En una visita a México, Roberto Aragón nos presentó seis de sus vinos en una cata en el Salón Almirante de La Naval.

En 1994 nace la bodega Cillar de Silos, pero fue desde 1970 cuando Amalio Aragón comenzó a comprar pequeñas parcelas y terruños para dar inicio a este proyecto. Hoy en día le da vida junto a sus dos hijos, Oscar y Roberto Aragón. Esta bodega, ubicada en la Ribera del Duero, debe su nombre al monje que se encargaba de la cillería o despensa –que incluía vino-, del Monasterio Santo Tomás de Silos que se encuentra muy cerca del viñedo y además data del siglo X, y que ha sido famoso por sus cantos gregorianos.

Cillar de Silos

Cillar de Silos cuenta con 68 hectáreas de viñedo

Donde cultivan uva tinta Tempranillio con variedades de uva blanca Albillo. Una de sus mayores atracciones es su bodega subterránea que data del siglo XVII, donde las condiciones naturales de humedad y temperatura, que van de los 11.5º a los 12º C, son constantes durante todo el año y perfectas para que los vinos finalicen el proceso de envejecimiento en botella y así estar listos para ser bebidos al momento en el que salen a la venta.

¿Cómo inició la cata?

Durante la cata, dimos inicio con el Rosado de Silos, limpio y brillante con aromas intensos a frutos rojos silvestres como fresa y frambuesa así como a hierbas aromáticas e hinojo, se recomienda maridar con preparaciones a base de arroz. Además, pudimos probar los tintos: el Quintanal es un vino joven que pasa de tres a cuatro meses en las barricas más viejas; cuenta con aromas a pimienta y especias, está lleno de cuerpo y estructura y se recomienda con carne, quesos y mermeladas.

Cillar de Silos

Degustamos también el Cillar de Silos Crianza 2011, este vino es la espina dorsal de la bodega según Roberto Aragón, quien afirma que este crianza refleja el carácter del tempranillo en sus colores a cereza fresca y aromas a especias dulces como nuez moscada, clavo y vainilla. Otro tinto es el Torresilo, sur aromas recuerdan al regaliz, minerales y ciruelas con sabores a frutos y maderas; es un vino sofisticado y elegante que queda bien con platillos de caza, hasta con cocina fusión.

Cillar de Silos

Para finalizar la cata, disfrutamos de un Vermut Golfo Tinto que se prepara con uvas sobre maduradas y pasa en barrica de siete a 10 meses, lo cual le brinda sus colores a caoba con ligeros tonos ambarinos y en nariz recuerda aromas de canela, eucalipto y balsámico con sabores a caramelo, canela y frutos secos. Vinos desde: $290 en La Naval. cillardesilos.es lanaval.com.mx

 

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