Cuando se trata de preparaciones frescas del mar, Campobaja es el lugar indicado para consumir con responsabilidad y sabiduría. Por este motivo fue invitado por el restaurante Deigo para presentar su filosofía de producto y fusionarla con el estilo japonés de los hospederos. Fotos: cortesía

Deigo está ubicado al sur de Ciudad de México y, con más de 20 años de historia, se ha consolidado como uno de los  espacios favoritos para comer auténtica comida japonesa.

 

Restaurante invitado

 

Campobaja

 

Campobaja, con el chef Alejandro Zárate al frente, ofrece productos frescos trabajados con exactitud y sencillez para lograr resaltar a los productos del mar. En ésta visita única, nos deleitaron con platillos ejecutados con esencia de Deigo, como ejemplo los ostiones kumiai con ensalada de algas al escabeche

El yakitori de hígado de pescado, con shishito y salsa de cebolla fue otra de las formas de aprovechar el producto, incluso cuando se trata de un sabor potente y poco recurrente.

 

Estrellas de la noche

 

 

Campobaja

 

La magia en la cocina se logró aquella noche con preparaciones como las gyozas de machaca de pescado, fritas, y de puerco con camarón, al vapor. Otro de los más comentados fue el ramen de marlín, producto de la pesca incidental que pasó a ser altamente venerado por su sabor umami. El equipo de casa, del  chef Yoshitake Yanag, también fue un punto clave para una noche fluida y amena.

 

Los cocteles

 

Campobaja

 

Gran parte del encanto de Deigo es su conexión con Kaito, el izakaya que se encuentra en la parte de arriba. Desde este lugar, Claudia Cabrera, head bartender, y su equipo conformado por mujeres ofrecen tragos balanceados con inspiración en sabores japoneses. Uno de nuestros cocteles preferidos fue el daiquiri Midoriiro, a base de ron blanco infusionado con lemon grass, té matcha, sour mix y unas gotas de Chartreuse, ejemplo que expresa dedicación y creatividad a la hora de perfeccionar las bebidas.

 

Los de casa

 

 

En esta noche de Campobaja en Deigo, el sake de la casa no podía faltar. Éste se sirve en la forma tradicional, en masu -caja de madera- hasta ser derramado, lo que es símbolo de abundancia. El postre fue otra de las creaciones especiales que  puedes disfrutar, en esta ocasión fue un ikura falso. Consta de esferificaciones de naranja y azafrán con cremoso de limón y caramelo infusionado con nori. deigodelvalle.com.mx