Comer un pescado fresco en medio de una antigua ciudad maya y, unos minutos después, disfrutar de un platillo con aires europeos a bordo de un tren del Porfiriato, pareciera un viaje en el tiempo producto de un exquisito sueño. Sin embargo, Sensoria, con su máquina del tiempo, lo hace posible. ¡Únete a esta travesía! Texto: Arcelia Lortia / Fotos: Charly Ramos.

 

¿Qué es sensoria?

 

Experiencia gastronómica multimedia

 

Sensoria es una gastroexperiencia multisensorial del restaurante Nido Taller Culinario, que sumerge, a través de una innovadora propuesta gastronómica, un asombroso videomapping y una puesta teatral que conduce por la historia y los sabores de México.

El viaje inicia en una antigua ciudad maya. Ahí, custodiados por magnificas edificaciones de piedra y cobijados por la exuberante selva, 12 comensales son sorprendidos por un robalo tikin-xic (adobado con con achiote) acompañado por el Chardonnay de Casa Madero.

 

Pesado tikin-xic en Sensoria

 

Tras unos segundos en la maquina del tiempo, y guiados por un científico muy peculiar, aparecen en una típica cocina colonial, con sus ollas de barro y su mesa revestida de azulejos. Un confit de pato con mole y tortillas de masa azul es, sin duda, la mejor forma de evocar el Virreinato. El maridaje: Gran Reserva Chardonnay, también de Casa Madero.

 

Platillo de Sensoria

 

 

Hacia adelante en el tiempo

 

La travesía culinaria e histórica de Sensoria luego rememora la Independencia de México. Arropados por la elegancia de la alta sociedad del XIX, se degusta un chirmol, un platillo que se creó en el sur del país para celebrar la el fin del régimen español en tierras mexicanas.

El siguiente platillo se disfruta a bordo de un lujoso tren y rodeados del glamour que identificaba a este transporte durante el Porfiriato. En ese momento llega un filete Rossini acompañado de un Gran Reserva Cabernet Sauvignon.

 

Filete rossini

 

El viaje de Sensoria termina en el México actual, el que, pese a la modernidad de las grandes ciudades, continúa enalteciendo sus tradiciones. Así, una piñata de chocolate promete robar suspiros y, al mismo tiempo, motiva a darle un par de golpecitos.

 

Postre de Sensoria

 

Para vivir la experiencia de Sensoria, solo hay que estar dispuesto a explorar y degustar, durante 120 minutos, algunas de las épocas y platillos que marcaron nuestra historia. ¿Listo para emprender la travesía? Costo: $2,590 pesos por persona. Para reservar visita su página web.

 

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Entrar a un cuarto totalmente cerrado, sin ventanas, con muros blancos y una enorme mesa de un material liso y también sin color alguno, puede no sonar tan cálido como ir a un restaurante, pero lo que está por suceder, te hará cambiar de opinión. Hablamos de Sensoria. Las luces se apagan. De pronto, todo se ilumina y aparecen imágenes en las paredes. Parece ser que estamos en un laboratorio o una nave especial, con botones, números y controles en la mesa. Al salón entra un científico un poco loco que nos avisa que estamos a punto de iniciar un viaje por el tiempo. Fotos: Cortesía. 

En un momento, nos encontramos en el interior de una maquinaria con grandes tuercas que nos está transportando. Llegamos al México prehispánico, donde una mujer con vestimenta de esa época y un penacho en la cabeza, realiza una pequeña ceremonia antes de narrarnos lo que el universo significa para ella.

 

Sensoria

 

Otros personajes con penacho entran con una cajita en sus manos. La depositan frente a cada lugar en la mesa, sobre la cual está el dibujo de un calendario azteca que gira. Al abrir la caja, el olor del pescado tikin xic inunda el salón y ese delicioso aroma se maximiza en la boca. Su acompañante perfecto es el vino blanco Calixa chardonnay, de Monte Xanic.

Estamos en Sensoria, en su temporada “Alegría Mexicana», una experiencia gastrosensorial que ofrece Nido, el restaurante escuela del Colegio Superior de Gastronomía.

 

Platos con historia

 

Sensoria

 

El siguiente punto al que nos trasladamos en la máquina del tiempo, es a la época colonial. Llegamos a una hermosa cocina de una casona en Puebla. Por una ventana se observa el Popocatépetl nevado; los azulejos de las paredes se replican sobre la mesa.

Hasta allí llega un mole poblano con confit de pato, maridado con un tinto syrah Monte Xanic. Las notas dulces de esa espesa salsa nos llena de alegría el corazón de lo rico que está, y el vino redondea la experiencia. El plato llega de color blanco, pero a medida que partimos un pedazo, las líneas azules de la talavera aparecen y lo decoran.

 

Sensoria

 

Los siguientes dos tiempos de esta cena de cinco tiempos, suceden en una ambientación (hecha con imágenes proyectadas en paredes y mesa) que nos transporta a la celebración de la Independencia nacional, así como a un elegante vagón de tren en la época porfiriana.

En el primero disfrutamos un exquisito chile en nogada, el cual acompañamos con Chenin Colombard de Monte Xanic, y en el segundo, un filete rossini con Gran Ricardo de la misma bodega.

 

Sensoria

 

La última parada fue la época actual, en una celebración de nuestra mexicanidad que incluía música de mariachi -quienes aparecían en una de las paredes-. Disfrutamos mucho del postre, una original piñata hecha de chocolate que había que golpear con un palito para disfrutar su dulce contenido.

Cerramos brindando con Calixa Blend de Monte Xanic y agradeciendo haber vivido esta cena inolvidable dentro de un escenario único. Sensoria está disponible todos los jueves, viernes y sábados a las 19:30 horas, con una capacidad para 12 personas. Dónde. Av. Sonora 189, Hipódromo, Cuauhtémoc. Indispensable garantizar la reservación: 5584 3800 ext. 151. Costo: $2,590 por persona. sensoria.mx, montexanic.com.mx, sg.edu.mx

 

Sensoria

 

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