida curada, verduras encurtidas y embutidos como el pastrami, preparados por el reconocido chef Daniel Ovadía. Abrió sus puertas en agosto de 2020, en la Condesa.

Te recomendamos pedir sus platitos para compartir llamados salatim y schmear, que significa: ensalada y untables. Uno puede contener ensalada de huevo, otro más betabeles encurtidos con granada y pistache, y un tercero puede estar lleno de queso de crema, rábano, cebolla, echalote y limón amarillo. Por ahora, puedes ordenar por Rappi. Cheque promedio: $600. IG: @nosh_mx

 

 

Ojo de Maíz

 

Ojo de Maíz

 

De comida 100% vegana, pero con sabor a México, este restaurante abrió en octubre en la Condesa. Atzin Santos diseñó el concepto gastronómico, el cual es perfecto para quienes buscan mantener una dieta vegana y vegetariana, aunque si vas con acompañantes, disfrutarán de una buena comida saludable, sin extrañar la proteína animal.

Ordena el aguachile negro de hongo shiitake con chile poblano, pepinillos, chayote blanco y aguacate criollo; la sopa de habas con chochoyotes y salsa macha; los panuchos de cochinita de col, y gelatina de “rompope” y chicozapote. Y de beber, atrévete a probar una agua de guayaba con cajeta de frijol, hecha con frijol nixtamalizado, leche de almendra y de arroz y azúcar. Por el momento, solo puedes ordenar por Rappi. Cheque promedio: $280. ojodemaiz.com.mx

 

 

Anónimo Rooftop

 

Anónimo

 

Nuestro querido chef Abel Hernández está cargo de la cocina de esta increíble terraza en San Miguel de Allende, dentro del hotel Selina, que también abrió en octubre. Su menú está inspirado en el mediterráneo mexicano.

Entre los imperdibles están los sopes de barbacoa de picaña; el risotto con ajillo, jitomate, plátano macho y zanahorias encurtidas; y los tacos de pulpo con chicharrón prensado. También ofrece mixología de autor, como el gin tonic con pimienta rosa y un toque de xtabentún. Cheque promedio: $600. IG: @rooftopatselina

 

 

Novorigen

 

Novorigen

 

Otra de las aperturas de restaurantes que se dieron durante 2020, fue Novorigen, que abrió en octubre pasado, ubicado en Santa Fe, Ciudad de México. Sus platillos se basan en recetas tradicionales mexicanas, pero recreadas por el chef Omar Méndez, en los que integra ingredientes hidropónicos y orgánicos nativos de cada región.

En el menú hallarás entradas como el tiradito de huachinango sustentable y atún, o la trilogía de huesos, acompañados de escamoles y tripita de leche dorada; tacos como los de jaiba suave, y sus especialidades son el cerdito de horno con mole almendrado o el filete a la leña. Para ordenar a domicilio, puedes llamar al teléfono 55-7982-6661, si estás cerca de la zona; si no, los encuentras en Rappi, DiDi Food y Uber Eats. Cheque promedio: $600. novorigen.com. 

 

 

Taboo

 

Aperturas restaurantes

 

Después de su éxito en Tulum y luego en Cancún, este establecimiento de cocina mediterránea con toques de fusión, llegó en noviembre a Polanco, con un diseño sofisticado y audaz, y mixología deliciosa.

Taboo utiliza y recrea recetas icónicas de platillos mediterráneos, cocinados con técnicas ancestrales de las cocinas italiana, francesa, griega y española, entre otras. Disfruta de pastas frescas, langostinos preparados a la leña, carpaccios bañados de trufa, calamares braseados, truchas ahumadas y cortes a la parrilla. Cuenta con servicio a domicilio, aunque solo en ciertas zonas. Puedes llamar al teléfono: (55) 4795-6639. Cheque promedio: $800. taboorestaurant.com.mx

 

Animal

 

Restaurante Animal

 

Siguiendo con el conteo de las aperturas de restaurantes durante 2020, se encuentra Animal, que también abrió en Polanco, en noviembre, ofreciendo un menú original que fusiona dos cocinas diferentes: una barra japonesa que se ubica en el centro del restaurante, en la que preparan nigiris, sashimi, makis y temakis, además de otros platillos más con sabores de Oriente.

Al fondo, se encuentra una cocina a las brasas, donde se preparan cortes, tacos y aquellos platillos cercanos a los sabores del norte de México. Entre los imperdibles están el pulpo zarandeado; el rib eye salvaje, con adobo de chiltepín japonés, y los camarones al grill con salsa de chiles a la parrilla. Realiza tu pedido a través de Rappi, en el teléfono 55-7691-3119 o en el Whats App: 55-3378-1264. Cheque promedio: $1,000. IG: @animalmasaryk.

 

 

Nørdic

 

Nordic

 

Ubicado en Playa del Carmen, Quintana Roo, este restaurante inauguró en diciembre. Creado por el chef italiano Luca Carleo, ofrece una fusión entre cocina nórdica y caribeña. Define su concepto como «comida pop»: trabaja con ingredientes primarios y los ofrece de una manera nueva, creativa y contemporánea.

Sus platillos más representativos son el tartar de res «Oksekød», condimentada con salsa Worcestershire, fondue de queso azul y yema frita crujiente; el gazpacho «Fast Væske» de tomate, pimiento rojo, yema frita empanizada y espuma de queso burrata al kéfir, y el pulpo Nørdic, con crema de frijoles negros, tocino ahumado y poro frito. Cheque promedio: $500. IG: @nordicplaya.

Compártenos en nuestras redes sociales qué otras aperturas de restaurantes durante 2020 te sorprendieron y gustaron. @FoodandTravelMX

La crisis se convirtió en una oportunidad para Nico Mejía, cocinero colimense, investigador de la cocina colimota y un apasionado de sus raíces. La oportunidad lleva el nombre del restaurante Mexía y tiene sede en la ciudad de Guadalajara, aunque realmente visitarlo se convierte en un viaje por todo México a través de bocados y sorbos. Te contamos de qué va el nuevo restaurante del chef Mejía. Fotos: Cortesía. 

Nacido en Tijuana pero crecido en Manzanillo, el chef Nico Mejía es hoy el máximo representante de la cocina colimense. Su placer por los viajes lo formó en cocinas de España, Italia, Francia y por supuesto México, país al que regresó para echar raíz como cocinero creativo del Restaurante Cortez en Guadalajara. Proyecto que cerró unos años después, pero fue un impulso para crear su restaurante La Sal en Manzanillo y hoy Mexía en Guadalajara.

Nico también ha escrito tres libros imperdibles: Algas comestibles de Baja California;  Colima, una gran travesía gastronómica, en 2018; Las costas de Colima, en 2019. El también director de la plataforma de promoción gastronómica “Colima Sabe”, es sin duda, un enamorado de la cocina y el producto nacional.

 

Mexía y sus sabores

 

El nombre de Mexía nace de la fusión del apellido de Nico y de su amor por México, el proyecto se plantó en Guadalajara por un camino andado que Nico ya tenía detrás, además de que la capital tapatía es “es el epicentro culinario del occidente, indudablemente es una excelente sede para Mexía. Estar aquí implica tener todo el ingrediente a la mano”, nos platicó en entrevista, Nico Mejía, quien con este proyecto regresa a la escena culinaria, luego de cerrar Cortéz, también en Guadalajara.

La cocina de este restaurante se basa en los viajes del chef Nico por todo México, es un reconocimiento a platillos de cocineros tradicionales. De hecho el 80% de la carta se basa en esas recetas tradicionales de todo el país, llevadas a una propuesta contemporánea, desde pulpo yucateco hasta la torta de lechón y el ceviche colimense. Probarás los clásicos de cada estado, más los imperdibles del chef Mejía como la tostada de pozole seco y la dulce torta ahogada.

 

Mexía

 

 

En Mexía podrás disfrutar de cocina mexicana contemporánea basada en investigaciones y en el ingrediente. Yo manejo únicamente productos nacionales y que tengan una historia detrás. Toda la pesca proviene de directamente de pescadores exclusivos, todo lo que pescan es lo que se sirve en Mexía. Sea la especie que sea se utiliza para distintos platillos según sus características, se le da la importancia a cada pescado», nos compartió el chef.

El diseño de Mexía también lleva plasmadas las raíces mexicanas con toques contemporáneos, los sillones cuentan con un telar rojo en la parte trasera elaborado por artesanas oaxaqueñas, hay un muro de placas de vidrio soplado de Tlaquepaque, e incluso un pilar cubierto de mecates de Jalisco.

 

Mexía

 

México Líquido

 

La barra de Mexía lleva el nombre de México Líquido. Claudio Poblete hizo la curaduría de esta barra que propone destilados muy mexicanos que van desde una bacanora, pulque, hasta el delicioso tepache. Además cuentan con una carta de mixología basada en estos destilados, por lo que podrás disfrutar de cocteles a base de tejuino o tuba -bebida tradicional de Colima-.

 

¿Cómo es abrir un restaurante en la nueva normalidad?

 

Aunque para muchos abrir un restaurante ante la actual situación mundial, no sería lo más óptimo, para el chef Mejía no fue así, por el contrario, lo vio como una muy buena oportunidad de sacar a la luz su nuevo proyecto. 

En medio de la crisis se presentó una oportunidad, le entramos de lleno y hoy estamos generando la apertura de este proyecto. Aventamos toda la carne y el carbón al asador”, nos compartió Nico.

 

Restaurante Nico Mejía

 

Asimismo, nos aseguró que todo el proyecto está pensado con base en la nueva normalidad. Desde el diseño hasta los protocolos y menú. El montaje del salón se hizo con base al aforo que se permite tener ahora y las normas de distanciamiento se toman como parte del diseño, las mesas tienen la distancia adecuada sin que se vean huecos o mesas vacías.

La pandemia me dio la posibilidad de aprovechar este abanico de ingredientes que ya estaban ahí pero que el acceso no era sencillo, ahorita hay de todo prácticamente. Este respiro que le hemos dado a los Recursos Naturales han sido magníficos”, concluyó el chef Mejía.

 

Mexía

 

Prueba el sabor de estos frescos ingredientes convertidos en magníficos platillos en Mexía, la nueva casa del chef Nico Mejía. mexiarestaurante.mx

También lee Tras los pasos del chef Nico Mejía. 

Tras los pasos del chef Nico Mejía

El chef Nico Mejía es tijuanense de nacimiento pero lleva a Colima tatuada en el corazón, así que nos llevó por el estado que lo vio crecer para revelarnos los sabores que lo inspiran, asegura Azucena Pacheco. Fotos: Charly Ramos. 

 

Nico Mejía

Son las 6:30 de la mañana, estamos en el muelle náutico de Manzanillo a punto de empezar una travesía en la que Nico Mejía, chef de los restaurantes Trapiche en Colima y Riviera Nayarit, nos llevará por los rincones más queridos del estado que lo vio crecer: Colima.

En cuanto llega a su tierra, Nico se quita lo zapatos, seguramente para sentir en la plantas de los pies el calor de su tierra. El cielo se pinta de matices naranjas y violetas mientras Pato, el pescador con quien navegaremos mar adentro, nos recibe en su lancha La Alegre.

Al subir a la embarcación, Nico comienza a recordar una serie de anécdotas de cuando era niño, como cuando tenía siete años y recogía los pescados que se capturaban durante los torneos de pesca, para que su madre preparara ceviche colimense que él vendería más tarde en la playa. Es casi mediodía y solo hemos pescado un barrilete de aproximadamente dos kilos.

“Cuando era niño, había muchos peces; ahora ya no ves tantos. Si las cosas siguen así, en 40 años ya no habrá más”, reflexiona. Varias especies marinas están en peligro debido a la pesca comercial, cercana a tierra y con redes, lo que viola la norma 071, cuenta Pato, a diferencia de la pesca deportiva, que se limita a una caña de pescar y una cantidad limitada de ejemplares por cada barco.

Antes de volver a tierra, disfrutamos un ceviche con las finas lascas de carne color vino intenso del barrilete, marinado con sal de mar, limón, cebolla morada, pepino y habanero.

 

Entre el mar y la tierra

La siguiente parada es Mariscos del Pacífico, en Camotlán de Miraflores, famoso porque su dueño, Saúl, es hijo del Bigotes, el primer restaurantero que puso una enramada para comer pescado a la orilla del mar en Manzanillo.

Bajo un refrescante techo de palma y con los pies enterrados en la arena, nos tomamos un descanso para degustar del exquisto caldo de chacales de río —elaborado con crustáceos endémicos muy parecidos a los langostinos—, ceviche colimeño y salpicón de dorado.

Para ayudar a la digestión, nos dirigimos a la comunidad de Santa Rosa, para visitar a Miguel Silva, el único productor de mezcal en Colima y artífice del mezcalillo colimeño o tusca. Miguel heredó este oficio de su abuelo, quien elaboraba el elixir de forma artesanal desde hace 60 años en Zapotitlán de Badillo, en Jalisco.

El maestro mezcalero nos cuenta que el secreto del destilado que ha enamorado a chefs como Jonatán Gómez Luna, Javier Plascencia y al propio Nico Mejía es producir con respeto al entorno, así como sus aromas florales y frutales y su sabor suave con un ligero ahumado.

Miguel se interna en el hábitat de agaves silvestres, esperando el tiempo natural de polinización. Los transporta a lomo de burro hasta la destiladora, y una vez ahí, los hornea con leña de encino y piedras, y los cubre con tierra. A los ocho días separa el bagazo en tambos y lo deja fermentar durante otra semana. De esta forma produce de 300 a 400 litros al año para consumo local.

Al caer la tarde llegamos a Canoas, una pequeña comunidad al norte de Manzanillo. Allí, tras un refrescante baño en el río del mismo nombre, nos disponemos a descansar.

 

Delicias locales

Amanece en Canoas y Nico nos despierta con su entusiasmo habitual y contagioso. Está emocionado, pues tomará uno de sus desayunos favoritos: el Palomazo. Pasamos por un tendajón donde compra una barra de chocolate Rey Amargo y azúcar, que tritura y mezcla mientras nos dirigimos a casa de su amigo Adolfo, quien posee algunas vacas.

Allí, Nico vierte parte de la preparación en el fondo de un vaso, al que le sirve un poco de alcohol del 96 y que finalmente llena con leche de vaca recién ordeñada, espumosa y tibia. El sabor de esta bebida, también conocida como Pajarete, es similar al rompope. “Si pudiera, desayunaría esto todos los días”, dice.

Otro ingrediente local son los chacales de río o langostinos colimenses. Nos dirigimos a pescarlos mientras Nico nos explica que existen varios tipos: el crecedor, que llega a medir hasta un metro; el manquito y el zurdito, porque sus tenazas son más pequeñas, y la burrita, que es más chico y no tiene tenazas. Por ser los más sabrosos, suelen usarse para los caldos de chacal.

Nico Mejía

Nico y Pato nos muestran las dos modalidades de pesca: a pulmón, aguantando la respiración por debajo del agua, con un arpón rudimentario y un visor, o por medio de un instrumento prehispánico llamado achacal —hecho de varas de otate entretejidas con alambre— que se coloca a contracorriente dentro del río.

Nos vamos divertidos, pero lamentablemente  con las manos vacías, ya que la temporada en que se capturan más fácilmente es en verano, cuando la lluvia abundante los empuja hacia las trampas.

Uno de los almuerzos típicos colimenses es el hígado encebollado. Nosotros lo probamos con Juanita, una cocinera tradicional de Canoas. Ahí Nico nos da la primicia de su nuevo libro, Colima sabe, que será lanzado en octubre: “En mi estado nadie había tratado de unificar el tema de los ingredientes y las cocineras tradicionales; ese es el objetivo.

Colima ha estado muy abandonada, y aunque tampoco tengo toda la verdad, creo que estamos haciendo historia”.

 

De manteles largos

Continuamos nuestro trayecto, y a cinco minutos de la Ciudad de Colima, llegamos a Villa de Álvarez, la primera población novohispana del estado. Aquí, Nico nos quiere mostrar el fenómeno de las cenadurías.

Esta manifestación gastronómica colimota por excelencia. Recorremos varias de ellas. Tras un festín de tostadas con pata de cerdo, enchiladas dulces rellenas de frutos secos y sopitos de carne, estamos exhaustos, aunque aún queda espacio para una paleta de Los Volcanes.

Villa de Álvarez también es famosa por la importante tradición de cabalgatas charras, que culminan en La Petatera, la plaza de toros que se levanta durante las fiestas de la Candelaria, y que año con año es construida exclusivamente con petates, por lo que se le conoce como la artesanía más grande del mundo.

Terminamos el día en la comunidad de Cuauhtémoc, donde se encuentran otros de los proyectos de Nico: Trapiche y Cervecería Colimita. Ambos sitios están muy relacionados entre sí; el primero se trata de un bar rico en sabores y ambiente, fue concebido por el chef y sus socios para ofrecer platos que maridan a la perfección con cada una de las cervezas de las que Nico es embajador: Colimita, Páramo y Ticús.

Allí probamos, la faceta culinaria de Nico: el taco de papa con aguachile de camarón, la costilla braseada con pale ale y el pulpo masajeado. El lugar ha tenido tanto éxito, que ya abrió otras dos sucursales: Palmar Trapiche, en Sayulita, y recientemente, Terraza Trapiche, en el centro histórico de Colima.

 

Con sabor a hogar

Nos dirigimos a Suchitlán, un pintoresco poblado con raíces nahuas. Es domingo, los locales visten de gala y las familias disfrutan de un desayuno tradicional en Los Portales de Suchitlán. Allí nos recibe Ofelia Elizondo, reconocida cocinera tradicional que ha recibido en su restaurante a personajes tan importantes como Rigoberta Menchú, ganadora del Premio Nobel de la Paz.

Después de probar una taza de café, dos variedades de queso fresco, jocoque, requesón y los tradicionales frijoles, guisados y de la olla, las delicias típicas continúan: conejo asado, tatemado (carne de jabalí, venado o cerdo, adobados) y pepena (vísceras en salsa de jitomate condimentadas con ajo, comino, laurel y chile guajillo). Nico encuentra semejanzas entre estos platillos, simples, pero a la vez, contundentes, y sus creaciones gastronómicas.

 Nico Mejía

 

“Mi cocina es casera con un toque contemporáneo, como la tostada de pozole seco que mi madre preparaba.

Ahora la presento como el ejemplo de una cocina sencilla llevada a otro nivel; creo que ese es el futuro de la gastronomía”.

 

Al fondo del restaurante se encuentran los cafetales de donde cosechan el café que ahora probamos. Está sembrado en arena negra, tierra volcánica que le otorga un sabor único a la marca Pancho Arenas (apelativo con el que los colimotas nombran cariñosamente al volcán de Colima), y que Pedro Virgen, hijo de Ofelia, produce desde la siembra hasta el envasado.

 

“Soy dueño del volcán”

Seguimos nuestro camino y llegamos a las faldas del volcán de Colima, que nos muestra su actividad cada cierto tiempo. Nico vira hacia el lugar donde tiene planeado inaugurar un restaurante campestre con cocina sencilla, de leña, y con productos locales. A la par, abrirá tres cabañas para que los huéspedes disfruten de las caminatas hacia el volcán. “¡El eslogan será: una cocina peligrosa!”, cuenta.

Nos dirigimos a la comunidad de La Caja, municipio de Comala, donde se realiza el Primer Encuentro de Cocineras Tradicionales Comaltecas. El vertiginoso ritmo de las mujeres preparando sus guisos y el aroma que emana de los mismos, son el preámbulo del festín que nos espera. Reúnen sus platillos en una mesa colorida mientras Nico insiste en que ellas son quienes atesoran la sabiduría culinaria del estado y, por tanto, también son embajadoras de esta gastronomía.

Nico Mejía

Terminamos este viaje degustando el tatemado de Margarita Cobarrubias y los chacales a la diabla de Anapólita Guzmán; platicando con Martha Cárdenas, a quien le gusta “inventar” sus recetas, y con Angélica Rocha, productora del Café la Flor de Suchitlán, una iniciativa artesanal, sustentable y social.

Nos despedimos llevándonos los sabores de cada platillo, la sabiduría de Nico Mejía y todas las personas que hacen de Colima un estado memorable; además de pan dulce de La Guadalupana, la panadería más tradicional de Comala, para merendar.

 

Información de viaje

Como Colima cuenta con cinco microclimas, es importante que lleves ropa ligera para la mayor parte del trayecto, pero no olvides empacar alguna chamarra o suéter para las zonas altas. Es recomendable llevar bloqueador solar, repelente de mosquitos, gorra o sombrero, e impermeable en verano.

CÓMO LLEGAR

Desde la Ciudad de México llega a la capital de Colima a través de Aeromar (aeromar.com.mx). Vuelo redondo desde $2,840 MX.

RECURSOS

En visitcolima.mx encontrarás información sobre zonas arqueológicas, turismo ecológico y de aventura, cultura, playas y golf. Allí también puedes consultar el clima local.

 

Dónde quedarse

Hacienda de San Antonio Ubicado a sólo 15 minutos del Pueblo Mágico de Comala y a media hora del centro histórico de Colima, esta hacienda del siglo XVIII resguarda uno de los hoteles boutique más galardonados de nuestro país. Suite desde $697 USD en temporada baja. haciendadesanantonio.com

Concierge Plaza La Villa En el Jardín Principal de Villa de Álvarez y rodeado de restaurantes, bares y una interesante movida cultural, este confortable hospedaje es muy práctico, gracias a su cercanía con Comala y la ciudad de Colima. Habitación Doble desde $899.00 pesos. conciergecolima.com

 

Dónde comer

Mariscos del Pacífico Con evidente influencia del Bigotes, creador de las enramadas de Manzanillo, este agradable local ofrece mariscos del día, algunos de ellos endémicos, con estupenda sazón. Camino Real 405, Camotlán de Miraflores, Manzanillo, Colima.

Los Portales de Suchitlán Según Nico Mejía, no puedes visitar Colima sin desayunar en Suchitlán. Cocina regional y tradicional, en medio de cafetales. Venta de café Pancho Arenas, y de cosméticos elaborados con subproductos cafetaleros. Galeana 10, Centro Suchitlán.

Cervecería de Colima y Jardín Trapiche La oportunidad de degustar la gastronomía de Nico Mejía a precios accesibles, aderezada con una visita guiada para aprender el proceso de producción de la cerveza. Carretera Colima-Guadalajara Km. 5, La Playita, El Trapiche, Colima.