Como ninguna otra época del año, Navidad invita a combinar galletas y té. ¡Sí!, Santa Claus estaba en lo correcto, estos pequeños horneados de mantequilla, pasta de almendras, chocolate, cereales y frutos secos, entre muchos otros ingredientes, son perfectos para potenciar todo el aroma y sabor de la infusión de camellia sinensis, la planta del té. Fotos: Escuela Mexicana de Té

Si pensamos en té en Occidente, imágenes de sándwiches salados, bocadillos dulces ligeros, scones con chispas de chocolate, magdalenas y pastas de mantequilla azucarada vienen a la mente.

Sin embargo, una particular expresión de la repostería europea sorprende por su capacidad para acompañar la infusión de hojas y brotes de camellia: ¡macarons!

 

Dulces bocados

 

macarrones

 

Elaborados a partir de claras de huevo, polvo de almendras y azúcar, y rellenos con ganache, jalea o crema dulce, los macarrones abrazan toda la complejidad gustativa de tés negros, verdes, blancos, oolong y hasta pu-erh.

Literalmente, estas galletas de almendra actúan como reguladores de sabor, acentuando, contrastando o incorporando notas aromáticas y gustativas a la bebida.

El efecto táctil que provoca la unión también es digno de mencionar; imagine usted un bocado crujiente pero suave, aireado y delicadamente dulce, que se funde en boca al compás del líquido… Se antoja, ¿a poco no?

Casamientos particulares. Los de chocolate oscuro, por ejemplo, son capaces de acentuar las notas de tés verdes tostados, como el hojicha japonés, y blends de té aromatizados con vainilla y frutos cítricos.

Los de chocolate de leche, por el contrario, amortiguan la potencia de tés negros de gran cuerpo, viveza y astringencia, como los de Assam.

 

Maridaje perfecto

 

macarrones

 

Hace algún tiempo, uno de nuestros más destacados alumnos realizó un interesante ejercicio de comprobación. Los resultados son reveladores, preste oído.

Blends de té verde tostado y ralladuras cítricas resultan ideales para acompañar macarrones aromatizados con cacao tostado, chocolate amargo y frutos tropicales con buen nivel de acidez. Blends de tés negros ahumados y terrosos, como algunas variedades de Anhui, China, y Nandi, Kenia, brillan junto a macarrones donde predominan los matices naturales de las almendras tostadas.

Blends dominantemente especiados, como el masala chai original, elaborado a partir de té negro de Assam con canela, cardamomo, clavo de olor y jengibre, demandan horneados frescos y repletos de tonos cítricos, especialmente de naranja, mandarina y limón. Blends de marcado perfil vegetal, especialmente los mezclados a partir de tés verdes nipones y especias y cítricos, se vuelven sublimes junto a macarrones de caramelo salado, praliné de avellanas y toffee.

 

macarrones

 

Concluiremos animándolo a terminar todos y cada uno de sus festines decembrinos con la deliciosa unión que integran macarrones y té. No, querido lector, aquí no se vale “chopear”.  escueladete.mx

Esta indulgencia de macarrones con colores brillantes y textura crujiente y cremosa, es uno de los postres insignia de la cocina francesa. Sin embargo, su origen se remonta a Venecia durante el Renacimiento, cuando Catalina de Medici se los llevó a Francia, luego de casarse con el rey Enrique II.

Macarrones

En aquella época se trataba de un dulce elaborado con pasta de almendra, y fue hasta ese momento cuando unieron las dos “galletas” a través de una ganache. Elaborado con polvo de almendra, huevo y azúcar, fue popularizado por la pastelería parisina Ladurée, abierta desde 1862. En sus lujosos salones de té aún es posible disfrutar de sus nuevas colecciones cada temporada.

macarrones

Las mejores combinaciones de macarrones

La historia estaría incompleta sin mencionar a Pierre Hermé, nombrado este año como Mejor pastelero del mundo por The World’s 50 Best Restaurants, quien ha creado combinaciones tan deliciosas e inesperadas como aceite de oliva y vainilla. En México, se lucen José Ramón Castillo con el de queso cotija, y la tienda Theurel & Thomas, con el de mezcal, naranja y sal de gusano.