Realiza un viaje a la Ribera del Duero a través de los aromas y sabores de estos vinos icónicos de dos de las bodegas más importantes de la zona, ambas pertenecientes a Bodegas Familiares Matarromera. Fotos: Cortesía. 

Conocimos las características organolépticas de ambos tintos a través de una cata dirigida por Carlos Moro, fundador y actual presidente de Bodegas Familiares Matarromera, en compañía de Georgina Estrada, vicepresidenta de la Asociación de Sommeliers Mexicanos.

En una transmisión a través de nuestra cuenta de IG: @foodandtravelmx, Gina recomendó enfriar los vinos metiéndolos en agua con hielos -en el refrigerador se corre el riesgo de que adquieran otros olores-, hasta que adquieran una temperatura entre 16 y 18 grados centígrados. Previo al maridaje, hay que descorchar las botellas para que vayan oxigenando.

 

Un gran terroir

 

Bodegas Matarromera

 

Antes de probar los vinos, Carlos Moro nos describió el terroir en el que nacen las vides. Ambos vinos provienen de Valbuena de Duero, una de las zonas más míticas de la Ribera del Duero. Se ubican en una parte estrecha del valle y en un lado de la ribera del río, sobre unas laderas ubicadas entre 710 y 900 metros.

Allí se encuentran los viñedos, acreditados desde el año 1,142, ya que eran utilizados por monjes para producir vinos. El tipo de suelo es calizo y el subsuelo posee arcillas y margas, un conjunto de microelementos extraordinarios, señaló el viticultor.

La orientación de estos terrenos hace que al medio día las vides reciban gran cantidad de sol. Además, en verano hay corrientes de aire cálido, lo que impide que las plantas sufran enfermedades y las hacen libres de cualquier tipo de productos químicos para el control de plagas.

 

 

El clima, otro gran atributo

 

Bodegas Matarromera

 

Acerca del clima, Carlos Moro nos contó que en invierno baja la temperatura hasta 4 °C, lo que también mata todo tipo de bichos y larvas, y en verano hay una amplitud térmica extraordinaria, con temperaturas durante el día hasta de 42 °C y por la noche puede bajar hasta los 9 °C.

Eso ayuda a la creación de polifelones, lo que fortalece la película de la piel de la uva y hace que esos se concentren. De igual modo, la radiación solar es fuerte, lo que hace que los frutos tengan una riqueza extraordinaria, una sanidad enorme y una calidad excepcional.

 

En nariz y boca

 

Sommelier

 

El primer vino que Carlos y Georgina cataron fue Emina Crianza, de la bodega del mismo nombre, Emina (nombre de la medida de vino que cada día podían tomar los monjes). Esta bodega, aunque pequeña en tamaño, es la punta de lanza de todo el grupo, porque es donde realizan investigación y proyectos sostenibles, como el cálculo de la huella de carbono, indicó su presidente.

La añada 2016 muestra un color rojo cereza con buena adherencia en copa, compartió la vicepresidenta de la Asociación de Sommeliers Mexicanos. En el olfato regala muchos aromas fragantes como frutos rojos y negros, regaliz, canela, coco, vainilla y caramelo.

En boca es sumamente estructurado, con un buen tanino, buena acidez y una permanencia prolongada. Gracias a estas características tiene un amplio espectro de maridajes. La sommelier comentó que aquí en México iría bastante bien con tacos de borrego, barbacoa y cochinita pibil, y Carlos Moro agregó la arrachera y los asados de lechón.

Sobre la uva tempranillo con la que está elaborado este vino, el también enólogo indicó que en Valbuena de Duero se le llama tinta fino, ya que las expresiones de esa uva son diferentes en cada región.

 

Emina

 

 

Vino icónico

 

 

Matarromera Reserva es otro de las etiquetas icónicas de este grupo vinicultor porque fue servida en la boda del actual rey Felipe VI. Servido en copa, muestra un rojo ciruela; es limpio y brillante.

En nariz es muy complejo y elegante. Tiene recuerdos a tierra mojada, hojarascas, frutas como el higo, ciruelas, cerezas, de vainilla, caramelo, pimienta negra y nuez moscada. Y en boca, es sedoso con tanino firme, pero en perfecto equilibrio con el resto de elementos, aseguró Georgina.

Tomarlo solo es una delicia, añadió Carlos Moro, pero en una comida con carnes o pescados es una delicia. Un plato típico en Ribera del Duero es el lechazo y cocinado a las brasas con sarmiento, va perfecto con Matarromera Reserva.

 

Matarromera

 

 

 

 

Años de experiencia

 

Bodegas Familiares Matarromera comenzó su historia en 1993 en Valbuena de Duero, de donde es originaria la familia de Carlos Moro. Los terrenos donde comenzaron a sembrar las vides fueron unos que ya desde el siglo XII eran utilizados para ese fin.

El vino resultante de su primera cosecha obtuvo el Premio al Mejor Vino del Mundo, ganando la Gran Medalla de Oro en el International Wine Competition, el tinto español en conseguirlo por primera vez.

 

Matarromera

 

Ese hecho marcó la constante de la bodega: producir vinos de una gran calidad y que siguen siendo muy buscados, reconocidos y galardonados. Hoy Bodegas Familiares Matarromera es una de las empresas más destacadas de la Ribera del Duero, con seis denominaciones de origen y nueve bodegas.

Matarromera Reserva $1,465 en bodegasalianza.com y Emina Crianza $540 en lanaval.com.mx. matarromera.es

Sus castillos, catedrales, iglesias, acueductos y viñedos te hacen regresar en el tiempo, justo a la época medieval. No por nada, la comunidad autónoma de Castilla y León es considerada Tesoro Cultural al poseer más de 60% del patrimonio arquitectónico, artístico, histórico y cultural de España. Y para que se te antoje ir a conocer España, mucho más allá de Barcelona o Madrid, aquí te decimos seis lugares que te resultarán irresistibles de Castilla y León.  Fotos: Cortesía de Turismo de la junta de Castilla y León. 

 

Segovia

 

Castilla y León

 

Caminar por sus calles empedradas —casi solitarias—, ver los rojos tejados de sus casas en tono beige, rodeadas del follaje de los árboles que abundan en la ciudad, y encontrar los múltiples bebederos y fuentes antiguas en parques y callejones, te harán sentir que has viajado en el tiempo. Debido a su riqueza cultural, Segovia fue nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1985. 

Si algo tiene Segovia, son muchas iglesias, pero la majestuosidad y belleza de la Dama de las Catedrales, como se le conoce a la catedral de Santa María de Segovia de estilo gótico, te sorprenderá, fue construida entre los siglos XVI y XVII en la Plaza Mayor. Te encantará recorrerla, así como sus hermosos alrededores.  

Enamórate del Acueducto de Segovia, de estilo romano, que data del siglo II d.C., también considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Sus 30 metros de altura y sus 167 arcos son una poesía a la arquitectura romana. Tiene 15 kilómetros de longitud que dividen la ciudad: a su lado izquierdo está la Plaza del Azoguejo, y a la derecha, la Plaza de la Artillería.  

La leyenda segoviana cuenta que fue construido por el diablo a petición de una niña que deseaba tener una herramienta que la ayudara a acarrear el agua hasta su casa. La ausencia de argamasa —cemento— que la una, hace que esta leyenda parezca real. 

  

Cuéllar

 

Castilla y León

 

El tiempo en que reyes y reinas vivían en hermosos castillos cimentados en altas montañas con el fin de proteger sus tierras, es lo que representa la localidad de Cuéllar, ubicada al norte de la provincia de Segovia, en Castilla y León.

Aquí encontrarás el castillo de los duques de Alburquerque, construido a partir del siglo XI, cuyo estilo gótico y renacentista le valió ser nombrado Monumento Artístico Nacional. Este nombramiento también lo tienen las murallas de Cuéllar, uno de los bienes patrimoniales más importantes de Castilla y León, debido a su complejidad y extensión de dos kilómetros. 

Una visita teatralizada te llevará a recorrer los rincones del castillo. Sube hasta la última torre y asómate por alguna de sus ventanas: admirar desde la cima la inmensidad de todo lo que lo rodea, te estrujará el corazón. 

  

Valladolid

 

Castilla y León

 

La que fuera por un breve tiempo la capital del Imperio Español en el siglo XVII, es ahora una ciudad que conserva un interesante conjunto de obras renacentistas compuesto por casas, palacios y edificios emblemáticos que les dan mucha vida cultural a sus habitantes y a quienes la visitan.  

Un imperdible es el Colegio de San Gregorio, que fue construido a finales del siglo XV, y que actualmente es la sede del Museo Nacional de Escultura.

Desde su entrada quedarás impactado por su sublime belleza, representante de una arquitectura híbrida que fusiona dos universos: el medieval y el moderno. Por ello podrás apreciar en el marco de la fachada las esculturas de hombres primitivos y de caballeros con escudos que te darán la impresión de observarte. 

Te recomendamos dar un paseo por la Plaza Mayor de Valladolid, recorre sus comercios y disfruta de la vista de la estatua del repoblador de la ciudad, el conde Pedro Ansúrez.  

  

Peñafiel

 

 

El aire puro y frío que corre por esta villa española se sentirá como una ligera cortada que extrañamente se disfruta en la piel. Si levantas un poco la vista, observarás los hermosos valles que lo comprenden: Valle del Cuco, Vega del Pajares, Botijas, Duero y Duratón, que en conjunto forman el Campo de Peñafiel.

En ese momento sabrás que has llegado a la capital del vino, pues diversos hallazgos del yacimiento arqueológico de Pintia, muy cerca del municipio de Padilla de Duero, demuestran que ahí se elabora vino desde hace más de 2 mil años. 

Alza la vista, casi en dirección al Sol, encontrarás el castillo de Peñafiel, justo en la cima de una loma estrecha, lo que le da la forma de un enorme buque de mar.

Considerado como una de las fortalezas más impresionantes de la Edad Media, se trata de una fortificación que data del siglo X, y que en 1917 fue declarada Monumento Histórico Artístico.

Sube hasta la cima del castillo para disfrutar la vista desde más de 34 metros de altura, que es el punto más alto de toda la provincia. Regálate unos minutos para cerrar los ojos, extender los brazos y dejar que el viento te meza. 

 

Valbuena de Duero

 

 

Si se pudiera definir en una sola palabra la sensación que produce estar en el centro de un viñedo, sería espiritualidad. El contacto directo con la planta de la vid es una comunicación única que solo se puede tener con la naturaleza. Esto lo podrás vivir en Valbuena del Duero, provincia de Valladolid, nombrada así por el río Duero. 

Aquí encontrarás la Bodega Emina Ribera, de Grupo Matarromera, en la localidad de San Bernardo, abrazada por el monasterio de Santa María de Valbuena.

Posee la D.O. (Denominación de Origen) de Ribera del Duero, ya que se localiza en el llamado Triángulo de oro del vino que forman las localidades de Valbuena del Duero, Pesquera de Duero y Peñafiel. 

Al llegar, te dará la bienvenida la escultura del artista Cristóbal Gabarrón llamada Oinoz, que evoca la cabeza de un dios mitológico.

Disfruta en todo su esplendor del enoturismo con un recorrido por sus viñedos, y su propio Museo del Vino, donde te explicarán todo lo que debes saber sobre este elíxir, que está unido a esa tierra desde que los monjes cistercienses llegaron a habitarla.  

  

Salamanca

 

 

Tiene sus orígenes como urbe desde hace más de 2,700 años, durante la primera Edad de Hierro. En 1988 fue declarada por la UNESCO como Ciudad Patrimonio de la Humanidad, y en 2002, la Capital Europea de la Cultura, por lo que posee el don de encantar y enamorar a quien llega a ella. 

Visita su universidad, que es una de las más antiguas de Europa, al ser fundada en 1218 por Alfonso IX de León. Este recinto es una de las joyas del arte renacentista español. Aquí habitan el pasado, el presente y el futuro. Su fachada, de arte plateresco —corriente artística también llamada gótico platerescomerece una amplia contemplación, debido a sus cuidadosos detalles. 

 

 

Una de sus paradas imperdibles son sin duda sus catedrales: la antigua, de estilo románico que se construyó durante los siglos XIII y XV, y la nueva, de estilo gótico, renacentista y barroco, creada entre los siglos XVI y XVIII. Recorrerlas te hará adentrarte en más de 900 años de arte e historia.  

Maravíllate con la terraza de la Torre Mocha, que te regalará una fascinante vista del río Tormes. Luego de subir las estrechas y largas escaleras, llegarás a la Torre de las Campanas, el punto más alto de ambas catedrales, que mide más de 100 metros de altura. Ahí, colócate debajo de alguna de las campanas y tendrás una panorámica de 360 grados de Salamanca. Te sentirás tan lejos del suelo y tan cerca del firmamento. jcyl.es

 

También checa España: coquetería sensorial.