Entre los barrios que componen a Praga hay uno que sobresale por su estética industrial y vibra alternativa. Karlín, al este de la capital checa, es hoy por hoy la zona más hot para quienes buscan arte, tragos y comida extraordinaria, por ello no sorprende que Eska, uno de los restaurantes más de moda en Europa Central se ubique allí. Fotos: Cortesía. 

Afortunadamente para todos los capitalinos, para degustar lo que ahí se cocina no es necesario cruzar el Atlántico, pues durante todo marzo será posible disfrutar lo que los chefs Tomáš Valkovič y Jirka Horák de Eska, en conjunto con el equipo de cocina de Hacienda de los Morales, han preparado con motivo del festival Sabores de la República Checa.

 

Hacienda de los Morales

 

Tradicional con un twist

 

El menú presentado por Valkovič y Horák está compuesto por platillos de arraigo checo a los que –sin embargo– han incorporado parte de su creatividad y así como ingredientes de México.

Así, durante la comida de presentación del festival pudimos probar una kulajda, crema de hongos con huevo escalfado y eneldo muy popular en el país europeo. En el mismo apartado de los entrantes destacó la terrina de cochinillo, que los chefs de Eska cocinaron con achiote y cerveza oscura: mejor fusión checo-mexicana, imposible.

 

Hacienda de los Morales

 

También rica (y muy sustanciosa) fue la sopa cremosa de ajo, servida con quesillo de Oaxaca. Y en cuanto a los principales, nos encantó el pescado local en escabeche, aderezado con zanahoria, rábano y apio, aunque también probamos un poco de knedlo vepřo zelo: cuello de cerdo con col fermentada y papas, plato típico también del sur de Alemania y Austria.

 

Con los expertos en malta

 

Como no podía ser de otra forma, el menú especial de Sabores de República Checa en Hacienda de los Morales también cuenta con una selección de cervezas checas de las marcas Czechvar, Kozel y Pislner Urquell. Si se busca maridar con algo floral y ligero la recomendación es la Czechvar Budvar Original, una pale lager. En cambio, para un sabor más robusto, se debe probar la Kozel Dark, de sabor tostado y acaramelado.

 

Hacienda de los Morales

 

Así, si tú también deseas trasladarte a la encantadora Chequia con el paladar, acude a Hacienda de los Morales antes del 31 de marzo. Para conocer el resto del menú disponible durante el festival, dirígete a sabores.destinochequia.com /haciendadelosmorales.com

 

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Una de las miles de formas que existen de viajar, es a través de los olores y sabores de un lugar, de un alimento o de una exquisita bebida. Y eso es lo que ocurre cuando bebes una refrescante cerveza checa, considerada la mejor del mundo. Por ello aquí te dejamos un breve recorrido por dos de las ciudades cuna de dos de las principales marcas de cerveza checa a nivel mundial. Para cuando viajes a República Checa puedas hacer estas paradas imperdibles.

 

 

 

 

 

 

 

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En México le decimos de muchas formas, “chela”, “cheve”, “helodia”…, y en República Checa,  cerveza se dice “pivo”, y al igual que en México, sino es que aún más, la consideran su bebida nacional, tanto así que al país también se le conoce como “La República de la cerveza”, ya que es la nación donde más se consume esta bebida, con un promedio de 144 litros por persona al año.  

La historia de la cerveza en la República Checa data del año 993, tiempo en el que se realizó la primera mención sobre la cocción de cerveza checa en el monasterio de Břevnov. Pero fue 126 años después, que se construyó la fundación de la primera cervecería en Bohemia, Cerhenice, o como se dice en checo, “pivovar”.  

 

 

cerveza checa

 

Aunque fue entre los años 1034 y 1055 que se realizó el escrito de la fundación otorgada por el príncipe Břetislav I, que representa el documento más antiguo sobre el cultivo de lúpulo. Para el siglo XIII, el Rey Wenceslao II otorgó el derecho cervecero, que solo era exclusivo de los citadinos de ciudades reales y a los monasterios. Y en el año 1353, se creó la fundación del primer gremio de maltería en la ciudad de Brno.  

 

Cerveza checa para todos

 

¿Imaginas una vida sin poder probar cerveza? Pues los checos pensaron lo mismo, y en el año de 1356 fue cuando el Emperador Romano y el rey checo Carlos IV, dictaron la Bula Dorada, en la que se otorgaba el derecho a cocer cerveza a todos los citadinos.  

A partir de entonces, la cerveza comenzó a tener un gran boom en toda República Checa. Por lo que, para 1842, la cervecería de la ciudad de Pilsen, preparó la primera cocción de cerveza con fermentación baja, que actualmente es la auténtica cerveza checa, tipo pilsen.  

 

cerveza checa

 

31 años después, la producción de cerveza en República Checa ya era una gran industria, por lo que se fundó la mayor asociación cervecera, llamada Asociación para la Industria Cervecera en el Reino Checo, cuya seguidora es la Unión Checa de Cervecerías y Malterías.  

 

Joya líquida dorada

 

Y como todo gran trabajo siempre tiene sus frutos, para la mitad del siglo 19, la producción de cerveza checa vive su gran edad de oro. Por lo que, para el año 2008, la cerveza checa adquiere la codiciada Denominación de Origen, protegida por la Unión Europea.  

La cerveza es tan importante para la cultura checa, que incluso, tiene su Día Nacional que se celebra todos los 27 de septiembre.  

 

cerveza checa

 

 

¿Cómo es la cerveza checa?

 

Para que la conozcas un poco más, debes saber que es una bebida ligeramente alcohólica, que contiene una gran cantidad de vitaminas y sustancias minerales, y que se produce en un territorio delimitado de la República Checa, en el que emplean un método específico en el que utilizan lúpulo y malta de alta calidad. Y precisamente sus altos estándares de calidad, la han hecho la cerveza más popular del mundo.  

 

cerveza checa

 

De color es dorado-amarillo y tiene notas a malta clara y lúpulo, también es un poco picante, su intensidad de amargura es media, de carácter fino, de espuma blanca y compacta en vaso. Pero una de sus principales características son sus valores elevados de polifenoles –sustancias químicas- y pH. Debido a su color, olor y sabor, se le conoce también como el pan líquido de República Checa, pero para todos los checos es su más preciada joya.  

Si aún no has probado una cerveza checa, qué esperas para disfrutarla y levantar tu tarro, y decir “zdraví!” -¡salud!-.