¡Que levante la mano a quien le gusta el vino! Bueno, somos muchos amantes de este elixir y para nosotros quedó como anillo al dedo el Festival Maridando México que se realizó en el Hotel Misión Grand Ex Hacienda de Chautla, en Puebla, a una hora y media de la Ciudad de México, este 20 y 21 de octubre. Fotos: Charly Ramos.
Pero, ¿de qué trata este evento? Consiste en rendirle homenaje al vino nacional, y en esta cuarta edición se presentaron 40 vinícolas con más de 200 etiquetas de vino que los asistentes degustamos, elegimos nuestro o nuestros favoritos, y maridamos con la variedad de platillos que se presentaron en el Pabellón Gastronómico: paella, jamón cinco jotas, charolas de quesos artesanales, choripanes con chorizo uruguayo, costillitas, crepas, helados y más.
Uniendo la vid
De este modo, y rodeados de un gran lago y de la Ex Hacienda de Chautla, mejor conocida como el castillo de Gillow, de estilo inglés e inaugurado en 1898, Maridando México fue un banquete sensorial para todos los asistentes que llegaron en punto de las 12:00 horas para ser parte del corte del listón, donde Rubén Villarreal, Director Regional de la Zona Centro de Hoteles Misión, destacó la alegría que les da que esta empresa mexicana, impulse vinos y gastronomía mexicanos durante cuatro años, creando vínculos entre productores y consumidores.
Por su parte el presidente de la Academia Mexicana del Vino, Luis Fernando Otero, comentó que: “El evento ha crecido de una forma extraordinaria, sugiriendo que al momento de beber un vino, echen a volar su memoria, sus recuerdos de México, ¿a qué huele el campo, sus flores, sus calles?, en cada botella está contenido México, en cada inhalación y sorbo”, invitando así, a todos los asistentes a disfrutar de estos caldos recordando siempre nuestro país.
Una copa de México
La sugerencia fue tomada con singular alegría, así que nos dimos a la tarea de conocer y probar varias etiquetas de vinos tintos, rosados, blancos y espumosos, entre ellos, los de las vinícolas de Santa Elena, Liceaga, Vinos Dubacano, Encinillas de Chihuahua, Alma Tinta, L.A Cetto, Tierra Adentro, Casa Madero, El Cielo, Monte Xanic, Santo Tomás, Vinardo, De Cote, Alximia, Mundano, Once Gatos, y Bodegas Entrevez, que es un proyecto familiar donde Humberto Vázquez y su familia, originarios de Puebla, cultivan la vid en el Valle de Guadalupe.
Para tener un acercamiento más profundo de cada vino, durante los dos días del festival, se realizaron diversas catas con las vinícolas participantes. Había quienes preferían ser parte de las experiencias sensoriales como la ofrecida por Tornazul, mantequillas gourmet y saludables, presentadas en siete pecados untables, nuestra favorita, el pecado 3: lujuria de queso azul y nuez.
Otros disfrutaron del espectáculo ecuestre por la Alta Escuela de Jinetes Domecq, y algunos más recorrieron el Pabellón de productos gourmet y artesanías, donde había desde sombreros Capello, joyería de talavera de La Palou, puros de El Estanco de Yaz, brownies, pay de limón y variedad de postres en Xocolata, bolsas artesanales de la marca Yitin Anua, hechas por manos mexicanas de Oaxaca, así como diversas bolsas, moños, monederos, sacos y muñecos, todos coloridos y bordados a mano.
El evento concluyó a las 20:00 horas. Para los que tuvieron oportunidad, reservaron alguna habitación del Hotel Misión Grand Ex Hacienda de Chautla, adaptado en el antiguo casco de la hacienda, con habitaciones de ambientación clásica.
Esperamos con gusto el próximo año la quinta edición de Maridando México, que nos dejó con un gran sabor de boca y con ganas de regresar pronto. Mientras tanto, ¡salud! y a seguir consumiendo y disfrutando los vinos mexicanos. maridandomexico.com