El verano se ha establecido entre nosotros con su cálida brisa y ocasionales lluvias que refrescan el ambiente. Para disfrutarlo, aquí te dejamos cinco Pueblos Mágicos que puedes visitar para vivir esta alegre y relajada temporada del año.

Chignahuapan

Es un poblado enclavado en la Sierra Norte de Puebla, cuyo nombre proviene del náhuatl chiconahui que significa sobre las nueve aguas. Fue habitado por totonacas desde el siglo XII y está rodeado de aguas termales, una laguna, cascadas y bosques que le confieren un gran encanto. Además este lugar destaca por sus más de 200 talleres de esferas de Navidad, creadas a partir de vidrio soplado.

Cuatro Ciénegas

Es un pueblo colonial ubicado en la sierra de Coahuila, rodeado de valles y naturaleza que le otorgan mucho atractivo. Al visitarlo es indispensable conocer sus dunas de yeso, un sitio único en el país lleno de arenas blancas. También acude a la Poza Azul, un área protegida con flora y fauna endémica. Cuenta con balnearios donde puedes refrescarte y pescar en aguas cristalinas cuyas temperaturas van desde los 17º hasta los 25ºC

Mazamitla

Esta pequeña localidad jalisciense tiene espesos bosques de robles y coníferas que lo convierten en un sitio ideal para rentar una cabaña con la familia o en pareja. Se ubica en la Sierra del Tigre y su nombre proviene de vocablos náhuatl que significan: lugar donde se cazan los venados con flechas.

El Fuerte

Esta localidad situada en el norte de Sinaloa debe su nombre al mayor de sus atractivos turísticos, su Cabecera Municipal, cuya forma de fortaleza se remonta a 1564. Además su Plaza de Armas cuenta con un encantador y emblemático kiosco de hierro forjado. Cualquier época del año es ideal para conocerlo, sin embargo una de las fiestas más interesantes que se celebra en el lugar es la Semana Santa Indígena, en la cual resalta su sincretismo religioso, católico y prehispánico.

Loreto

Es un pueblo ubicado en Baja California Sur, cuyo encanto se debe a sus paisajes naturales y a la importancia histórica que tiene. Loreto fundado en 1697, fue el centro emisor de la cultura jesuita, pues desde su territorio comenzaron muchos de los peregrinajes y evangelizaciones de la península californiana. Además cuenta con islas llenas de flora y fauna endémica y una gastronomía sobresaliente, donde es imprescindible probar la almeja tatemada, quesos y vinos.