El estado más pequeño de la República Mexicana resguarda grandes lugares llenos de tradición, naturaleza y cultura gastronómica. Aquí te compartimos tres poderosas razones para que inicies tu recorrido por Tlaxcala. Fotos: Charly Ramos, Carlos León y Adobe Stock. 

 

Cuna del pulque

 

La época de oro del pulque corresponde al Porfiriato, que fueron los años de apogeo para la industria, esto debido a la gran conectividad que otorgaron los ferrocarriles. Desde esos años, Tlaxcala fue -y es- uno de los principales proveedores de este elixir de los dioses.

Y la Hacienda Xochuca, ubicada en el municipio de Tlaxco, es prueba fehaciente. Se tiene registro de su existencia desde el año 1847, y en la actualidad se dedica al cultivo del maguey para la elaboración del pulque.

 

Tlaxcala

 

El dueño Guillermo Ramírez Flores, tercera generación dedicada a la industria del pulque, es el encargado de ofrecer tours dentro de las 150 hectáreas que conforman la hacienda. Aquí explorarás el crecimiento de los magueyes, cómo se extrae el aguamiel y se deja fermentar para covertirse en pulque.

En Tlaxcala no hay nada mejor que disfrutar de un día saboreando este fermentado y, para el bajón, opta por las delicias culinarias que ofrecen, como los tlacoyos de arberjón, la sopa de milpa y el pollo Xochuca, cocido con la penca del maguey, acompañado de papas. Costo: recorridos desde $130 por persona.

 

Delicias gastronómicas

 

El chef Francisco Molina te espera en el restaurante Evoka, que es un referente de la cocina en Tlaxcala. Aquí encontrarás preparaciones auténticas con ingredientes de la región y técnicas ancestrales. Como el volcán de escamoles con queso artesanal y puré de frijol orgánico o las sabrosas tortas de milanesa de rib eye con chalupa y salsa del día.

Recientemente, Tlaxcala recibió grandes propuestas gastronómicas, en un evento donde el restaurante Evoka fue la sede de la Ruta del Cerdo volumen V presentada por US Meat. El protagonista del menú de seis tiempos fue la proteína.

 

Gastronomía

 

La chef invitada Lula Martín del Campo se encargó en llevar a la mesa la tostada de chilorio, mientras que el chef anfitrión sorprendió con su chicharrón casero y pico de gallo verde de xoconostle con camarones; ambos se maridaron con un clamato hecho con salsas caseras y cerveza bien fría, lo que hizo destacar los atributos del cerdo.

Como platillo fuerte, la chef dueña de Cascabel y Marea Restaurante de Mar ofreció unos mejillones con chorizo, acompañados de ayocotes; la jugosidad del cerdo resaltó la suavidad de los frijoles. Para concluir la deliciosa experiencia, ante los ojos de los comensales abrió paso un helado de maíz bañado con chocolate y espolvoreado con trozos de tocino hecho por el chef Molina. Cheque Promedio en Evoka: $850 por persona.

 

Temporada de luciérnagas

 

Luciérnagas

 

Durante los meses de junio a agosto en Tlaxcala hay un espectáculo de la naturaleza que debes de vivir al menos una vez: noche de luciérnagas. Observa la danza de estos pequeños insectos que emanan su propia luz, te dará unas fotografías memorables; recuerda no utilizar flash para preservar a estas pequeñas amiguitas.

Te sugerimos contratar un tour para que puedas ir a los lugares privilegiados de los santuarios de las luciérnagas. No te pierdas los próximos eventos que Food and Travel está preparando especialmente para ti: una conjugación entre la gastronomía y la admiración de estos seres llenos de luz.

También te contamos de 5 destinos en México que lucen más bellos en época de lluvias. 

Una de las vinícolas más icónicas de México, L.A. Cetto, invitó a 13 chefs de diversas regiones del país para ofrecer una comida irrepetible en La Esperanza. Cada uno de los siete tiempos maridados fue hecho por un equipo de dos cocineros, quienes fusionaron sus fortalezas, ideas y sabores en lo que llamaron Sensaciones de México. Fotos: Charly Ramos. 

La dinámica fue la siguiente: L.A. Cetto invitó a 13 reconocidos chefs a cocinar a Valle de Guadalupe, los equipos se formaron al azar mediante una rifa, los cocineros de diferentes partes de México –desde Yucatán hasta Baja California, pasando por Tlaxcala, León, Oaxaca y Ciudad de México– se pusieron de acuerdo compartiendo ideas y cada cuatro manos confeccionaron un tiempo, el cual fue maridado con alguno de los mejores vinos de L.A. Cetto.

 

 

“Cada pareja salió al azar. Si se caen bien, mejor, y si se caen mal, que se arreglen. Pero todo fluyó muy bien y eso es lo que vamos a probar hoy”, comentó el chef anfitrión Miguel Ángel Guerrero antes de disfrutar de Sensaciones de México, con esta comilona en su restaurante La Esperanza, cuya vista es protagonizada por los viñedos de L.A. Cetto.

Sensaciones de México fue un éxito en todos los sentidos. Y estos fueron los platillos únicos que surgieron ese día.

 

 

Gazpacho de jitomate y mosto de uva tinta, con callo y camarón de profundidad de La Baja

 

 

Sensaciones de México

 

Chefs: Javier Plascencia (Finca Altozano) y Jesús Pedraza (Catamundi).

El primer tiempo fue el mejor preámbulo de esta experiencia. Fue fresco y lleno de sabor. En éste se combinó el origen español del chef Pedraza a través del gazpacho con el excelente producto de temporada de la región, como lo es el camarón de profundidad de La Baja, donde Javier Plascencia ha construido su imperio gastronómico. Aunado a esto, hicieron un guiño a la vocación vinícola de Valle de Guadalupe gracias al mosto de uva tinta traída desde la bodega de L.A. Cetto, que le otorgó un dulzor especial al plato.

Maridaje: Don Luis Viognier, en este potente y untuoso vino resaltaron los aromas cítricos y tropicales.

 

Tamal tonto en una salsa de comino con ensalada de nopalitos crudos y jícama

 

Sensaciones de México

 

Chefs: Lula Martín del Campo (Cascabel) y Liz Galicia (El Mural de los Poblanos).

Las dos mujeres que cocinan salado les tocó ser equipo en este ejercicio. Y fue una gran fortuna. La sutileza y fortaleza de ambas se volcaron en una receta confortable de principio a fin, en la cual unieron dos platos que sirven cada una en su restaurante. Por un lado, el tamal tonto de Liz, que debe su nombre a que no lleva ni carne ni salsa, por lo que es común usarlo para acompañar moles como si fueran tortillas, y la ensalada de nopalitos de Lula.

Maridaje: Chardonnay Reserva Privada, su complejidad, acidez firme y fondo tostado empató a la perfección con la salsa de comino, la consistencia del tamal tonto y la frescura de los nopales.

 

 

Ceviche mar y tierra

 

Sensaciones de México

 

Chefs: José Manuel Baños (Pitiona) y Rodrigo Estrada (Agua & Sal).

Esta combinación parecía “exótica”: de un lado estaba el chef Rodrigo con una cevichería en Polanco y del otro, el chef José Manuel Baños, con un alma irreverente y sabores muy oaxaqueños. De este dúo surgió un ceviche con una fusión cultural, que incluyó la frescura del mero, lo crocante del castacán (el pork belly de Yucatán) y la acidez y sabor de la salsa a base de chile chilhuacle, endémico de Oaxaca, con el que se hace el mole negro. Para comerlo, sirvieron una tostada de mejillón con manteca de cerdo.

Maridaje: Blanco Boutique, con tres uvas: chardonnay, viognier y pinot noir, fue perfecto a lado del pescado y las notas ácidas de la salsa.

 

Pesca del día con reducción de sus espinas, hummus de verduras encurtidas y emulsión de anisados y pan pita

 

Sensaciones de México

 

Chefs: Daniel Ovadía (Merkavá) y Daniel del Nuevo (La Sede).

Quienes también nos hicieron disfrutar de las Sensaciones de México, fueron los chefs encargados de realizar el cuarto tiempo, que reunió a un chef y restaurantero con experiencia como Ovadía y un chef revelación como del Nuevo. El joven cocinero preparó la pesca del día, mientras que el fogueado le dio el toque de Medio Oriente que tanto lo caracteriza con su hummus de verduras encurtidas y un excelso pan pita, más esponjoso que la mayoría.

Maridaje: Sangiovese Boutique, sus notas que van de lo frutal a lo especiado redondearon este platillo lleno de sabor. Intenso y untuoso, embelesó con sus aromas a grosella y frambuesa.

 

Pato al grill con una salsa de naranja ahumada y mil hojas de cebolla tatemada

 

 

 

Chefs: Miguel Ángel Guerrero (La Esperanza) y Francisco Molina (Evoka).

Miguel Ángel Guerrero además de ser chef, es buzo, agricultor, pescador y cazador, por lo que no es de extrañar que se haya inclinado por poner el pato al grill, incluyendo la pancita de este animal en el platillo. Por otro parte, Paco Molina realizó con maestría la salsa de naranja ahumada y mil hojas de cebolla tatemada, que tenía una acidez adictiva.

Maridaje: Syrah Boutique, sus aromas a frutos negros maduros, canela, pimienta y un toque a trufa lo hicieron el perfecto acompañante de un animal de caza como el pato y una salsa intensa.

 

Papada de cerdo ahumado con recado negro

 

Sensaciones de México

 

Chefs: David Cetina (La Tradición) y Juan Emilio Villaseñor (La Cocinoteca).

El sabor y la textura de la papada de cerdo resultaron excelsos. En esta preparación, el chef Juan Emilio puso en la mesa la importancia de las cocciones lentas y el humo en la cocina. Mientras que el chef Cetina demostró una vez más su maestría a la hora de preparar un recado negro, siendo fiel a las técnicas tradicionales de su estado.

Maridaje: Malbec Boutique, con aromas destacados a ciruela, café y un ligero toque a tabaco, maridó la nota ahumada que reinó en el que fue el séptimo tiempo.

 

Panna cotta de aceite de oliva

 

 

Chef repostera: Bianca Castro (Norma Biscottis Repostería).

Una de las figuras más representativas de la repostería de Baja California cerró con broche de oro. Esta panna cotta hizo honor a su terruño y a lo que éste regala como los olivos. El sabor sutil y justo a aceite de oliva se completó perfectamente con la textura del merengue y el sabor dulce y la nota alcohólica de los mangos al mezcal.

Maridaje: Moscatel & Palomino, con aromas a frutos secos, fue el final dulce y frutal que redondeó al postre. lacetto.mx

 

 

También checa Regiones vitivinícolas de México. 

Tlaxcala es un estado con varias sorpresas. Diseñamos una experiencia para disfrutar de su patrimonio cultural y natural, conociendo la Hacienda Baquedano y el Santuario de las Luciérnagas. Te mostramos un poco más.

 

 

 

También checa Tlaxcala: con brillo propio. 

A solo unas horas de la Ciudad de México, se esconde un estado con una oferta diferente. Abordamos las SUV de Volvo y nos dirigimos a buscar todo lo que Tlaxcala brinda a quienes se aventuran en su geografía. Te contamos más acerca de esta experiencia única organizada por Food and Travel. Fotos: Arturo Mateos. 

 

Un recinto con historia

 

Tlaxcala

 

Nuestra travesía inició en la Hacienda San Diego Baquedano, un recinto amurallado fundado en el Siglo XVII. Sus enormes defensas, rememoran una época en la cual, la paz social era todavía un sueño. Las haciendas fungían como pequeñas ciudades, donde se podía encontrar una capilla, escuela, tienda e incluso las calpanerías, pequeñas casas en donde residían los peones. En la actualidad, es posible reservar una habitación a través de la plataforma Airbnb. Te aseguramos que aquí podrás descansar y encontrar la paz interior gracias a su locación remota. airbnb.mx 

 

Culinaria única

 

 

Tlaxcala

 

Una vez instalados, nuestros invitados pasaron al salón para vivir una experiencia diseñada por el referente de la gastronomía tlaxcalteca: el chef del restaurante Evoka, Francisco Molina. Su menú inició preparando los paladares para el festín con una pequeña ensalada de quelites aderezados con salsa de aguachile, acompañados de una copa fría de Moët Impérial auguraban un buen inicio. Después desfilaron pequeños trozos de aguacate rebozados en tempura y cebollitas asadas rellenas con crema.

 

 

Para los platos fuertes, el chef deleitó a los comensales con un tamal con ayocotes y un mixiote de arroz y hongos de temporada. Finalmente, concluimos con una nieve de xoconostle y un bizcocho de yogurt, con capulines y helado de queso fresco, ideal para ser maridado con una copa de cognac Hennessy V.S..

 

 

Cortejo luminoso

 

Al iniciar la puesta del sol, nos dirigimos al pueblo de Nanacamilpa, punto de partida para una expedición en el Santuario de las Luciérnagas. Nuestro guía, Rafael Juárez Martínez, nos introdujo al bosque.

 

 

Al aumentar la oscuridad, comenzamos a observar los resplandores de las pequeñas luciérnagas macho que vuelan en búsqueda de las hembras. El espectáculo natural es un deleite visual y es imposible no recordar las historias fantásticas de hadas que escuchábamos en la infancia. Puedes reservar una visita en paseosdesanfrancisco.com, recuerda que la temporada está ligada a las lluvias en Tlaxcala, así que los meses de julio y agosto son ideales para una travesía. Conoce más de Tlaxcala en nuestro especial.

Honrar las raíces: Francisco Molina

Con el espíritu dispuesto a enaltecer los sabores del valle de Tlaxcala, el chef Francisco Molina impregna de vanguardia a la gastronomía de esa tierra que sabe a maíz, pulque, hongos silvestres… Cada plato que sirve en Evoka es una oda a los productos locales y a la tradición

La cocina es también un medio para descubrir lugares y sabores. De esta forma, los cocineros que son fieles al producto local, se vuelven promotores activos de su tierra. Éste es el caso de Francisco Molina que, desde hace dos años, ha proyectado la riqueza de Tlaxcala como nadie lo había hecho, interpretando el entorno y emocionando al comensal.

 

Lugares y sabores

Consciente de que las recetas e ingredientes frescos son los que definen un lugar determinado, tras haber estudiado en Puebla, Estados Unidos y Francia, y haber trabajado en Biko y Pujol, Francisco regresó a su estado con la intención de abrir su propio restaurante: Evoka, en Apizaco, y así poder preservar las especies nativas, reactivar la economía local estrechando lazos con los productores, y elaborar una cocina sustentable.

“El valle de Tlaxcala es mi principal influencia. Me motiva mucho la idea de poder construir poco a poco una especie de vitrina para dar a conocer la cocina de mi estado”, afirma el chef de 26 años con extrema sensibilidad culinaria.

Desde su trinchera, ha redescubierto sus raíces y productos casi olvidados a través de una cocina vanguardista y de sabores limpios.

 

Valle de Tlaxcala

Evoka, aunque con un enfoque moderno, se basa en la autenticidad de un Tlaxcala biodiverso, rico en historia y tradiciones. “Lo más importante son los clientes. Un cocinero podrá tener intereses ambiciosos, pero sería imposible realizarlos si no hubiera quien creyera en ellos”, apunta Francisco con una ligera sonrisa al saber que a su restaurante llegan los comensales como peregrinos, para conocer el sitio de cocina tlaxcalteca contemporánea que está dando mucho de qué hablar.

 

Transformación real

Molina asume que uno de sus deberes como chef es aportarle al país una transformación real. Y eso es lo que hace: recrea, experimenta, se atreve e innova.

“Hemos pasado de hacer una cocina un tanto rebuscada, de muchos ingredientes, a una de perfil muy local, de sabores originales, preparaciones contundentes y cocciones largas”, cuenta. “Creo que tanto en la comida como en otros oficios lo más difícil es decir mucho con poco”.

 

Recorrido gastronómico

El resultado de este proceso es un recorrido gastronómico plasmado tanto en la carta, que incluye 20 platillos, como en el menú de degustación titulado “Un paseo por el valle de Tlaxcala”; la mejor expresión de este entusiasta cocinero que en esta temporada trabaja con moles, pipianes y adobos, como su mole de durazno oro con panza de cerdo. También le gusta recolectar hongos silvestres y usar todo el maguey (hojas, gusanos y piña) como se acostumbra en la región. “Creo que cualquier receta hecha con maguey tiene un sabor que distingue a esta cocina”.

 

Gastronomía local

Cada vez más personas se involucran en impulsar la gastronomía local y no sólo cocinando, sino también con investigación y difusión. En este sentido, el foco está puesto en la recuperación de las diferentes variedades de maíz y maguey, los dos productos más abundantes.

El maíz es muy importante para nosotros, empezando por el nombre del estado, que significa en náhuatl lugar de tortilla”, comenta el chef, miembro del Consejo Directivo del Centro Campesino de Tlaxcala, quien cocina con toda la planta, desde el olote, el grano y el huitlacoche hasta el totomoxtle (hoja), y también pugna por un comercio justo a través del crecimiento de los Mercados alternativos.

Pero darle protagonismo y un uso fuera de serie a los ingredientes no termina ahí. Francisco suma a su propuesta culinaria su proyecto de cervezas artesanales, Tlaxcallan: witbier con chilacayote y lima, sweet stout con chile pasilla, cream ale con maíz morado y american pale ale con pepita, hoja santa y toronjil.

Debido al compromiso del chef Molina, su primer mandamiento se resume en: amarás al producto sobre todas las cosas. Comer en Evoka es algo así como volver a los orígenes, sólo que desde una perspectiva contemporánea.