Esta es una de las épocas preferidas del cocinero de Maizal, en Puebla, porque es un ingrediente que solo nace en estos meses de lluvia. A él le encanta explorar las posibilidades de transformarlo en un platillo delicioso, ¡hasta en el postre! Antójate con el Festín de Hongos de Daniel Nates. Fotos: Cortesía

 

Para el chef Daniel Nates, agosto y septiembre son meses muy especiales porque es temporada de hongos en su restaurante Maizal, una de sus preferidas del año. Esta es la época de lluvias, días en las que la tierra regala uno de los ingredientes más fascinantes para al joven cocinero.

De hecho, a este producto fue al primero que Daniel le dedicó un menú de temporada. “Justo ayer fui a Perote, en Veracruz, a recoger unos de altísima calidad que me tenía apartados una maestra recolectora, quien vende los que juntan varias comunidades. Aunque también hemos ido a recolectar nosotros a las faldas del volcán Popocatépetl”, asegura.

 

¿Por qué el chef Daniel Nates ama los hongos?

 

Chef Daniel Nates

 

Para él, los hongos son un tesoro. “En Europa son carísimos y aquí en México son dificilísimos de conseguir. Nosotros nos dimos a la tarea de tenerlos porque creemos que son parte esencial de los ecosistemas, además de que tienen bastante mística detrás, en el sentido de que crecen únicamente en una temporada del año y algunas variedades aparecen poco”.

El chef Daniel Nates asegura que en Maizal los han empezado a ver como si fueran frutas y les encanta explorar todas las posibilidades que hay detrás de ellos

 

Hongos hasta en el postre

 

El menú de Festín de Hongos de Maizal es de ocho tiempos. “Desde la entrada hasta el postre, hay presencia de hongos y cada uno tiene matices distintos. Los utilizamos de formas diferentes. Eso describe muy bien nuestra cocina, basada en el producto; el ingrediente es la fuente de inspiración”.

Algunos de los platillos que podrás disfrutar es un musgo comestible; un raviol gigante relleno de hongos con un chileatole de mejillón, y un tamal con mole de algas, el cual es completamente azul porque lleva hongos y masa de ese color. Además, está pintado con espirulina.

 

Festín de Hongos de Daniel Nates

 

“Ese tamal es nuestro mar y tierra, pero en lugar del componente animal, está el del mundo fungi. Lo servimos con un furikake, un sazonador japones que se usa mucho para arroces y que lleva semillas como ajonjolí tostado, algas y hongos deshidratados, aunque nosotros lo hicimos con axayácatl, una larva de mosquito”. 

Emocionado, asegura que en ese plato se encuentran tres ecosistemas distintos: el mar, la tierra o los bosques, y los lagos. Además comenta que posee mucho umami, “que es el quinto sabor que se encuentra muchísimo en los hongos y en las algas”. 

Sobre el postre, el chef Daniel Nates nos contó que es un baklava, un postre turco que en su preparación lleva un poco de hongo shiitake deshidratado proveniente de Zacatlán de las Manzanas, Puebla, el cual tiene altas cantidades de umami.

 

Lluvia sobre la mesa

 

Además de los hongos, en este menú el chef Daniel Nates abarca otros ingredientes de esta temporada, como un pato que añejan y lo sirven con capulín, la que él denomina como «cereza mexicana»

De esta fruta utilizan la pulpa, de sabor muy delicado y frutal, así como un vinagre hecho con su piel y un aceite de sus pepitas, que tiene un sabor similar al amaretto o al del hueso de mamey, dice.

 

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Intro fue el restaurante que me abrió la mente, narra el cocinero de 26 años sobre el lugar que vio nacer su trayectoria culinaria. A cargo del chef Ángel Vázquez, este restaurante poblano ha sido semillero de muchos jóvenes talentos, en quienes fomenta el espíritu creativo… y Daniel Nates no fue la excepción.

Movido por el ímpetu de seguir aprendiendo, emigró a Puerto Vallarta para trabajar en el restaurante La Leche, del chef Poncho Cadena. Allí, sirviendo 300 cenas diarias con menús que nunca se repiten, aprendió el arte de la improvisación en la cocina.

 

 

Luego de asentar las bases del trabajo duro, decidió labrar su propio camino. Se asoció con el chef Armando Cajero —a quien conoció en Intro— y lanzó Maizal.Abrimos con solo 5 mil pesos, y con ellos compramos los platos y la cristalería”, recuerda. “Empezamos haciendo cenas pop up en distintos lugares de Puebla: una terraza que diera hacia la pirámide de Cholula, una casa antigua en la ciudad, una hacienda en Atlixco…”. Así fue como el proyecto adquirió popularidad y comenzó a evolucionar.

Sin embargo, representar a Latinoamérica y el Caribe, en el concurso S. Pellegrino Young Chef en el año 2016, le cambió la vida; lo puso en la mira de México y el mundo. “Entré porque Armando me insistió”, cuenta. “Mandé mi receta el último día de la convocatoria, y solo porque no tenía nada que hacer”. El platillo con el que participó fue quintamal, un tamal de quelites con pinole de frijol y chiles verdes, que se ha convertido en su insignia, pues para él, se conjugan los sabores de la gastronomía mexicana en un plato.

 

¿Quién está en tu mesa?

 

 

Chef Daniel Nates

 

Ahora junto con su hermano, el sommelier Antonio Nates, Daniel ha transformado el concepto de Maizal en un restaurante fijo dentro del hotel Casona de los Sapos, en Puebla.

La vivacidad y la creatividad de ambos está plasmada en una propuesta que no rebasa los 25 platos, con dos tipos de menús de degustación, de seis y diez tiempos. Cada detalle está cuidado, los maridajes están bien pensados y en cada bocado los platillos cuentan una historia.

Tal es el caso de su plato Paso de Cortés, que está inspirado en un viaje de pesca que realizó con amigos. La trucha curada con pino y servida con piñones, jocoque, flores y frituras de piel de pescado, transportan a la aventura que vivió el chef, y es fácil imaginar la carretera, el lago y el campo a través de estos ingredientes.

 

Suculento verdor

 

Chef Daniel Nates

 

El nombre genérico de los quelites (que proviene del náhuatl quilitl) agrupa más de 500 especies de hojas, tallos, brotes y flores comestibles que se recolectan principalmente durante la temporada de lluvias. Se consumen desde la época prehispánica y se preparan en diversos guisos de la cocina tradicional mexicana.

Son considerados quelites la chaya, el berro, la hoja santa, el huauzontle, la malva, la verdolaga, el romerito y el quintonil, entre muchos otros. Hijo de padres biólogos, Daniel Nates heredó el amor por la naturaleza, que es su inspiración para cocinar. Prefiere las “hierbas más olorosas”, y entre sus favoritas destacan el pápalo, la pipicha y el epazote.En mi forma de ver la gastronomía, es a lo que huele México”.

“Puebla endémica” es el nombre del menú degustación que están presentando los hermanos Daniel y Antonio Nates en su nuevo restaurante Maizal, que ha dejado de ser un pop up para asentarse permanentemente dentro del hotel la Casona de los Sapos, en la Ciudad de los Ángeles.

La experiencia muestra la creatividad con la que trabajan los hermanos: Daniel diseñando platillos inspirados en la naturaleza y Antonio, encontrando el vino perfecto para acompañarlos. Así, comienza una aventura de sabores que cuentan con personalidad propia.

 

Maizal

 

Cocina inventiva

 

Primero disfrutamos de los bocadillos: calabaza rellena de hummus de pepita, gremolata y guías; consomé frío– y transparente- de jitomate con clorofila de epazote; tamal de frijol con chile pasilla, requesón, hoja de aguacate y chito (carne seca de chivo); y elotito con caramelo de chiles. Para maridar, Antonio eligió un jerez amontillado, con notas a frutos secos y amaranto.

Ya con el apetito abierto, llegaron lo platos fuertes. El sandwich de amaranto que consta de dos láminas crocantes de amaranto que encierran capas de paté de pollo y mezcal, miel de maguey, higos y cacahuates caramelizados. Sus sabores bien integrados se funden con las notas refrescantes de un vino muscadet.

 

Maizal

 

Sabores que narran

 

Lo más importante para Daniel es contar historias a través de la comida. Así, su plato Paso de Cortés, está inspirado en un viaje de pesca que realizó con amigos. La trucha curada con pino y servida con piñones, jocoque, flores y frituras de piel de pescado -maridados con un vino viognier- transportan a la carretera que recorrió el chef para encontrar estos ingredientes.

El icónico Quintamal, que le valió el título de S. Pellegrino Young Chef en 2016, ofrece “los sabores de México en un plato”. Este tamal de quelites, con pinole de frijol y chiles verdes, es el tercer tiempo del menú. A éste le sigue Humos y tiznes, una cola de res braseada 24 horas en costra de ayocote y servida con pipián gris, que representa la cocina de humo, muy característica de la gastronomía mexicana.

 

Maizal

 

 

Dualidad complementaria

 

El postre va de lo dulce a lo salado en un mismo bocado. Se trata de un helado de pinole azul, con crumble de maíz rojo y merengue de pelo de maíz quemado, que sintetiza el estilo ingenioso de cocinar de Daniel Nates. El rosado espumoso de monastrell, garnacha y pinot noir aporta un toque de frutalidad al platillo y resalta la sinergia culinaria de los hermanos.

El menú “Puebla endémica” estará disponible a partir de julio, en una versión corta que tendrá un costo de $650. Adicionalmente habrá una opción larga, con cuatro platillos más y un costo de $950. Dónde. Av 7 Ote 406, Centro, Puebla. Tel: 01 222 290 4757. casonadelossapos.com

 

Casona de los Sapos