A la larga y diversa lista de museos en la capital mexicana debes añadir uno más: el Museo Kaluz. Localizado en el Centro Histórico, este recinto apuesta por la preservación del arte mexicano, busca establecer un diálogo entre técnicas y expresiones, así como brindar un panorama histórico. Texto: Blanca Campollo y Arturo Torres Landa / Fotos: Cortesía. 

Instalado sobre la Avenida Hidalgo, este recinto abrió sus puertas con la nueva normalidad en mente y listo con todas las medidas para hacer que tu próxima visita sea segura. Aquí te compartimos algunos puntos que no debes perderte ahora que lo conozcas.

 

Producto de la pasión

 

El Museo Kaluz tiene como núcleo la Colección Kaluz, un compendio de más de 1000 obras de creadores mexicanos que datan desde el siglo XVIII hasta la actualidad. En ella encontrarás desde dibujos y pinturas hasta grabados y piezas de gráfica mexicana, y la persona que las reunió fue Antonio del Valle Ruiz. Este coleccionista mexicano ideó el museo como un lugar para que los habitantes de la Ciudad de México tuvieran un encuentro positivo con el arte.

 

 

Sala del Museo Kaluz

 

 

Entre grandes exponentes

 

La exposición principal del Museo Kaluz se llama México y los mexicanos en la Colección Kaluz, la cual está dividida en cuatro temáticas principales: retrato, paisaje, naturaleza muerta y pintura de costumbre. En ella reconocerás a autores de la talla de Diego Rivera, Gerardo Murillo «Dr Atl», Joaquín Clausell o Jorge González Camarena. Para apreciarlas mejor, podrás participar en visitas guiadas, conferencias e incluso experiencias gastronómicas, todo inspirado en las temáticas plasmadas por estos grandes de los pinceles.

Además de sus tres niveles y 18 salas de exhibición temporal, también, puedes disfrutar de una proyección corta sobre el mural Jardín Urbano de Vicente Rojo, que se encuentra en la parte posterior del edificio. En ella aprenderás sobre cómo se concibió la obra, cuál fue su proceso de elaboración y qué inspiró al artista.

 

 

Pintura en el Museo Kaluz

 

 

La palaciega sede del Museo Kaluz

 

Igual de atractiva que la colección es el edifico que la aloja, el Antiguo Hospicio de Santo Tomás de Villanueva, que antes fue sede del legendario Hotel de Cortés. Construido en 1780, este palacio virreinal de tezontle y cantera también cuenta con una terraza donde podrás admirar la Alameda Central.

 

 

Terraza del Museo Kaluz

 

Para una concluir tu visita, sube a la terraza por un costo de $20 pesos y descubre la Ciudad de México a través del observatorio urbano en el café del museo, Antonio. Recuerda que los martes cierran y los miércoles la entrada es gratuita si haces una previa reservación en su página web. Los horarios de apertura son de 10:00 a 17:00. Dónde: Avenida Hidalgo 85, Centro. Costo: General, $60 pesos, y estudiantes, maestros e INAPAM, $30 pesos.

 

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Primero fue José Guadalupe Posada, luego Diego Rivera. Ambos le dieron vida a través de su arte y hoy nuestros artesanos continuan alimentando su historia a través de hermosas piezas. Por supuesto, nos referimos a La Catrina, ícono del Día de Muertos. Conoce un poco sobre su historia y entérate sobre los artesanos que la han hecho famosa. Fotos: Cortesía de los artesanos, INBA y Adobe Stock.

 

La Catrina: una figura de crítica social

 

Si existe un personaje consentido en torno a la tradición del Día de Muertos es La Catrina, una calavera del género femenino vestida con sus mejores y más vistosos ropajes, luciendo un enorme sombrero y llena de flores y colores.

Su existencia se le debe a dos grandes artistas mexicanos. Uno fue José Guadalupe Posada, grabador, ilustrador y caricaturista mexicano, célebre por sus ilustraciones de «calaveras garbanceras«, personajes con los que se reía de quienes se vestían a la francesa pero no tenían para poner más que garbanzos en el plato.

 

 

La Catrina, creada por José Guadalupe Posada

 

Otro fue Diego Rivera, quien le puso el nombre de La Catrina en relación a quienes se creían más europeos que mexicanos. Se le puede ver vestida a la usanza francesa en su mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, que hoy se encuentra en el Museo Mural Diego Rivera.

 

Mural de Diego Rivera, Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central

 

 

Manos artesanas

 

Además de ser representada en murales y grabados, La Catrina también ha cobrado vida en la forma de artesanías populares. En Capula, un pueblo alfarero que se encuentra en Michoacán, este personaje se ha convertido en un símbolo. La mejor muestra es Laureano Martínez del Taller Xhenhuaro, quien lleva 17 años dedicándose a la manufactura de catrinas de barro, un saber que heredó de sus padres.

 

Artesano Laureano Martínez

 

El proceso para elaborarlas es largo. “Empieza desde la selección y recolección de dos barros, rojo y blanco, los cuales se secan y se muelen para conseguir un polvo muy fino”, comenta. “Luego se hornea para separar las impurezas y se le agrega agua para hidratarlo. Se forman bolas como si fuera plastilina y se le integra una fibra vegetal  para lograr mejores resultados”, añade Laureano.

“Lo que sigue es la forja de las piezas con moldes de yeso o barro; luego se alisa para limpiarla y se adorna. Aquí es donde empieza la magia, ya que cada pieza se va desarrollando de acuerdo a las habilidades y la imaginación. Una vez terminada, se pone a secar para continuar con el horneado de las piezas a 700 °C. Al final, se decoran con pinturas acrílicas”, describe el artesano.

Sus piezas se pueden adquirir a través de Artesano Casa, una plataforma que promueve el trabajo de manos michoacanas.

 

Catrina de Capula, Michoacán

 

 

 

Fama internacional

 

América Palacios, originaria de Mexicali, tiene 14 años viviendo en Estados Unidos, y desde hace ocho años inició el pasatiempo de crear catrinas utilizando solo materiales reciclados. Trató de investigar la técnica para hacerlas pero en esa época no había tantos tutoriales disponibles.

Ella las fabrica de manera autodidacta, pero las hace con mucho cuidado y amor porque sabe que es un símbolo muy significativo para el mexicano. “Nos representa como cultura y es símbolo de nuestro folclor”, expresa.

Cuando empezó, quienes más le hacían pedidos eran los extranjeros, no solo estadounidenses, sino de países como España, Rusia y hasta Nueva Zelanda. “Pero considero que últimamente el mexicano la valora mucho más a raíz del boom que nuestra cultura ha tenido en el mundo”, remata la artesana.

 

La Catrina de América Palacios

 

Para conocer más sobre su trabajo y adquirir piezas, la puedes contactar en su perfil de Instagram: @catrinasmexicanas

Qué interesante ha sido el trayecto de La Catrina como símbolo de crítica social a ícono del Día de Muertos, ¿no crees?

Si quieres ver todas las formas que puede cobrar este personaje, echa un vistazo a estas ofrendas del Día de Muertos que puedes visitar en la CDMX.