Decían que en sus costas se acababa el mundo… Nos perdimos en el litoral de Galicia, bañado por el océano Atlántico para caer rendidos ante sus profundos bosques, su mar bravo, sus acantilados que regalan vistas sublimes, sus fresquísimos frutos marinos que maridan con sus vinos únicos.Por eso, aquí contamos de 17 paradas imperdibles que debes de hacer cuando viajes a este maravilloso destino. Fotos: Elsa Navarrete. 

 

Santiago de Compostela

 

Galicia

 

Una vez en Madrid, hay que volar a esta ciudad histórica. El vuelo es de 45 minutos, aunque podrías rentar un auto desde la capital española (tiempo de viaje: cinco horas y media) y empezar este emocionante road trip.

Es famosa por desembocar aquí el Camino de Santiago, la ruta de peregrinación más antigua de Europa que abarca 10 vías, destacando el Camino Francés al ser el más concurrido.

Su catedral, con casi mil años, resguarda el sepulcro del apóstol de Santiago y es la meta de los cientos de miles de peregrinos que recorren en promedio 700 kilómetros desde toda Europa.

Entre sus rúas (calles) y plazas, recorre su casco antiguo a pie y para recobrar fuerza, te recomendamos el nuevo mercado gastronómico La Galiciana.

 

 

Faro de Punta Estaca de Bares

 

Galicia

 

Con más de 1,700 kilómetros de agreste costa gallega, en esta tierra descubrirás varios faros entre playas salvajes. Estaca de Bares es la mejor carta de presentación de ese batir continuo del mar embravecido contras las rocas.

Estarás parado en un promontorio, el punto más septentrional de toda la península ibérica, donde se separan las aguas del mar Cantábrico del océano Atlántico. En las coordenadas latitud 43º 47’ 23.6” N, longitud 7º 41’ 17.9” W obtendrás una panorámica sublime, en la que seguramente también aparecerán aves.

 

 

Acantilados de Loiba

 

Galicia

 

Hacia el sur, después de 25 minutos, llegarás al Mirador de Coitelo, donde te espera el mejor banco del mundo. La leyenda The Best Bank of the World está escrita en una banca de madera. Siéntate en ella, respira profundamente, disfruta de una gran vista y siente cómo la brisa en el rostro te regala un momento de paz.

 

 

Faro de Cabo Ortegal

 

Galicia

 

Luego de una hora de camino por una estrecha carretera que discurre entre bosques de pinos y eucaliptos arribarás al ayuntamiento de Cariño, el único de España con dos mares en su litoral: el mar Cantábrico y el océano Atlántico. Estarás, por lo tanto, en un auténtico km 0.

Desde el mirador y ante las rocas más antiguas de Galicia, percibirás viento puro y las corrientes marinas chocando contra los Os Aguillóns, el cercano grupo de tres islotes rocosos, a donde van los percebeiros a arriesgar su vida para recolectar los codiciados percebes -crustáceos- que se encuentran ahí, alimentados por las aguas de dos mares.

 

 

Sierra de A Capelada

 

Sierra de A Capelada

 

Date una escapada al pico más alto de una sierra, que a la vez forma parte de un sistema de acantilados costeros. En el Mirador Garita de Herbeira, un antiguo punto de vigilancia como muestra su vieja construcción de 1805, contempla el océano Atlántico en su estado más puro desde los acantilados más altos de la Europa continental.

A más de 600 metros sobre el nivel del mar, sentirás más que nunca la fuerza del viento, acompañada de la imagen que regalan las potentes olas chocando contra una costa verde esmeralda.

 

 

San Andrés de Teixido

 

Sierra de A Capelada

 

Galicia también es tierra de creencias, de templos que aúnan tradiciones de origen pagano y ritos cristianos desde hace cientos de años. En esta aldea, con impresionantes vistas de los acantilados que la rodean, yace un lugar con gran misticismo: el Santuario de San Andrés. Es visitado por peregrinos que caminan hasta 50 kilómetros, y cuenta leyenda que quien no va de vivo, va de muerto. En su capilla e iglesia del siglo XVIII no olvides hacer tu petición. Ahí hallarás centenares de velas y ex-votos en forma de figuras de cera.

 

 

Ferrol

 

Sierra de A Capelada

 

En menos de una hora, estarás en este puerto de la Armada Real. Su importancia como base militar y sede de la industria naval le ha forjado su carácter con el tiempo. Empieza recorriendo el Barrio de la Magdalena, trazado como una tableta de chocolate, y disfruta de la esencia de Ferrol: una mezcla de cultura, elegancia urbana y poderío militar. El Castillo de San Felipe, las fortalezas y, en especial, el Arsenal son muy recomendables para quienes gustan de la historia naval.

 

 

La Coruña

 

 

Bañada por las aguas del Atlántico, alberga la Torre de Hércules, el único faro romano en funcionamiento. Sube a este sitio declarado Patrimonio de la Humanidad y deléitate con la vista de las playas urbanas. Aquí podrás disfrutar de un hito arquitectónico. Dirígete a la avenida La Marina para fotografiar los edificio llenos de galerías (doble fachada hecha de madera y vidrio). No solo son estéticas también funcionan como invernadero para tener mejor temperatura en el interior. Ésta es una de las imágenes más emblemáticas de la ciudad.

 

Finisterre

 

 

En la Costa da Morte se encuentra la villa marinera de Fisterra, colmada de leyendas de naufragios; basta saber que Galicia cuenta con la mayor cantidad de hundimientos documentados en el mundo. Los romanos consideraban este lugar como el finis terrae, es decir, el fin del mundo. Desde sus acantilados divisarás una inmensidad marina que sorprende y, tras contemplar un ocaso, estarás de acuerdo con Décimo Junio Bruto, general que dirigía la conquista en este extremo de la Península Ibérica, que en este mar bien podría morir el sol.

Para redondear, hospédate en O semáforo, a unos cuantos pasos (literal) del Faro de Finisterre. En este refugio, las imponentes vistas y atardeceres, compiten con bravas tormentas, grandes oleajes y noches con una neblina espesa.

 

 

Carnota

 

Galicia

 

En este ayuntamiento hay tres imperdibles. El primero es la cascada del Xallas, el único río de Europa en el que sus aguas se precipitan espectacularmente en el mar en forma de cascada desde unos 80 metros de altura. Después, dirígete al Mirador do Ézaro, un balcón natural sobre un saliente rocoso perfecto para apreciar la desembocadura del río Xallas y la apacible ensenada de O Ézaro.

Y por último, visita uno de los hórreos más grandes, con 34 metros de largo. Estas construcciones en piedra y madera, destinadas a guardar las cosechas agrícolas, se levantan sobre pilares, y son muy típicas de Galicia.

 

 

Castro de Baroña

 

 

Cuando los romanos conquistaron la Península Ibérica, se encontraron con los castros en el territorio que hoy ocupa Galicia. Testimonio del pasado celta, ellos siempre se fortificaban y solían situarse en zonas estratégicas para su protección y vigilancia. Por eso, no te puedes perder el yacimiento arqueológico del Castro de Baroña que, si bien destaca por su buena conservación, su localización es privilegiada al estar sobre una pequeña península que se adentra en el mar.

 

 

Pazo de Fefiñáns

 

 

Después de una hora, llegarás a la villa de Cambados, la cuna de la uva albariño, que combina también arquitectura palaciega y tradición marinera, y donde podrás disfrutar de otro atractivo de Galicia: las casa señoriales conocidas como pazos.

Pero Pazo de Fefiñáns tiene otro encanto: cuenta con una bodega, la más antigua de la comarca desde 1904. Después de recorrer su planta en L, que alberga diversos tesoros como antiguos papeles pintados y uno de los primeros mapas de Galicia de 1845, pasea por sus viñedos y jardines, con árboles locales. Por último, degusta su vino albariño Gil Armada del año.

 

 

Quinta de San Amaro

 

 

Muy cerca, en el Valle del Salnés, duerme entre viñedos en una de las más de 400 casas rurales, también típicas de Galicia. En Quinta de San Amaro, abierto en 2007, cuenta con 14 habitaciones y una villa, decoradas de forma muy acogedora. Podrás descansar entre la piscina, la parra (vid podada en altura), la pérgola y el hórreo convertido en una sala de estar, y comer maravillosamente en su restaurante con cocina de temporada y productos locales (prueba el queso de tetilla) y con vistas extraordinarias al valle.

 

 

Martín Codax

 

 

Un grupo de viticultores unieron la producción de sus parras –cada casa en Combados tiene su propia parcela de vides– para formar la bodega de Martín Codax, en honor a un trovador gallego. Esta bodega es parte de la D.O. Rías Baixas, cuya uva protagonista es la albariña. Viñedos cultivados en emparrado a poca distancia del mar, suelos graníticos y un clima de influencia Atlántica con elevadas precipitaciones han dado lugar a vinos especiales por su frescura, gusto envolvente y toque salino.

Con 12 etiquetas –incluyendo los tradicionales licores de orujo– probarás Martín Codax, Martín Codax Lías y Organistrum, junto a quesos gallegos, después de hacer una vista guiada a la bodega.

 

 

Illa de A Toxa

 

 

Cuando en el resto de Galicia no había turismo, la Isla de la Toja en la villa de El Grove ya era en los 70, el lugar de la costa con mayor atractivo para las familias adineradas. Al cruzar el puente que te llevará a esta isla de glamour retro, seguramente verás a los mariscadores recolectando ostras en las rías. También es conocida por el manantial de aguas termales, hoteles de lujo, campos de golf y su ermita consagrada a san Caralampio y la Virgen del Carmen, recubierta completamente de conchas de vieira.

 

 

Pontevedra

 

 

Recorre su casco histórico -uno de los más bonitos de Galicia- para admirar el trabajo de los canteiros, que labraron el granito con el que se construyó. Esta ciudad es conocida por su calidad de vida: la ONU la declaró la ciudad más cómoda para vivir en Europa. Su hospitalidad, alabado modelo urbano y el desarrollo las mejores prácticas para mejorar las condiciones de vida de sus habitantes se perciben en sus parques, alamedas, paseos por el río en plena ciudad y plazas rebosantes de vida donde se esconden tascas (bar de tapas) centenarias.

Para excelentes especialidades gallegas con un toque creativo, come en Loaira Xantar, un gastrobar con mesas en la Plaza Leña. Los obligados: croquetas de mejillón, mejillón en escabeche y tempura de langostinos.

 

 

Combarro

 

 

Continuando por la costa, encontrarás este bonito pueblo pesquero. Caminar por su casco antiguo, declarado Bien de Interés Cultural, significa conocer tres elementos arquitectónicos tradicionales de Galicia: los hórreos, las casas marineras y los cruceros. Los tradicionales hórreos, destinados a almacenar productos, cierran la fachada que da al mar y tras los cuales se levantan las casas de los marineros. Y situados en plazas, los cruceros cuentan con una peculiaridad: la figura de la Virgen suele mirar siempre al mar y la del Cristo hacia tierra. turismo.gal/inicio

 

 

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