Septiembre es sinónimo de palanquetas, buñuelos, pepitorias, ates, jamoncillos, mostachones, cocadas y un sinfín de deliciosos clásicos de la dulcería tradicional mexicana. ¡Sí!, querido lector, también de té. Una y otra vez le hemos dicho que gracias a su acidez, astringencia, amargor vegetal y dulzor, además de su gran amplitud aromática, el té es ideal para acompañar platillos de alta complejidad sensorial. Junto a dulces típicos mexicanos, la infusión de Camellia Sinensis integra uno de los más fascinantes y perfectos maridajes. Fotos: Escuela Mexicana de Té. 

Lo primero que hay que entender es que el dulce empata y se perfecciona con su igual. Así, los tés con marcados tonos frutales y de azúcares cocidas –piense en caramelo–, particularmente los tés negros e incluso algunos oolongs de alta oxidación, son ideales para el encuentro. Variedades como Golden Monkey, de China, de agradable dulzor y matices torrefactos; Gandaki, de Nepal, con aromas de cereales malteados, miel silvestre, chabacanos y clavo de olor, o el inigualable Lumbini Keshary, de Sri Lanka, con recuerdos de guayaba y tejocote en almíbar, son perfectos para acentuar el sabor de palanquetas de cacahuate, pepitorias y muéganos.

¿La clave para conseguir una mezcla afinada sin llegar a empalagar…? ¡Acidez!, de la misma forma que sucede en cualquier ejercicio de armonización con vinos, licores y espirituosos. La acidez y astringencia de la infusión de Camellia Sinensis aportan frescura a la unión, además de restar dulzor a la percepción gustativa de cajetas, jaleas, chocolates, mieles y demás golosinas.

 

 

¡Combinaciones infalibles!

 

Dulces mexicanos y té

 

 

Y para saber qué dulces mexicanos van mejor con té, entre los grandes invitados a la mesa septembrina, siempre cargada de aromas especiados y sabores contundentes, hay que mencionar a los buñuelos de rodilla, servidos con su respectiva porción de jarabe de piloncillo. Aquí conviene apuntar a tés negros de Darjeeling, reconocibles por su inconfundible astringencia y peculiar carácter de moscatel. Dulces y equilibrados, estos tés negros aportan frutalidad intensa y frescura, ayudando así a contrarrestar el dulzor del piloncillo.

Para piñas, platanitos y otras frutas secas enchiladas¡Té verde!, desde Sencha y Genmaicha, hasta Gunpowder, Dragonwell y Longjing. Los intensos tonos vegetales y herbáceos del té verde, sumados a su gran frescura en boca y acidez moderada, favorecen el cálido encuentro. ¡Créalo!, una taza tibia de Gyokuro, con su placentero carácter acidulado y recuerdos de almíbar frutal en boca, es sublime al compás de mangos y duraznos cristalizados y enchilados.

 

Dulces mexicanos y té

 

¿Manzanas chapeteadas? Entre los dulces mexicanos, este es muy famoso desde la época del Porfiriato, demanda tazas de buena intensidad aromática y dulzor moderado en boca. Nuestro gallo es el icónico Oriental Beauty, té Oolong con potentes recuerdos de flores silvestres, miel de abeja, chutney de ciruela, especias y frutas cocidas, cuyo balance en boca y deliciosos tonos de mango y ciruelas amarillas en retrogusto hacen de la unión todo un suceso.

Ahora bien, si el menú de Noche de Grito incluye ate con queso, lo mejor será ir tipología por tipología: tés blancos con quesos frescos; verdes con quesos curados o ahumados; negros con quesos de hongo azul; Puerh, dependiendo su estilo y método productivo, con cuajados de leche ultra maduros o aderezados con especias y chiles secos, y los Oolongs, de baja y alta oxidación, con quesos de hongo blanco, doble cremas y quesos de oveja semi maduros. escueladete.mx

Entender la gran cultura japonesa del té sin hacer referencia al Hojicha sería imposible… Hoy, este té verde tostado posee un lugar especial en la mesa diaria de millones de consumidores en todo el mundo; hace apenas 100 años, era creado con el propósito de aprovechar los desperdicios en la producción de hebras de primera calidad. Prepárese para probar una nueva y fascinante joya líquida: ¡Hojicha! Fotos: Escuela Mexicana de Té. 

Catalogado como un té verde puro japonés, la historia del Hojicha comienza mucho antes de que se descubriera el proceso de tostado. Japón abrió sus puertos al comercio global hacia el final del período Edo (1603-1868); este fue el primer paso hacia la modernización de Japón, objetivo primordial del gobierno en el período Meiji (1868-1912). El emperador Meiji adoptó el capitalismo de libre mercado y las nuevas políticas comerciales dieron como resultado un aumento significativo en las exportaciones de té verde. La alta demanda de las exportaciones japonesas financió y alimentó la revolución industrial en el país del sol naciente.

 

Hojicha

 

Hasta aquel momento las hojas de té verde eran recolectadas a mano, de forma tradicional, pero con muy bajos rendimientos. Los trabajadores más calificados apenas podían cosechar unos 8 kilos de hojas de té al día, es decir, menos de 2 kilos de té verde procesado y terminado. Como las exportaciones de té de Japón superaban las 10 mil toneladas anuales, fue necesaria la invención de máquinas para cosechar y procesar el té de manera más eficiente. La cosecha mecánica ayudó a satisfacer la creciente demanda, así como a reemplazar la costosa mano de obra.

Pero el corte con máquina tenía una grandísima desventaja… La cantidad de pedacería de hojas, mezclada con trozos de tallos y brotes, era notable. Como una isla con recursos limitados, una parte importante de la cultura local era lograr la reducción de desperdicios.

 

 

 

Hojicha

El surgimiento del Hojicha

 

En la década de 1920, un comerciante de té de Kioto intentó aprovechar al máximo las hojas, tallos y sobrantes asándolos sobre carbón. El Hojicha había nacido. Al poco tiempo, las tiendas de té en Kioto comenzaron a comercializar exitosamente esta nueva variedad de té verde. Además de minimizar el despilfarro, el Hojicha era una gran oportunidad de negocio; el agradable aroma del té verde tostado atraía y encantaba a los consumidores.

Un siglo después, el Hojicha es más popular que nunca en Japón. Hoy, los consumidores pueden elegir entre una amplia variedad de tés verdes tostados elaborados a partir de Bancha, Sencha y Kukicha. Desde 2016, se han introducido en el mercado todo tipo de nuevos productos con sabor a Hojicha, desde bebidas preparadas, hasta postres congelados.

¿Cómo es el té puro en taza? La infusión desarrolla un aspecto único, ambarino con tonos anaranjados, bien brillantes. Su fragancia es fácilmente reconocible: nueces tostadas, elegantes ahumados y melosos tonos de azúcares cocidas. En boca es fascinante y es que, el tostado reemplaza los matices vegetales típicos del té verde por torrefactos y dulces, que recuerdan al caramelo rubio. ¡Sí!, en México puede hallarse fácilmente en tiendas y casas especializadas de té. escueladete.mx

 

Hojicha

Llegó febrero y con él uno de los momentos más esperados del año… la ¡tamaliza! Sí, es momento de explorar las posibilidades que ofrece la unión tamal y té. Fotos: Escuela Mexicana de Té. 

Si bien es cierto que el tamal encuentra en el atole su contraparte ideal, también hay que decir que muchos ejemplares del amplio catálogo nacional demandan bebidas de igual o mayor complejidad aromática y gustativa. La respuesta bien puede ser té.

 

Tamaliza con té

 

Tés y maíz

 

De forma genérica podemos decir que los tés verdes y oolongs de baja oxidación con buen nivel de acidez son los más recomendables para equilibrar la untuosidad de la masa de maíz batida.

Variedades como Dragonwell, té verde de sabor fresco, dulce, astringente y tostado, o Tieguanyin (“Tie Guan Yin” o “Ti Kwan Yin”), oolong caracterizado por sus notas florales, herbacidad y astringencia refrescante, son excelentes aliados cuando de armonización tamalera se trata. Ojo, las opciones en taza son tan amplias como recetas, ingredientes, salsas…

Para simplificar las cosas hemos decidido apuntar a cuatro regiones del país cuyos tamales bien pueden dar claridad en torno al tema. Sí, también a tés que pueden hallarse fácilmente en todo el territorio nacional.

 

 

Tamaliza con té

 

 

Tamales mexicanos

 

 

Del Golfo de México es necesario comenzar mencionando a los tamales costeños, envueltos con hoja de plátano y rellenos de camarón guisado con jitomate. Aquí, la respuesta son tés verdes nipones, cuyas notas vegetales y tonos yodados son perfectos para acentuar el gusto del jitomate y la masa de maíz.

Variedades como sencha, gyokuro y bancha (elaborado con hojas gruesas y grandes, obtenidas después de la nueva estación) son bien recomendables. Incluso el hojicha, té verde tostado repleto de aromas y sabores torrefactos, puede funcionar.

Si decimos Istmo de Tehuantepec inmediatamente vienen a la mente imágenes de tamales de mole negro envueltos en hoja de plátano. Para hacer frente a la dulzura y untuosidad del mole, es necesario apuntar a tés de mediana intensidad, con astringencia moderada y fresca frutalidad.

Algunos tés verdes de Sri Lanka, como Lumbini Ladaluchacra, son perfectos para acompañar estos envueltos; imagine una infusión con tonos de tejocote, ate de guayaba y almíbar de frutas, cuyos sabores de manzana y chabacanos se funden a la perfección con la masa de maíz especiada.

 

 

Tamaliza con té

 

 

Dulces tentaciones

 

Del Norte de México: tamales dulces, de piña, envueltos en hojas de elote. Aquí es necesario optar por tés negros. Repleto de notas frutales, de humo, vegetales dulces cocidos y azúcar mascabado, el té negro es capaz de armonizar con todo tipo de tamales dulces:

Golden Monkey, de China, de agradable dulzor y matices torrefactos; Kosabei, de Kenia, con notas de malta y tierra; Keemun, de China, con matices de nuez, ciruelas y orquídeas, y hasta Masala Chai, mezcla de té negro con especias, armonizan al punto con envueltos dulces de maíz.

¿Del Centro del País…? De todas las expresiones locales, posiblemente sea el tamal verde el más solicitado. La acidez de la salsa de tomate y la grasa que aportan pollo o cerdo obligan a pensar en oolongs de baja oxidación y tés blancos corpulentos.

Una taza de Pai Mu Tan (Bai Mu Dan), té blanco de hojas y brotes jóvenes, plagado de sabores frutales, florales y torrefactos, es fascinante con un tamalito verde tibio. escueladete.mx