Pros y contras de un año sin viajeros
El 2020 representó una pausa a la vida cotidiana a la que estábamos acostumbrados, con cambios notorios en las sociedades, en la economía y en el planeta.
Una mesa comunitaria, el placer de brindar con desconocidos, la sorpresa de robarle una “probadita” al platillo ajeno, las mesas dispuestas para compartir, llenas de colores, texturas y sabores… ¿son escenas que a partir de ahora nos llevarán a la nostalgia? ¿O podremos volver a vivirlas?
En los restaurantes, no solo le damos un abrazo en gratitud al chef que nos hizo cerrar los ojos de gusto, también vivimos inesperadas complicidades con sommeliers y con el equipo de servicio, hacemos nuevos amigos, abrimos conversaciones inimaginadas, y, algunos, hasta nos enamoramos.
Todo indica que los rituales en torno a la mesa están a punto de cambiar ante las nuevas reglas que incluyen reducción y mayor distancia entre comensales, estrictas normas de higiene… Pero, ¿seguiremos haciendo del acto de comer una celebración?
El mismo virus que nos obligó a distanciarnos por meses, nos lleva a buscar nuevas maneras de acercarnos. Y es una suerte que tengamos la oportunidad de crear otras formas de convivir, de degustar, cuidándonos y cuidando. El consumo local, responsable y sustentable dejó de ser una decisión para convertirse en obligación.
Tendremos que crear nuevos ritos para la mesa y la sobremesa, abrazar al cambio y a las soluciones que se presentarán en un futuro incierto. Mientras tanto, tenemos el presente y sus sabores, y también las enseñanzas de los que saben, como esta frase del dalái que he adoptado como mantra:
“Solo existen dos días en el año en que no puedes hacer nada. Uno se llama ayer y otro, mañana. Por lo tanto, hoy es el día ideal para amar, crecer, hacer y vivir”.
El 2020 representó una pausa a la vida cotidiana a la que estábamos acostumbrados, con cambios notorios en las sociedades, en la economía y en el planeta.
Recientemente lanzadas por Sonora Grill, estas hamburguesas plant based son una buena alternativa para quienes buscan bocados sin carne ricos y propositivos. ¡Conócelas!
El pasado 24 de enero, las mesas del hotel boutique Casa Fernanda se cubrieron de manteles rosas para recibir a tres connotados chefs mexicanos que cocinaron en favor de la lucha contra el cáncer de mama.
De ahora en adelante, cada que visites un lugar cerrado y concurrido en CDMX, deberás escanear un código QR al ingresar. Ante el repunte de casos de Covid-19, el Gobierno de la Ciudad de México lanzó esta iniciativa. ¡Te contamos los detalles!