Hace tres años que no viajo sola; me acompaña Rolo, mi perro, con quien he explorado bosques, desiertos, playas y hasta Ciudades Patrimonio de la Humanidad. Les comparto mis destinos y hospedajes favoritos para ir con nuestros amigos perrunos. ¿Maletas y correa preparadas? ¡Vamos a disfrutar de estos viajes pet friendly! Fotos: Cortesía y Adobe Stock. 

 

Destinos ideales para viajes pet friendly 

 

San Miguel de Allende: caminatas con sabor a Pueblo Mágico

 

Viajes pet friendly

                                 

Uno de mis viajes pet friendly favorito en México es San Miguel de Allende. He ido varias veces acompañada de mi peludo, quien comparte conmigo la mejor forma de explorar esta ciudad considerada Patrimonio de la Humanidad. Esta ciudad de Guanajuato es muy amigable con las mascotas, así que muchos restaurantes como Marsálà, Cocina con Acentos, The Restaurant y Selina Roof Top; y hoteles como Live Aqua San Miguel de Allende Urban Resort, Dos Casas y Matilda, que por un cargo extra desde 2,000 MXN por perro, le dan la bienvenida a nuestro compañero peludo.

Definitivamente, mi rincón predilecto para disfrutar con Rolo —y con quien me quiera acompañar— es Rosewood San Miguel de Allende. Este hotel ofrece servicios pet friendly, como una camita con cortinas blancas, tipo realeza; platitos y juguetes personalizados con su nombre. Restaurante 1826, donde el menú tiene opciones para mascotas, y, lo mejor: una encantadora cuidadora canina que se encarga de darle paseos diarios por los jardines idílicos de la propiedad.

 

Viajes pet friendly

 

A las afueras del centro de San Miguel, Lavanda Aldea Holística; se trata de una especie de rancho con varias casitas para alojarse, un oasis de relajación rodeado de montañas. En esta aldea idílica se organizan paseos perrunos guiados por los dueños y su clan canino. Cada vez que los visitamos, Rolo se siente como de la familia y se rehúsa a regresar a casa.

 

Oaxaca: ¡vámonos a la playa!

 

San Agustinillo, Mazunte y Puerto Escondido, en la costa oaxaqueña, son otros de los destinos a los que más me gusta traer a Rolo conmigo, pues la tranquilidad de sus extensas playas y los paisajes montañosos son ideales para divertirnos. Estos poblados conforman otro de los viajes pet friendly que recomiendo.

 

Viajes pet friendly

 

Enclavado en la montaña, integrado a la naturaleza y respetando su entorno, se levanta Monte Uzulu, mirando a la costa oaxaqueña y a la encantadora playa del pueblo pesquero de San Agustinillo. Rolo fue feliz bajando y subiendo por el cerro y corriendo por las playas oaxaqueñas.

A las afueras de Puerto Escondido, se encuentra Casa Marena, una idílica casita en la playa, que invita a un escape inolvidable donde el entorno natural de la costa oaxaqueña se fusiona con la montaña y con una arquitectura moderna y armónica, nuestros peluditos son bienvenidos.

 

Baja California: entre la montaña

 

Viajes pet friendly

 

Ensenada, Rosarito y Valle de Guadalupe, en el estado de Baja California, ofrecen uno de los viajes pet friendly que más disfrutamos. A lo largo de mi viaje carreterro por Baja California, nos perdimos juntos entre montañas y viñedos en Valle de Guadalupe. Y es que este destino es muy amigable con los perros, ya que tanto bodegas como restaurantes y hoteles son pet friendly. Nos hospedamos en el Hotel Boutique & Spa Valle de Guadalupe, allí hicimos una clase de yoga y doga, guiados por una de las dueñas de este recinto onírico.

¿Inspirados para hacer estos viajes pet friendly en México?

También conoce tus derechos al volar con tu mascota.

 

El gozo por la desnudez primigenia y la espontaneidad del fotógrafo Spencer Tunick invadieron Guanajuato; en específico, la bella ciudad de San Miguel de Allende. Donde el artista archirreconocido por sus instalaciones de desnudos masivos en lugares públicos hizo de las suyas otra vez. La piscina del hotel Matilda fue el medio acuoso donde varias mujeres conjugaron su geografía dérmica con coloridas bolsas de yute cuyas imágenes de Frida Kahlo. Así como latas de frijoles y chiles, dieron todo un compendio de lubricidad juguetona y mexicanidad.

Obra de Tunick

El móvil de esta nueva obra de Tunick no fue la fotografía fija, sino un video en blanco y negro, en el cual las presencias femeninas murmuraban, seducían y soñaban en un útero efervescente.

“Puedes encontrar souvernirs caminando en las calles de San Miguel, puedes ver globos, máscaras históricas; es muy turístico, pero también es muy cultural pues hay personas que sobreviven ofreciendo su arte no tradicional”, dice Tunick en entrevista para Food and Travel México.

Spencer

Moxi > Enrique Olvera

En el restaurante Moxi de Enrique Olvera, al interior del hotel Matilda, la noche del 18 de agosto se congregaron varias decenas de personas para participar en una cena Supper Club. Que es un concepto del restaurante para destacar cada dos o tres meses la obra de algún artista. Un evento culinario y visual que fue el marco perfecto para presentar Under the water, la obra más reciente de Spencer Tunick, en cuyo honor se realizó la degustación nocturna.

Jorge Ildefonso y Carlos Zamora

Los encargados de la parte gastronómica fueron los chefs Jorge Ildefonso y Carlos Zamora, quienes realizaron un maridaje a tono con la noche: vinos y champañas de Moët & Chandon.

Al tiempo que nuestra mirada era capturada por la sucesión de imágenes de Tunick que acariciaban las paredes blancas del Moxi. Y nuestro paladar resonaba con una Ensalada de frijol criollo, jícama, zanahorias orgánicas y elotes asados. Para dar paso a una tostada de maíz azul raspada de langosta, con chayote, ejote y elote tierno.

 Platillos Moxi

Mientras los cuerpos expectantes de las musas de Tunick marcaban sinuosos caminos de burbujas en el video, llegó el atún en salsa de chile manzano, semilla de mostaza, chips de chía y brotes de rábano.

Pero mientras las cadencias femeninas mostraban las artesanías de San Miguel de Allende en la proyección de Under the water, llegó el clímax culinario con el Pork belly en mole verde, lenteja negra y quelites. Un infaltable en Moxi.

Platillo

Mientras nos reponíamos de la belleza de las imágenes visuales y las sensaciones en el paladar, llegaron el merengue de semilla de aguacate y el tamal dulce de elote, además de la invitación directa de Spencer Tunick en cada mesa para dirigirnos al bar Müi, del mismo hotel Matilda, donde una gran reproducción de la foto de desnudos en el Zócalo de la Ciudad de México nos esperaba.

Al calor de la amena charla entre amigos, y al arrepentirnos de pedir una cerveza, recordamos lo que unos minutos antes nos confesó Spencer en su muy alivianado tono, para seguir la celebración: “Cuando viajo, en mi maleta no puede faltar una botella de mezcal. ¡Amo el mezcal!”.