Château Clarisse: una vinícola con enfoque orgánico

En la finca donde hace más de una década se conserva un enfoque de agricultura orgánica, se alza Château Clarisse, una bodega familiar que promueve la comunión entre el hombre y la naturaleza. Te contamos el proceso e historia que hay detrás de estos exquisitos vinos franceses. Texto: Andrea Cabrera. 

 

Amor por la vid

 

La pasión de una familia por el vino y la curiosidad de Olivia y Didier Le Calvez, fueron los motores que le dieron vida desde hace más de una década al viñedo Château Clarisse. Después de dos años de una ardua búsqueda, la pareja francesa logró encontrar el terreno ideal en el que comenzarían a materializar su sueño: una finca vinícola con enfoque orgánico.

 

Château Clarisse

 

Ciudad de tierras privilegiadas

 

La bodega Château Clarisse, referente de inspiración y cambio en la industria del vino francés, se ubica en el punto más alto de la meseta de Saint Emilion, una pequeña ciudad cerca de Burdeos reconocida por los caldos que se elaboran a sus alrededores. Su altitud de 100 metros beneficia a su suelo arcilloso-calizo y arcilloso-silíceo, escenario donde crecen las uvas de las que se obtiene el mosto.

 

Distintas Variedades, un mismo objetivo

 

Sus vides, originalmente distribuidas en cinco hectáreas, se han expandido gradualmente, hasta extenderse por 21 hectáreas con plantas de siete a 75 años, de variedades como merlot noir, cabernet franc, carménère, malbec y petit verdot. Mismas que le dan vida a sus tres etiquetas de notas elegantes: Clarisse, Clarisse Castillon y Clarisse Vieilles Vignes.

 

Château Clarisse

 

Cuna de agricultura orgánica

 

Respecto a su enfoque de agricultura orgánica, las vides de Château Clarisse se trabajan con el máximo cuidado a lo largo de su ciclo de vida. Se comienza con la poda hecha a mano, mientras que el desmontaje, despalillado, remoción de hojas y cosecha también se hacen de forma artesanal, con el mayor respeto por la naturaleza.

 

Certificación en Biodiversidad y Agricultura Orgánica

 

Château Clarisse obtuvo la Certificación de Biodiversidad y Agricultura Orgánica para su cosecha 2019. Esto significa que en este viñedo se utilizan pastos que favorecen la actividad microbiana del suelo y así se gestiona la fertilidad. Además, han logrado reemplazar por completo los herbicidas y productos sintéticos por elementos naturales y productos minerales que permiten la floración de las vides.

 

 

La biodiversidad es otro punto clave para este tipo de agricultura, significa estar seguro que el ecosistema es saludable y que las especies están protegidas, por eso la presencia de 21 colmenas en los bordes de Château Clarisse. El objetivo es lograr de forma natural, que la vid exprese la calidad de este terruño, regalando vinos de riqueza aromática y taninos excepcionales. ¿Se te antojó un vino? Conoce más en chateau-clarisse.com 

 

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