La bebida favorita del Dios griego Baco, el vino, cada vez tiene más aficionados en nuestro país. La fórmula para prepararlo a grandes rasgos es sencilla, ya que básicamente solo se necesita el mosto de uvas vitis vinífera con levaduras y tiempo. Pero, ¿alguna vez te has preguntado si existen ingredientes un poco secretos? Aquí te compartimos productos que quizá no sabías que se pueden utilizar para hacer vino.
Cola de pescado
Sí, así como lo lees. La cola de pescado puede utilizarse en los vinos para un paso que se llama clarificación, debido al colágeno que contiene. Éste procedimiento sucede justo después de la fermentación, con la cual se formaron levaduras muertas y algunas bacterias que quedaron al fondo del recipiente. Para removerlas del vino blanco, se utiliza una pequeñísima cantidad de jalea de cola de pescado, la cual además puede dar más brillo al vino.
Clara de huevo
Al igual que la cola de pescado, la clara de huevo se utiliza para la clarificación del vino, específicamente para el tinto. Es decir, para quitar partículas en suspensión que quedaron después de la fermentación del mosto de uva. Tal cual es cada vez menos utilizada, ya que es sustituida por la albumina, proteína que se encuentra en la clara de huevo. Es importante aclarar que no le otorga ningún gusto ni aroma al vino.
Arcilla
Concretamente se utiliza una conocida como bentonita, que tiene un grano muy fino y algo de hierro en su composición. Al igual que las dos anteriores, es usada en cantidades mínimas para la clarificación del vino, solamente que ésta es apta para tintos, blancos y rosados.
Azúcar
Técnicamente, añadir azúcar al vino es un proceso conocido como chaptalización. Es un método controversial, ya que tiene como objetivo aumentar el grado alcohólico y puede ocultar algunos “defectos”. En algunos países como España, este procedimiento está prohibido, mientras que en otras naciones está permitido en cierto grado, debido a los cambios en las condiciones climáticas.
Barricas
Como tal, éste no es un ingrediente. Sin embargo, lo incluimos en la lista porque su presencia puede modificar algunos detalles del vino. Por un lado, las barricas permiten la entrada de oxígeno al vino, lo cual hace que este madure y suavice su textura. El tipo de madera influye, por ejemplo, si es roble americano, aporta menos taninos al vino tinto y más aromas como coco, tabaco, café, humo y cacao. Por su parte, el roble francés contribuye con aromas sutiles a vainilla, miel, frutos secos, especias dulces, herbáceas y balsámicas.
Todo lo que tiene que ver con la comida, es de su interés. Desde las recetas y anécdotas detrás de ellas; los significados culturales que se les da y hasta cómo las prácticas de agricultura regenerativa y sostenible contribuyen al sabor de un perfecto caldito de olla. Por curiosidad, también investiga sobre desperdicio de alimentos y biodiversidad. Escribe y viaja cada que puede, casi siempre con el objetivo de compartir y aprender. Síguela en Instagram como: @dulzirri
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