El firmamento de estrellas culinarias se abrió recientemente para Ramsés Navarro, chef mexicano que tiene 31 años y es originario de Ciudad de México. Platicamos con él para que nos cuente de su trayectoria en Francia y de su reciente reconocimiento en la Guía Michelin para el restaurante que dirige, Le Moulin de l’Abbaye. Conoce a este cocinero que trabaja en el extranjero y que ha puesto el nombre de México en alto. Fotos: Cortesía. 

Primeras hazañas

 

Ramsés Navarro no tiene recuerdos románticos con la cocina, simplemente disfrutaba cada momento y desde niño le gustaba comer bien. El chef afirma que su profesión llegó inesperadamente. “Caí en la cocina por sorpresa, yo estaba intentando estudiar otras cosas, como arquitectura o medicina, pero nada me parecía agradable ni me atraía. En algún momento, un amigo me invitó a tomar un curso en una escuela de gastronomía y desde el primer momento en que hice la primera receta me atrapó este bonito arte. Fue sorpresa, destino y casualidad”, nos contó en entrevista online.

 

Ramsés Navarro, platillo flor

 

En México trabajó por seis años en un restaurante de Polanco. Comenzó como ayudante de cocina y a los dos años le ofrecieron el puesto de chef ejecutivo al notar su compromiso. Sin embargo, su inquieta personalidad y deseos por aprender no estaban conformes. “En algún momento me sentí bloqueado, era el único que proponía y ya no estaba aprendiendo nada. Era muy joven y tenía ganas de partir al extranjero”, recuerda el chef.

 

El savoir faire

 

Ramsés Navarro decidió partir con rumbo a Francia en 2015, y lo hizo con cero conocimiento del idioma. “Fue empezar desde cero, tenía 25 años, pero muchas ganas de iniciar un viaje de conocimientos gastronómicos”, recuerda. Hoy hace el recuento de que tuvo la fortuna de caer en manos de buenos chefs, todos muy estrictos.

Pronto, una reclutadora de talentos de cocina dio con él: “Me dijo que, si quería evolucionar y avanzar en la cocina, me dejara llevar por ella”. Así, caminó por dos restaurantes antes de que le ofrecieran dar un paso realmente grande, ser el chef ejecutivo de Le Moulin de l’Abbaye. El chef en turno estaba a punto de irse y querían una estrella, así que se lo plantearon como un reto y él lo asumió.

 

 

Persiguiendo una estrella

 

El pasado mes de enero se entregaron las estrellas Michelin 2021, y con ello vino gran reconocimiento para Ramsés Navarro. “El 2020 fue un año difícil, súper complicado, pero se cumplió el objetivo; obtuvimos otra estrella con un equipo muy joven y estoy contento por lo que hice con ellos», dijo emocionado.

Ramsés Navarro, restaurante

 

“Cuando llegué, empecé de cero con gente que no conocía y armé mi equipo. Fue un trabajo intenso en el que trabajamos solo 4 meses por los cierres de la pandemia, pero yo sentí que fueron 3 años de mi vida. Eran largas jornadas, a veces de 7:00 am a 01:00 de la madrugada”, relata el chef. Pero a su vez, está contento con la recompensa que responde a sus ambiciones. “Siempre me ha gustado pensar en grande, me puse como meta operar algo así y esto es gran un inicio. No estoy para parar ahora, quiero continuar y seguir”, continúa.

 

Una cocina creativa

 

Para crear el concepto de cocina, Ramsés Navarro solo tuvo que mirar en dónde estaba parado. Brantôme, donde se ubica el restaurante gastronómico que dirige, es la tierra de las trufas de invierno y de verano; está a una hora se Saint-Émilion y de sus vinos de clase mundial; pero también está rodeado de apasionados del producto. “Con la pandemia, quise explotar aún más esto de los circuitos cortos del producto. Los grandes restaurantes están trabajando sin menú; llegas, te ponen una carta en blanco y te preguntan cuántos tiempos quieres. Fue lo que yo quise implementar trabajando con mis productores, ellos me muestran lo que tienen y yo lo trabajo», afirma.

Así, en el restaurante de Le Moulin de l’Abbaye los menús pueden ser de siete, cuatro o tres tiempos, y también hay uno pequeño de dos para el medio día, y está abierta la opción totalmente vegana. Por ello, se abre paso a la creatividad diaria y se puede apreciar mejor el talento del chef Ramsés Navarro. “Yo no tengo carta, no tengo nada escrito. Lo único que pregunto cuando llega el cliente es si tienen alguna restricción o alergia o algo que no sea de su agrado, y de ahí comenzamos a imaginar y crear”.

 

 

Presumiendo México

 

El chef afirma que, aunque su cocina no es totalmente mexicana, siempre busca enseña un poco de su origen: “Muestro un poco de la gastronomía mexicana por medio de los productos que tenemos ahí, son técnicas mexicanas con productos franceses. Hago ceviches, tostadas, cochinita, moles que no sean muy picantes, pipianes no muy marcados. Todo lo adapto y es como ha estado funcionando con buenos comentarios”.

 

Ramsés Navarro, platillo

 

Algunos platos aclamados en este último año fueron las mollejas de ternera con mole negro, espuma de trufa y alcachofas y papas en texturas; el ceviche de langostino con helado de aguacate y tostadas de nixtamal nunca salió de la oferta; así como uno vegano: flor de calabaza rellena con puré de calabaza amarilla y kombucha. En ellos, puede aplaudirse su origen culinario: “Estoy orgulloso de representar a la cocina mexicana y demostrar a los clientes nuestra verdadera cocina”, señala.

 

Sigue su pista

 

Su trayectoria llena de trabajo, e incluso los sacrificios que ha tenido que hacer para seguir creciendo, como el separarse de su hijo, comienza a dar frutos por medio del reconocimiento mundial.No me recibieron con flores ni con alfombra roja, incluso tuve comentarios o bromas racistas que tuve que aguantar y en conjunto fue un gran desafío. Caí con todo tipo de personas pero cada quien hace su balance”, compartió durante la entrevista.

Sin embargo, hoy tiene la aceptación de los cocineros franceses y la credibilidad de los comensales que visitan su restaurante. “Constancia y regularidad son pequeñas palabras que me han llevado al cocinero que soy. La cocina me apasiona, es mi vida y es una locura para mí”, finaliza.

Ramsés Navarro Le Moulin

 

En Le Moulin de l’Abbaye trabajan por temporadas por estar al lado de un río, pero es un lugar turístico que normalmente abre de marzo a noviembre. Por el confinamiento, todo parece indicar que este año se prolongará hasta finales de abril. Mientras tanto, el chef está haciendo investigación de campo para seguir creciendo su bagaje gastronómico. Síguelo en: @navarroramses_cuisine. 

 

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Después abrir su propio restaurante y conquistar París con una estrella Michelin, pocas cosa parecen imposibles para el chef Indra Carrillo. Platicamos con él para entrar un momento en su mente. Descubre todo acerca de la carrera culinaria de este mexicano que está escribiendo su historia a lo grande en Europa. Fotografías: cortesía / Laurent Dupont.

 

Persiguiendo sus sueños

 

El chef Indra Carrillo se involucró en el mundo de la cocina desde una temprana edad, a los 12 años. Por lo que a los 18 emprendió un camino hacia la profesionalización en Europa. Sabía que tenía que aprender de los mejores, por lo que ingresó al Instituto Paul Bocuse. «Era un sueño para mi aprender bases solidadas de gastronomía en Francia», nos contó  en entrevista telefónica.

 

Chef Indra Carrillo, Sabayon-au-safran

 

Este chef nació en Quintana Roo y creció en Ciudad de México. Pero su vida ha estado marcada por el deseo de explorar. Así, se dio a la tarea de indagar en la gastronomía de nueve países, hasta aterrizar en Francia. Todo esto, aportó a la formación de su estilo culinario, que hoy se puede apreciar en su restaurante La Condesa.

 

El encanto de su espacio parisino

 

El nombre de su restaurante, La Condesa, rinde homenaje a la colonia donde creció y comenzó a cocinar en Ciudad de México. “Cuando escogí el nombre me hizo clic de que sería como recibir a la gente en mi casa, un lugar en donde no te ponen un menú, solo te preparan algo especial y quieres consentir a la gente que va a tu casa”, afirma el joven chef de 32 años.

El hecho de abrir su propio restaurante en París ya era todo un reto al tratarse de una de las ciudades más importantes a nivel gastronómico. Sin embargo, Indra es una persona a la que le gustan los retos, así que lo hizo a lo grande. Al cabo del primer año recibieron una estrella Michelin por la labor que estaban haciendo. 

 

Chef Indra Carrillo, Canette-de-Kriaxera

 

El chef asegura que el reconocimiento de la Guía Michelin llegó gracias a un trabajo en equipo. “La ganas de mejorar las tengo desde hace mucho tiempo y es algo que me enseñaron todos los chefs con los que he trabajado. La excelencia es algo que me apasiona, y trabajo con gente a la que también le apasiona”, nos confesó.

De esta forma, la experiencia en este pequeño restaurante está orientada a la excelencia y es un reconocimiento para toda las gente que trabaja ahí. Han pasado casi tres años desde la apertura de La Condesa, pero el entusiasmo y la pasión solo ha ido incrementado: “pasa el tiempo y disfruto mas lo que hago, me siento con ganas de seguir aprendiendo y progresando con mi equipo”.

 

Personalidad aventurera

 

A la hora de buscar proveedores o apostar por un equilibrio de sabores, el chef Indra Carrillo abre paso a la creatividad y el aprendizaje. Además, afirma que basta con probar bien las cosas para cambiar la opinión que se tiene de un ingrediente o de una receta. «Todo lo bien hecho es rico, por lo que como y pruebo de todo, salvo lo que esta en peligro de extinción. Soy aventurero”.

 

Enfrentarse a la cuarentena

 

Durante el tiempo de cuarentena, en La Condesa trabajaron con «In home dining», una propuesta para que los comensales pudieran pedir un menú gastronómico e ir a recogerlo o recibirlo a domicilio. Ésta fue una oportunidad para atraer a nuevos clientes y un momento para reinventarse. Actualmente ya se encuentra funcionando nuevamente, bajo las medidas de salud y seguridad que dicta el gobierno francés. 

 

Chef Indra Carrillo, Maquereau-mariné-avocat-et-daikon

 

La forma en que el chef Indra Carrillo enfrentó el aislamiento siempre fue bajo una visión optimista. “Fue un momento de concientizar lo que nos rodea a diferentes niveles, en la parte profesional, fue para tomar el primer plano de cocinero, fue procurar que mi equipo estuviera bien y asegurar sus empleos. Duró mucho y son tiempos difíciles para todos, pero ocupé mi tiempo en iniciativas para apoyar de manera concreta a diferentes comunidades”, nos contó.

Una de estas iniciativas fue hacer una clase de cocina virtual para ayudar a las familias que trabajan del turismo en la península la Yucatán.Nací en Quintana Roo y pensaba en los momentos difíciles que están pasando las personas alrededor del mundo, fue una forma de contribuir y acercarnos con gente de fuera”.

 

Nostalgia de México

 

Aunque han pasado casi 14 años desde que el chef Indra Carrillo abandonó su país de origen, sus memorias permanecen guardadas en su corazón. De este modo afirma: «México me sabe a diversidad», además de confesar que durante la cuarentena extrañó aún más algunos platillos mexicanos. Entre sus favoritos se encuentran el mole de olla, el pescado a la tikin-xic o unos buenos tacos. «Cuando voy hago mi tour de comida, desde que llego y hasta que me voy».

 

Chef Indra Carrillo, Perles-de-Japon

 

En la historia del chef Indra Carrillo aún hay mucho por escribir. Por ahora, el chef desea seguir en París, pese a que se le ha presentado la oportunidad de regresar. “Me encanta lo que hago y le quiero poner toda mi energía y atención a seguir mejorando como cocinero y empresario, a seguir proponiendo una cocina todavía más precisa, única”, finalizó.