Uno de los recuerdos que más atesoro de pequeña, son esas madrugadas en las que no podía dormir esperando escuchar algún ruido o ver alguna señal de que Santa Claus había llegado a casa… En América del Norte conocemos como Santa Claus a este personaje de origen nórdico que reparte regalos a las personas mejor portadas, pero cada cultura del mundo tiene una forma distinta de nombrarlo. ¿Papá Noel? ¿Juan Chimenea? Nos dimos a la tarea de investigar cuáles son los otros nombres que tiene Santa Claus en el mundo. Fotos: Unsplash. 

El origen de este popular personaje se remonta al año 280 d.C., y se le relaciona con San Nicolás, un santo conocido por sus actos caritativos y generosidad. Se dice de hecho que San Nicolás tuvo una gran influencia en el personaje moderno que conocemos como Santa Claus.

Este nombre deriva del holandés Sinterklaas, proviene de la festividad llamada Sinterklaasavond (la noche de Sinterklaas) que se celebra el 5 de diciembre en los Países Bajos y Bélgica con la tradición de intercambiar regalos.

 

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En el nombre del cieeeeelo yo os pido posaaaada, pues no puede andaaar mi esposa amaaaada”. ¿Te suena? ¡Claro! es el obligado cantar de nueve días de celebración (del 16 al 24 de diciembre) muy populares en México y algunos países de Latinoamérica. Las posadas son el producto de la fusión entre cristiandad y paganismo, a pesar de que, hoy en día, para algunos se reduzca a beber en compañía de conocidos e inclusive ser precedidas por las “preposadas”. Sin embargo, las posadas son una de las tradiciones decembrinas más representativas de México, por lo que tienen un origen y guardan significado que no deben ser olvidados. Texto: Candy López y Arturo Torres Landa / Fotos: Adobe Stock.

 

¿Cuál es el origen de las posadas?

 

De acuerdo con el investigador Germán Andrade Labastida, los mexicas celebraban el nacimiento de Hutzilopochtli (que, según la tradición, nació el 24 de diciembre) obsequiando  a los invitados manjares y estatuillas realizadas con maíz azul molido mezclado con miel negra de maguey.

Dicha ceremonia, realizada en el primer día del festival de Panquetzaliztli, coincidía con las festividades previas a la fiesta de Natividad de la religión cristiana, conocidas como misas de aguinaldo, las cuales se comenzaron a realizar en San Agustín Acolman, en el actual Estado de México.

En cuanto a los nueve días de su duración, estos se inspiran en los nueve meses de gestación de la virgen María antes de dar a luz a Jesús. Además, basados en esto, los frailes acordaron crear las posadas a modo de una novena, otorgándoles un significado especial a cada una. Entre los valores que representan a cada posada desde su origen se encuentran la humildad, fortaleza, caridad, confianza, justicia, pureza, generosidad y alegría.

Sin importar si se es católico o no, recordar estos significados una buena opción para reflexionar, disfrutar y compartir junto a nuestros seres queridos.

 

Origen de las posadas

 

 

Las tradiciones durante las posadas

 

Ahora que ya sabes más sobre su origen, debes saber que las posadas han ido cambiado a través del tiempo, pasando de generación en generación. Habitualmente, la casa en donde se celebrará la posada debe ser adornada con papel picado y farolitos de papel de China, que darán la bienvenida a los invitados. A su vez, es importante que ya esté instalado un nacimiento en donde reposarán los peregrinos de la Sagrada Familia.

Después de haber acompañado a los invitados en la procesión desde la iglesia de la localidad, iluminando su camino las luces de bengala cual mini estrellas de Belén al son de rezos, se entona una letanía que, aunque a destiempo y a veces desafinada, es cantada con mucho corazón por los asistentes: es el momento de hacer entrar a las figuras de los peregrinos.

La colorida piñata, hecha a partir de una olla de barro y cubierta de papel, simboliza desde su origen la lucha contra los pecados capitales, ya debe estar colgada para luego de ser quebrada con un palo de madera lo suficientemente resistente.

 

posadas

 

Una vez rota, de sus interior suelen caer frutas de temporada como mandarinas, cañas y tejocotes, aunque irremediablemente después sucumbamos ante la gula con ese aroma de ponche o atole calientitos, tamales, dulce de tejocote, y hasta pozole o cualquier antojito del gusto de los posaderos.

Finalmente, durante las posadas suelen reunirse amigos, familiares y vecinos para compartir los alimentos, cantar villancicos, bailar e incluso intercambiar regalos. Aún persiste la tradición de entregar aguinaldos a los invitados, unas bolsitas de celofán rellenas de jícama, tejocote, caña y otras frutas mezcladas con cacahuates sin pelar; y, si tienes suerte, hasta galletas de animalitos podrás encontrar. Además de regalarse para que nadie se quede con las manos vacías, simbolizan los buenos deseos para el año venidero.

 

posadas

 

¿Listo para celebrar las posadas ahora que ya conoces más sobre su origen? Si eres de los que prefiere hacerlo viajando, echa un vistazo a estos destinos de México donde puedes festejar una posada única.

 

Y ya que hablamos de tradiciones navideñas, ¿alguna vez te has preguntado cómo las celebran en Colombia? Aquí te lo decimos.

Entre memes y chistes familiares, ¡el 25 de diciembre oficialmente da inicio la temporada de recalentado! Y cómo no vamos a comer lo mismo durante días, si el banquete navideño mexicano es excepcional: desayunar, comer y cenar pavo, romeritos y bacalao después de Navidad, es casi una tradición mexicana. Te contamos qué se come en México en Navidad y el motivo de nuestro amor por el recalentado. Fotos: Adobe Stock y Cortesía.

 

¿Desde cuándo se celebra la Navidad en México?

 

 

Primero lo primero, cuándo y cómo es que adoptamos esta celebración en tierras mexicanas. Básicamente fue consecuencia del proceso de colonización española en América. La primera celebración de Navidad en México sucedió en 1528, a cargo de Fray Pedro de Gante en la Capilla del Colegio de San José, dentro del convento de San Francisco. Ya después para el banquete, los mexicanos nos pintamos solitos.

A pesar de que en cada casa puede variar el menú navideño de acuerdo a gustos y tradiciones, aquí te contamos cuáles son las preparaciones más típicas.

 

 

Pierna o lomo de cerdo al horno

 

Lomo al horno

 

Dicho esto, ahora sí comenzamos con este recorrido por los platillos que comemos en México en Navidad. Para comenzar hablemos de la pierna o lomo de cerdo al horno, y del delicioso adobo que lo acompaña.

Sin duda uno de los máximos representantes de la gastronomía mexicana es el chile, y no podía faltar en los platillos que comemos en Navidad. Claro ejemplo es el adobo en el que bañamos la pierna o lomo. El adobo es prácticamente una salsa espesa de chiles secos (ancho, guajillo y pasilla), especias y vinagre en el cual marinamos esta carne, para posteriormente cocerla lentamente y finalmente disfrutarla jugosita.

 

 

Romeritos con tortitas de camarón

 

Romeritos en Navidad

 

Continuamos con los romeritos, un platillo típico tanto en Cuaresma, como en Navidad, en esta última es prácticamente un indispensable a saborear. Se trata de un guiso de quelites que se preparan con mole y se acompaña con tortitas de camarón seco y nopales.

Y de hecho esta receta tiene su origen en México, pues los aztecas incluían romeritos en su dieta, solo que en lugar de camarones solían incluir ahuautles, considerado como el caviar mexicano. Actualmente una de las principales comunidades productoras de este ingrediente en Ciudad de México es San Andrés Mixquic.

 

 

Pavo de Navidad relleno y horneado

 

Pavo en Navidad

 

Otro de los platillos que comemos en México en Navidad es el pavo, esta ave originaria de territorio nacional donde la conocemos como guajolote y es prácticamente símbolo de celebración: en bodas, cumpleaños, fiestas, y claro, Navidad.

En las fiestas navideñas mexicanas es muy popular el pavo relleno y horneado. La receta varía mucho de acuerdo a la casa en la que se prepara, algunos de los ingredientes más comunes en el relleno son: almendras, ciruela pasa, manzana, piñones, nueces, jugo de naranja, vino blanco y carne de cerdo molida.

 

Bacalao a la vizcaína

 

Bacalao en Navidad

 

El cuarto platillo es originario de España y fue traído a México durante la época colonial: bacalao. Este pescado curado en sal es obra de los vikingos y su necesidad por conservar la comida. Sin embargo, su uso en la cocina es obra de los vascos, quienes lo guisaron con papas, aceite de oliva y más ingredientes.

En México comemos el llamado bacalao a la vizcaína. Se compone de bacalao seco, aceite de oliva, cebolla picada, dientes de ajo picados, jitomate en cubos, papas peladas y cortadas en cubitos, alcaparras, almendras sin cáscara troceadas, aceitunas verdes rellenas de pimiento morrón, chiles güeros, sal y pimienta.

 

Ensalada de manzana

 

ensalada de manzana en Navidad

 

Finalmente llegamos a uno de los platillos navideños más camaleónicos, pues para algunos es un postre y para otros es una guarnición: la ensalada de manzana. Suele prepararse con manzanas cortadas en trozos, nueces, pasas, crema y leche condensada. Algunas veces incluso se le agrega piña, melón, piñones o durazno.

Y sumados todos los platillos que se preparan en los hogares mexicanos, al día siguiente, o incluso varios días después, el mexicano tiene la costumbre de seguir comiendo el famoso «recalentado» de estos platillos, reinterpretando estos mismos, ya sea en una torta o en un típico taco. 

 

Torta de romeritos

 

¿Ya avivamos tu espíritu navideño? Antes de preparar la cena de Navidad este año, checa cuáles son los árboles navideños más sorprendentes del mundo, te sorprenderás con la autenticidad.

Elabora estas recetas de postres fríos o congelados con anticipación para finalizar sin estrés tus fiestas de fin de año. Sus sabores indulgentes y detalles festivos agregan el toque final perfecto a un banquete elegante, sin que nadie se acalore ni se agobie en la cocina. Fotografía y producción: Angela Dukes / Recetas y estilismo de alimentos: Linda Tubby.

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Soufflé helado de calvados con salsa de manzana caramelizada y chips de manzana

 

Este soufflé helado de calvados es una versión adulta para redescubrir la alegría de las manzanas caramelizadas. Todos tus invitados quedarán fascinados y será el cierre perfecto para cualquier banquete.

 

Rendimiento: 6 porciones

Ingredientes

Para los soufflés

  • 175 g de azúcar refinada, más 4 cdas. extra
  • 6 cdas. de calvados
  • 4 claras de huevo
  • 400 ml de crema para batir, más 4 cdas. extra
  • Hojas de acetato (disponible en papelerías)
  • 6 moldes de 125 mililitros o tazones para soufflé

Para los chips de manzana

  • 125 g de azúcar refinada 2 manzanas

Para la salsa de manzana

  • 550 g de manzanas Gala
  • 4 cdas. de calvados
  • 6 cdas. de azúcar refinada
  • 3 cdas. de mantequilla

 

Procedimiento:

 

  1. Cortar una tira de acetato de 10 centímetros de ancho o usar papel encerado. Colocar dentro de los moldes, formando un círculo que sobresalga del borde de los moldes. Asegurar con cinta adhesiva o hilo de cocina.
  2. Para los soufflés, poner 175 gramos de azúcar en una cacerola pequeña con tres cucharadas de agua caliente y calentar a fuego bajo hasta que el azúcar se disuelva en un jarabe claro. Aumentar el fuego a medio y continuar cocinando hasta obtener un caramelo dorado. Retirar del fuego, añadir el calvados y las cuatro cucharadas de crema batida al caramelo. Revolver hasta obtener una mezcla suave. Colocar dentro de un recipiente grande con agua fría para enfriar rápidamente.
  3. Batir las claras de huevo en un tazón hasta formar picos suaves y agregar las cuatro cucharadas adicionales de azúcar, poco a poco, batiendo para incorporar entre cada adición. Sin lavar los batidores, batir los 400 mililitros de crema batida en un recipiente aparte, hasta que quede blanda y mantenga su forma.
  4. Incorporar la crema a la mezcla de calvados, seguida de las claras de huevo batidas. Verter en los moldes preparados de manera uniforme para que la mezcla quede a 1.5 centímetros por encima del borde. Congelar de 4 a 5 horas.
  5. Para los chips de manzana, precalentar el horno a 100 °C. Poner el azúcar en una cacerola con tres cucharadas de agua caliente y calentar a fuego bajo hasta que el azúcar se disuelva en un almíbar claro; luego, cocinar a fuego bajo durante 1 minuto. Rebanar las manzanas, sin pelar ni descorazonar, en rodajas finas. Quitar los extremos o los recortes y reservar en una cacerola para usar más tarde para la salsa de manzana caramelizada. Poner las rebanadas en el almíbar de azúcar y remojar.
  6. Cubrir una charola para hornear con papel encerado. Retirar las rebanadas de manzana del almíbar, escurrir el exceso de almíbar dentro de la misma cacerola y colocar sobre el papel encerado en una capa uniforme. Hornear durante aproximadamente 1 hora para secar. Revisar la cocción para que no se peguen al papel y dar vuelta a la mitad de la cocción. Si se preparan con anticipación, se pueden almacenar en un recipiente hermético hasta por 1 semana.
  7. Para la salsa de manzana, pelar y descorazonar las manzanas y cortar en trozos pequeños. Colocar los recortes de manzana en una cacerola. Añadir 400 mililitros de agua, cubrir la mitad de la olla y cocinar a fuego bajo durante unos 20 minutos, hasta que la manzana esté muy suave. Escurrir en un tazón para recoger los jugos; luego colocar los trozos suaves de manzana en un miniprocesador de alimentos y moler hasta obtener un puré.
  8. Poner el líquido de cocción de la manzana en una cacerola pequeña y cocinar a fuego bajo hasta que se reduzca a aproximadamente a tres cucharadas. Transferir a un recipiente y añadir el calvados. Agregar el azúcar a la misma cacerola junto con dos cucharadas de agua y calentar suavemente hasta que se disuelva en un jarabe claro. Aumentar el fuego y hervir hasta obtener un caramelo. Apagar el fuego y agregar la mantequilla, revolviendo para derretir; luego, añadir el jugo de manzana reducido y la mezcla de calvados. Añadir el puré de manzana, transferir a un tazón y dejar enfriar.
  9. Para servir, retirar el círculo de acetato de los moldes. Decorar con unos cuantos chips de manzana y servir con salsa de manzana caramelizada al gusto.

 

Maridaje F&T

 

Calvados blanco, manzana, Francia. Predominan los aromas a manzana verde y cítricos, con recuerdos a cereza y notas florales; en boca se muestra largo e intenso en retronasal.

Sugerencia: Calvados Original, Famille Dupont.

 

 

También puedes preparar: Tarta de naranja y merengue tostado.

Tarta de mousse de chocolate y almendras

 

Decoradas con virutas de chocolate crujiente, estas tartas son ricas y llenas de chocolate, pero de textura ligera.

 

Rendimiento: 6 porciones

 

Ingredientes

 

Para la base

  • 200 g de harina de trigo
  • 1 pizca de sal
  • 85 g de azúcar glas
  • 85 g de mantequilla, cortada en cubos y refrigerada
  • 2 yemas de huevo, más 1 clara
  • 6 moldes para tarta de fondo suelto, de 9.5 centímetros de diámetro y 3 centímetros de profundidad
  • Perlas para hornear

Para el relleno

  • 100 g de chocolate oscuro con chile
  • 15 g de mantequilla
  • 1 cda. de cocoa, tamizado
  • 2 cdas. de almendras molidas
  • 3 huevos, 1 de ellos separado
  • 125 g de azúcar refinada

Para decorar

  • Chocolates en forma de hojas y ramas, u otras siluetas
  • Azúcar glas, al gusto

 

Procedimiento:

 

  1. Precalentar el horno a 190 °C y hacer la base. Poner la harina, una pizca de sal y el azúcar glas en un procesador de alimentos; moler para airear. Añadir los cubos de mantequilla y trabajar hasta obtener una textura que se asemeje a migajas finas. Agregar las yemas y una cucharada de agua, y moler nuevamente hasta que la mezcla se una. Colocar sobre una hoja de plástico autoadherente y aplanar, cubrir y refrigerar durante unos 30 minutos o hasta que la mezcla esté firme como para extenderla fácilmente.
  2. Cortar la masa en seis piezas; luego extender una pieza a la vez y forrar los moldes. Cubrir la masa con círculos de papel encerado, arrugar para que se ajuste a los lados del molde, rellenar con perlas para hornear y hornear de 15 a 20 minutos. Retirar las perlas y el papel, y barnizar el interior con la clara de huevo; luego, devolver al horno por 5 u 8 minutos más, hasta que las bases estén doradas. Retirar del horno y aflojar las bases, pero dejar en los moldes (esto asegurará que se desmolden fácilmente cuando el relleno se haya cocinado). Reducir la temperatura a 180 °C.
  3. Para el relleno, poner el chocolate y la mantequilla en un tazón pequeño y derretir a baño María, durante 5 minutos; luego, añadir la cocoa y las almendras molidas. Batir los 2 huevos enteros y 1 yema con 100 gramos de azúcar, hasta que los batidores dejen una marca; luego, incorporar la mezcla de chocolate.
  4. Batir la clara de huevo restante hasta que se formen picos suaves y añadir los 25 gramos de azúcar restantes, poco a poco, hasta obtener una consistencia firme. Incorporar suavemente a la mezcla de chocolate y huevo. Verter en los moldes para tarta y hornear de 9 a 10 minutos hasta que la superficie esté crujiente y se agriete un poco. Dejar que se enfríen por completo antes de retirar del horno.
  5. Decorar cada tarta de mousse de chocolate con ramitas y una hoja de chocolate, espolvorear con azúcar glas y servir.

 

Maridaje F&T

 

Vino fortificado, ensamble, Portugal. Conocido por su equilibrio y dulzor con aromas a ciruela pasa, nuez, dátil y textura untuosa.

Sugerencia: Ramos Pinto Oporto Tawny.

 

 

También puedes preparar: Soufflé helado de calvados.

 

Panna cotta de vainilla y pistache con jalea de Jamaica y algodón de azúcar

 

Una pizca de magia comestible eleva estos postres en capas al reino de la fantasía, con un sabor igual de magnífico. Sin duda, esta panna cotta de vainilla y pistache les encantará a tus invitados.

 

Rendimiento: 6 a 8 porciones

Ingredientes

Para la panna cotta de vainilla

  • 3 hojas de grenetina
  • 250 ml de crema batida
  • 2 cdtas. de extracto de vainilla
  • 75 g de chocolate blanco, finamente picado
  • Vasos de 250 o 300 mililitros

Para la jalea de Jamaica

  • 5 láminas de grenetina
  • 5 cdas. de flores de Jamaica
  • 3 cdas. de azúcar refinada

Para la panna cotta de pistache

  • 2 1⁄2 láminas de grenetina
  • 50 g de pistaches
  • 20 g de azúcar refinada
  • 250 ml de crema batida

Para decorar

  • Algodón de azúcar
  • Confeti de estrellas doradas comestible (disponible en central-gourmet.mx)

 

Procedimiento:

 

  1. Para la panna cotta de vainilla, remojar la grenetina en agua fría hasta que esté blanda. Poner la crema para batir en una cacerola y calentar sin que hierva. Agregar la vainilla y el chocolate blanco, y apagar el fuego hasta que el chocolate se derrita. Retirar la grenetina del agua, exprimir y añadir a la crema. Revolver hasta disolver. Cubrir y dejar reposar para que se enfríe un poco, pero sin refrigerar. Revolver y dividir entre seis u ocho vasos de 250 o 300 mililitros. Refrigerar para cuajar por unos 25 minutos.
  2. Para la jalea de Jamaica, remojar la grenetina en agua fría hasta que esté blanda. Poner las flores de Jamaica en un recipiente y añadir 400 mililitros de agua hirviendo, y dejar reposar por 15 minutos. Retirar las flores del líquido, exprimir y añadir la grenetina y el azúcar, y revolver. Calentar si no se disuelve bien el azúcar. Cubrir y reservar hasta enfriar.
  3. Tan pronto como la panna cotta de vainilla se haya endurecido, retirar del refrigerador. Verter una cantidad uniforme de jalea de Jamaica en cada vaso, dejando suficiente para una capa final. Devolver los vasos al refrigerador durante unos 30 minutos.
  4. Para la panna cotta de pistache, remojar la grenetina en agua fría hasta que esté blanda. Moler los pistaches junto con el azúcar en un procesador de alimentos, hasta obtener un polvo fino. Poner la crema para batir en una cacerola y calentar sin que hierva. Retirar del fuego, añadir unas cucharadas de crema a los pistaches y mezclar hasta obtener una consistencia suave. Añadir un poco más de crema y mezclar. Retirar la grenetina del agua, exprimir y añadir a la crema. Revolver para disolver.
  5. Agregar la mezcla de pistaches y revolver hasta obtener una consistencia suave; luego cubrir y reservar para que se enfríe por completo. Cuando la capa de jalea se haya endurecido, agregar la panna cotta de pistache. Si esta última se ha endurecido mucho, colocar el recipiente sobre otro recipiente con agua muy caliente y revolver para obtener de nuevo una consistencia suave. Devolver los vasos al refrigerador y dejar reposar por 30 minutos hasta que cuaje.
  6. Dividir la jalea de Jamaica restante entre los vasos y refrigerar durante unas horas. Al momento de servir, decorar con algodón de azúcar y esparcir estrellas doradas comestibles.

 

Maridaje F&T

 

Vino de Jerez, Pedro Ximénez, España. Aromas a ciruela pasa, dátiles, chocolate oscuro y café; en boca posee mucho dulzor.

Sugerencia: El Candado, Valdespino.

 

 

También puedes preparar:Tarta de mousse de chocolate y almendras.

Tarta de naranja y merengue tostado

 

Esta tarta de naranja y merengue tostado les encantará a todos tus inivtados. Es un sensacional postre de pasta de hojaldre relleno de crema de naranja y limón, cubierto con merengue y avellanas.

 

Rendimiento: 8 a 10 porciones

 

Ingredientes

 

Para la base

  • 100 g de mantequilla, acremada y a temperatura ambiente
  • 65 g de azúcar refinada
  • 3 yemas de huevo
  • 225 g de harina de trigo, más extra para espolvorear
  • 65 g de almendras, molidas
  • 1 clara de huevo, para barnizar
  • Molde para tarta de 23 centímetros con fondo suelto
  • Perlas para hornear

Para el relleno

  • 300 ml de crema para batir
  • 6 huevos
  • 1 pizca de sal
  • 175 g de azúcar refinada
  • 1 limón, el jugo
  • 4-6 naranjas, exprimidas para tener 300 ml de jugo y reservando la ralladura de 2 de ellas para la cobertura

Para la cobertura

  • 120 g de azúcar refinada
  • 2 claras de huevo
  • 1 pizca de cremor tártaro
  • 25 g de avellanas, tostadas y picadas
  • Termómetro para alimentos
  • Manga pastelera con duya
  • Soplete de cocina

 

Procedimiento:

 

  1. Para la base, batir la mantequilla y el azúcar con ayuda de una cuchara de madera, hasta que estén suaves. Añadir las yemas de huevo, una a la vez, batiendo hasta que el azúcar ya no esté grumosa y la mezcla tenga una consistencia firme. Agregar la harina y las almendras. Verter sobre una hoja de plástico autoadherente y formar una bola con la mezcla. Aplanar un poco y envolver con el mismo plástico, luego refrigerar durante unos 30 minutos hasta que la masa se haya endurecido lo suficiente como para laminarla fácilmente.
  2. Precalentar el horno a 200 °C. Colocar una charola dentro del horno para calentarla. Extender la masa, espolvorear con harina si es necesario, y forrar el molde. Presionar la masa en el molde y pasar un rodillo por encima para quitar el exceso de masa. Pinchar la base con un tenedor y refrigerar por 10 minutos.
  3. Cubrir el molde con un círculo de papel encerado y arrugado, recortado para que se ajuste a los lados del molde; luego, añadir algunas perlas para hornear, y hornear durante 20 minutos. Retirar las perlas y el papel, y hornear por otros 5 minutos más. Barnizar con la clara de huevo para sellar la masa y hornear por otros 2 minutos, hasta que esté crujiente y dorada. Retirar del horno y reducir la temperatura a 160 °C.
  4. Para el relleno, poner la crema para batir en una cacerola pequeña. Romper los huevos en un recipiente mediano y agregar una pizca de sal y el azúcar. Revolver suavemente con un batidor de globo para mezclar; la mezcla no debe volverse espumosa. Agregar el jugo de limón y naranja. Calentar la crema a fuego medio hasta que comiencen a aparecer burbujas. Añadir la crema caliente a la mezcla de huevo poco a poco, revolviendo suavemente con el batidor.
  5. Mientras la base aún está caliente, verter la mezcla anterior de crema y huevos hasta que esté a unos cinco milímetros del borde. Transferir al horno y dejar de 25 a 30 minutos. Para evitar la sobrecocción, revisar cada 10 minutos; tan pronto como la mezcla tenga un ligero bamboleo en el medio al mover el molde, estará lista. Dejar enfriar por unos 20 minutos; luego transferir a una rejilla para que se enfríe por completo. Si se consume de inmediato o dentro de los siguientes dos días, retirar del molde y colocar en un lugar fresco mientras se termina la tarta. Si se conserva por más de dos días, guardar en el molde en un lugar fresco.
  6. Para la cobertura, poner el azúcar en una cacerola con 3 cucharadas de agua hirviendo. Calentar a fuego bajo y, una vez que el azúcar se haya disuelto en un jarabe claro, aumentar el fuego y hervir a una temperatura de 121 °C. Si no hay un termómetro disponible, hervir durante unos cuatro minutos, pero no permitir que el azúcar se caramelice. Colocar la base de la cacerola brevemente en un recipiente con agua fría para detener la cocción.
  7. Batir las claras junto con el cremor tártaro, hasta que los batidores dejen un patrón en la espuma. Agregar gradualmente el jarabe de azúcar, batiendo continuamente. Para acelerar el proceso, colocar la base del recipiente en otro recipiente más grande con agua fría y batir hasta que la mezcla esté tibia. Colocar en una manga pastelera con duya y formar dos o tres círculos cerca del borde de la tarta, dejando la mitad de la tarta expuesta. Usar un soplete para tostar el merengue.
  8. Mezclar las avellanas y la ralladura de naranja y esparcir en el centro de la tarta y un poco sobre el merengue. Servir de inmediato o almacenar en un lugar frío hasta por dos días y servir a temperatura ambiente.

 

MARIDAJE F&T

 

Vino blanco dulce, ensamble, Coahuila. Con aromas florales, amielados y afrutados; en boca tiene mucha jugosidad que envuelve al dulzor.

Sugerencia: Cosecha Tardía Casa Madero.

 

También puedes preparar: Semifreddo de tiramisú.

Merengues de marron glacé

 

Estos merengues de marrón glacé están compuestos de forma magistral. Primero una cubierta crujiente, luego un relleno suave y un bocado consistente al final. Una forma indulgente de disfrutar las castañas en todo su esplendor.

 

Rendimiento: 6 porciones

Ingredientes

 

  • 4 claras de huevo
  • 2 pizcas de cremor tártaro
  • 225 g de azúcar refinada
  • Manga pastelera
  • Duya de estrella

Para el relleno y la decoración

  • 30 g de azúcar morena
  • 150 g de puré de castañas, sin azúcar
  • 100 ml de crema para batir
  • 4 dulces de castañas (marron glacé)
  • Spray dorado comestible, al gusto (disponible en amazon. com.mx)

 

Procedimiento:

 

  1. Precalentar el horno a 100 °C. Forrar dos charolas para hornear con papel encerado.
    Poner las claras de huevo en un tazón grande junto con el cremor tártaro y montar con una batidora de mano hasta que los batidores dejen un patrón en la espuma. Añadir el azúcar poco a poco, batiendo constantemente hasta obtener una mezcla firme y brillante. Transferir el merengue a la manga pastelera con la duya de estrella.
  2. Formar seis aros de aproximadamente 6.5 centímetros de diámetro. Duyar otros dos aros sobre el borde del primero para construir una especie de nido. Hacer 6 tapas pequeñas con un final puntiagudo sobre la misma charola. Hornear por alrededor de 1 hora, hasta que se despeguen de la charola fácilmente. Dejar enfriar en el horno apagado.
  3. Para el relleno, colocar el azúcar y tres cucharadas de agua hirviendo en una cacerola pequeña a fuego bajo y dejar que se disuelva, hasta obtener un almíbar claro. Subir un poco el fuego y cocinar durante unos minutos.
  4. Poner el puré de castañas en un recipiente y luego agregar gradualmente la preparación anterior del almíbar. Revolver bien hasta obtener una mezcla suave. Batir ligeramente la crema hasta que esté blanda; luego incorporar al puré.
  5. Montar los merengues de marron glacé una hora antes de servir. Trocear los dulces de castañas y repartir entre las bases de merengue. Agregar un poco de crema de castañas y cubrir con las tapas de merengue más pequeñas. Rociar con spray dorado comestible y almacenar en un lugar fresco.
  6. Servir los merengues de marron glacé.

 

Maridaje F&T

 

Vino espumoso, moscatel, Italia. Ligeramente espumoso con mucho dulzor y aromas a durazno, chabacano y naranja confitada.

Sugerencia: Pinelli Moscato, Giacomo Sperone.