Con una fiesta de verano entre amigos, en un patio y un ambiente que imaginamos lejanos del corazón de la Ciudad de México; en un oasis urbano en el cual contrastan la pureza y el equilibrio de la alberca —en línea recta— con las paredes de concreto y los espacios verdes, diseño del arquitecto Javier Sánchez, se realizó un verdadero Palomazo para celebrar el primer aniversario del hotel Carlota.
Ambiente relajado en Carlota
El chef Joaquín Cardoso y la repostera Sofía Cortina —quienes trabajaron en Francia en el renombrado hotel Crillon y con la leyenda de la repostería francesa Pierre Hermé, respectivamente— habían presenciado los festivales de música callejeros que abren el verano francés. Inspirados por ese ambiente relajado, decidieron invitar a sus amigos chefs para que cada uno presentara sus platillos a los 240 invitados al Palomazo.
En el edificio que fue totalmente remodelado para dar una segunda vida al que fuera el hotel Jardín Amazonas:
“queríamos hacer algo diferente; entonces sacamos platos desechables, nos instalamos en el patio y preparamos comida para comer fuera, como platicando con unos amigos en un jardín”, dice Joaquín.
El evento se dividió en tres partes
- En tres oleadas de chefs: tuvimos el gusto de probar el yakitori de EDO Kobayashi, chef de grupo Rokai, maridado con unos sakes de excepción que nos presentó el sommelier Rikku Kobayashi.
- Ostiones con botarga casera de Tomás Bermúdez, del restaurante la Docena.
- Entre tantas otras delicias de los chefs invitados, incluyendo a Edgar Núñez, Jair Téllez, Matteo Salas, Oswaldo Oliva, Olivier Deboise y Lalo García.
Joaquín Cardoso, luego de prepararnos su famosa ensalada de aguacate con granizado de queso de cabra, explica: “Invitar a tantos amigos y tener esta respuesta positiva, que todos hayan venido en medio de tantos proyectos, ¡es increíble!”.
Celebración por el primer aniversario
La solidaridad para celebrar este primer año de vida del restaurante del hotel Carlota fue determinante. La amistad es notoria en este dream team de chefs, que se dejaron fotografiar juntos en la cocina y festejaron llevados por la música de Fausto Palma y su grupo. Un Palomazo que fue un homenaje a la gastronomía en su mejor expresión: divertida, relajada, pero siempre de excelencia.
