Carta Editorial julio-agosto 2020 > Food and Travel

 

Portada Food and Travel 98

 

Nunca pensamos atestiguarlo: hoteles legendarios que cerraron sus puertas por primera vez en décadas; nadie para ver el atardecer en jardines idílicos, con piscinas cubiertas por lonas oscuras; callejones coloridos sin rastro de haber sido transitados en días; emblemáticos museos cerrados; cocinas en silencio; chefs revelando sus secretos desde la intimidad de su hogar; detractores de lo culinario ahora convertidos en cocineros de clóset…

Los viajeros hemos aprendido a echar raíces, a amanecer durante más de 96 mañanas seguidas en la misma cama, con la misma cotidianidad. Los nómadas descubrieron su parte sedentaria, y éstos, su pulsión viajera. Todos aprendimos a reconocer a quienes llamamos familia. Redefinimos el concepto de hogar y estamos en camino a restructurar el concepto de viajar.

Es tiempo de asumir el cambio de realidad, de mirar con agradecimiento el pasado y enfrentarnos a un nuevo presente en el que es preciso cuidarnos y cuidar. Cuando todo esto termine, habrá que sumar a esta melancolía, la creatividad para generar nuevos encuentros, para volver a viajar y a comer en nuestros rincones favoritos: usando el sentido común, siempre, como brújula.

Habrá que buscar la forma de unirnos bajo la misma consigna de seguir explorando al mundo, pero esta vez a consciencia, a un ritmo más pausado, más sabio, más amoroso con nuestro entorno. Si tenemos que elegir entre la prudencia y el riesgo, nuestra elección siempre será la prudencia: la mejor manera de cuidarnos y cuidar a todos los que nos rodean, sin privarnos de seguir saboreando todas las notas de la vida.

 

Cecilia Núñez > Directora Editorial

@cecinunez

 

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