Alrededor del mundo, la palabra “chai” adquiere múltiples dimensiones… Desde India, su lugar de nacimiento, hasta la Península Arábiga, los Himalayas y el Valle de Cachemira, este popular blend de té es capaz de adoptar todo tipo de colores, texturas, aromas y sabores. Fotos: Escuela Mexicana de Té. 

Ya le hemos dicho que el chai (originalmente masala chai) se popularizó durante el Raj británico –Virreinato británico en los territorios que hoy ocupan India, Pakistán y Bangladesh, entre otros países–. Originalmente, se trataba de una mezcla de té negro de Assam, de gran potencia gustativa, y cuatro especias base: canela, clavo de olor, cardamomo y jengibre. Con el paso del tiempo, la infusión fue adquiriendo todo tipo de formas y acabados, incluso en su propio territorio de origen.

En India, el masala chai forma parte de la dieta diaria, aunque no en todos sus territorios se sirve de la misma manera. En Calcuta, por ejemplo, la infusión de té y especias se bebe en pequeños cuencos de arcilla bajo el nombre de “matka chai”, una especie de taza biodegradable para llevar; en Mumbai la infusión suele ofrecerse como “chai cortado”, siempre mezclada con leche y vertida desde la tetera en pequeños vasitos de cristal procurando generar espuma; en la región sur de Malabar, en el suroeste de India, se trata sólo de té negro aromatizado con limón, sin leche, sin especias y sin azúcar.

 

 

té chai

 

Té Chai por el mundo

 

En el Valle de Cachemira, territorio extendido sobre India, Pakistán y China, el chai se infunde en samovar (recipiente metálico en forma de cafetera alta, dotado de una chimenea interior) al puro estilo ruso. El té concentrado se diluye con agua caliente justo antes de beberlo.

A través de todo Cachemira se pueden hallar el “kahwa”, té verde condimentado con azafrán y almendras, y el “chai de mediodía”, también hecho con hojas de té verde y servido con leche y almendras. Para hacer el “chai del mediodía”, las hojas de té verde se infunden en samovar con leche, sal y bicarbonato de sodio; el bicarbonato de sodio otorga un pronunciado color rosa a la infusión. En algunas regiones de Pakistán la sal se sustituye por azúcar y nueces, especialmente cuando la bebida se destina a fiesta o celebraciones especiales. Fascinante, ¿a poco no?

En Nepal, Tíbet, Bután y el resto de los territorios situados en los Himalayas, el chai es muy similar al masala chai indio: el té negro se hierve con agua y leche, y se aromatiza con una mezcla de cardamomo, clavo de olor, jengibre y pimienta. En ciertas regiones de Nepal y su frontera con Tíbet el chai es reemplazado por el “po-cha”; este peculiar blend se prepara infundiendo té negro con agua caliente sobre la cual se mezclan mantequilla de yak y sal.

 

té chai

 

 

Diversidades del Chai

 

A lo largo y ancho de la Península Arábiga, región dominada por el café, el chai también tiene cabida. Generalmente descrito como “chai karak”, se trata de una adaptación del masala chai indio. El té negro se hierve en agua con cardamomo, sin incorporar ninguna otra especia, y se sirve con leche y azúcar. En Dubái y Qatar, cuyas comunidades reúnen personas de todo el planeta, el “chai karak” suele incluir todo tipo de especias y acompañamientos más allá del cardamomo.

¿Occidente…? En Inglaterra, Estados Unidos y otros territorios de Occidente, el masala chai ha derivado en el llamado “chai latte”. Lejos de una infusión de té negro puro enriquecida con leche, se trata de un preparado dulce, generalmente elaborado a partir de concentrados de té y esencias especiadas. Si bien poco tiene que ver con sus contrapartes orientales, se trata de una infusión que en más de dos décadas de existencia ha ganado importantes adeptos en todo el mundo. Literalmente, esta moderna versión de “chai” hoy puede hallarse en cualquier cafetería de especialidad o barra del mundo. escueladete.mx

 

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