Cuando se escucha la palabra tequila es inevitable no pensar en México, pues es una de las bebidas que más caracterizan al país. Y como solo el buen tequila se hace con agave azul tequilana weber, desde 1870 Casa Herradura se ha encargado de transformar, con mucho cuidado, la piña del agave azul en destilado, pues en su elaboración también interviene la mayor dedicación.

Por esta razón, los expertos destiladores de San José del Refugio han honrado los métodos que se han seguido desde el siglo XIX para producir el Tequila Herradura Blanco Original de 46º, una legendaria bebida que se hizo famosa en el occidente de México y poco a poco fue conquistando los paladares del resto de la República.

Una joya de Amatitán

Aunque este tequila considerado como una joya de Amatitán se sigue obteniendo por el método de destilación que los árabes llevaron a los españoles y los españoles trajeron a México durante la Conquista. La hacienda San José del Refugio se vio forzada a modernizar procedimientos debido a la demanda, por lo que la nueva fábrica cuenta con tanques de fermentación y destiladores tecnológicamente avanzados llamados alambiques. 

Por ello, en la actualidad, el tequila que nació en San José del Refugio se obtiene de agaves cuyas crías fueron mejoradas en laboratorios perfectamente equipados y cuidados durante sus primeros años en invernaderos especialmente acondicionados para su desarrollo. La tecnología que interviene ahora en los procesos de elaboración del tequila no es incompatible con la tradición, porque se repiten los criterios que la hacienda definió en sus inicios.

El tequila y su elaboración son más que un producto y un proceso, son una muestra cultural extraordinaria de México, una expresión de arquitectura e historia. Todo esto es lo que enriquecen su sabor más allá de su gusto.

Ahora ya sabes todo lo que implica que un delicioso tequila llegue hasta tu paladar. Eso hace que en un caballito de tequila se escondan historias, personalidades, paisajes y tradiciones.