Una y otra vez lo hemos dicho: cuando se selecciona con cuidado, el té puede hacer un trabajo similar al del vino y las bebidas espirituosas en términos de degustación, maridaje y, por supuesto, coctelería. Ciertamente, el té ha sido pieza clave de todo tipo de bebidas refrescantes desde hace siglos en el mundo entero. Sin embargo, en los últimos años la infusión de hojas y brotes de Camellia Sinensis, la planta del té, se ha convertido en un aliado indiscutible de la mixología de autor. ¡Sí!, las distintas tipologías son literalmente capaces de potenciar todo tipo de cocteles con té y de llevarlos en múltiples y maravillosas direccionesFotos: Escuela Mexicana de Té.

 

Sensaciones al paladar

 

Cocteles con té

 

Lo primero que hay que entender es que todos los tés (blancos, verdes, negros, Oolong y Puerh) surgen de la misma planta: Camellia Sinensis. Esto es realmente importante en términos de desempeño en coctelería puesto que, a diferencia de las tisanas frutales y florales, que no contienen Camellia Sinensis entre sus ingredientes, el verdadero té posee taninos capaces de provocar diferentes sensaciones en boca: sequedad, aspereza, astringencia o frescura.

Una vez comprendido esto, será más fácil jugar con todo tipo de combinaciones para brindar efectos particulares a los sentidos. Por ejemplo, mezclar partes iguales de un robusto té negro, como el mítico y extraordinariamente ahumado Lapsang Souchong, y un chorrito de jugo de cereza roja bien ácido, resultará en cocteles con té vibrantes.

 

¿Qué considerar a la hora de hacer cocteles con té?

 

Cocteles con té

 

Los tés negros, de aroma, sabor y textura robustos, brillan espectacularmente cuando se combinan con especias como nuez moscada, clavo de olor, canela, pimienta y cardamomo. Pero también con pulpas de frutas blancas, como manzana y pera, además de cítricos, caramelos y jarabes dulces.

Los tés verdes chinos y japoneses, por el contrario, son aliados indiscutibles de romero, tomillo, limoncillo, eneldo y todo tipo de hierbas de olor frescas. Y los complejísimos Oolongs, cuyo aroma y sabor recuerdan a los jereces amontillados por sus tonos ambarinos y recuerdos de nueces y frutos secos, combinan bien con frutos de hueso, jengibre, jugo de granada y todo tipo de cítricos.

Si bien una correcta infusión, en tiempo y temperatura, es básica para garantizar la expresión del té en un coctel, existen innumerables máximas desarrolladas por los mixólogos de todo el mundo para catapultar el resultado final:

 

1. Siempre hay que preferir las infusiones en frío, mucho más respetuosas con las delicadas hojas y brotes de Camellia Sinensis.

2. Los jarabes concentrados actúan como vehículos de aroma y sabor. Piensa en una sencilla y cálida mezcla de 50% azúcar refinada y 50% agua, donde el té literalmente deberá infundirse por varios minutos.

3. Los tés molidos, como el delicioso matcha, primero deben infundirse por batido con agua caliente y después incorporarse a la coctelera.

 

Infusión en frío

 

Atrás quedaron los días en que el preciado matcha se licuaba con todo tipo de lácteos, frutas, especias y demás mezcladores «en crudo», sin el respeto que una bebida de su categoría merece.

Finalmente… ¡El llamado es a experimentar y experimentar! Las grandes recetas de la coctelería internacional han nacido a partir del ensayo constante. escueladete.mx

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Mezcal, tequila, sotol, raicilla, bacanora, comiteco y un sinfín de destilados mexicanos resultan perfectos para mezclar con té. ¡Sí!, la complejidad aromática y gustativa de la camellia sinensis, la planta del té, es ideal para equilibrar la potencia de los más icónicos espirituosos septembrinos. Fotos: Cortesía Escuela Mexicana de Té. 

Antes que nada, es importante entender la manera en que el té puede emplearse en coctelería. Y es que, para asegurar su correcta expresión en copa, las hojas y brotes de camellia sinensis deben infundirse siguiendo recomendaciones precisas, que extraigan sus delicados aromas y sabores, en la concentración perfecta y sin matices negativos.

 

Mixología con té

 

La primera y más práctica forma es infundiendo el té en el propio destilado o espirituoso, colocando las hebras en el alcohol y dejando reposarlas por al menos 8 horas a temperatura ambiente. Esta infusión en frío permitirá extraer todos los compuestos de aroma y sabor de forma pausada y lenta, totalmente amigable con nuestros preciados tés.

 

té y destilados mexicanos

 

La segunda, es infundir a manera de té helado: infusión caliente concentrada + hielo, y simplemente mezclar con el resto de los ingredientes en coctelera. En ambos casos es importante utilizar una mayor proporción de hebras de té, entre 2 y 3 gramos por cada 100 mililitros, para conseguir un líquido lo suficientemente concentrado para poder imprimir todo el aroma y sabor del té en el coctel final.

 

Espirituosos mexicanos

 

Una vez entendido esto, y para que disfrutes de este maridaje de té y destilados mexicanos, hay que apuntar a la amplia variedad de espirituosos nacionales, cuyo común denominador es potencia sensorial y generoso volumen alcohólico. Pero no todo es agave… El sotol, por ejemplo, destilado de las plantas desérticas de sotol o serenque -Dasylirion wheeleri–, es perfecto para mezclar con tés verdes de marcado perfil vegetal y/o herbáceo, así como con oolongs de baja oxidación, rooibos verdes y tisanas de frutos rojos silvestres, que permitan acentuar su dulzor y potencia en boca.

Por el contrario la raicilla, destilado artesanal jalisciense de Agave lechuguilla, es fascinante al compás de tés verdes ahumados, tés negros de marcado carácter frutal e incluso sheng puerh, que armonizan con sus potentes y complejos aromas y sabores. ¿Bacanora…? La armonía con este destilado artesanal sonorense obtenido a partir del Agave pacifica llega de la mano de tés verdes con tonos de vegetales dulces cocidos, oolongs de oxidación media y tés negros de marcada frutalidad.

 

té y destilados mexicanos

 

Mientras que los tequilas y mezcales se cuecen aparte. Los primeros, elaborados con cabezas maduras de Agave Tequilana Weber var. Azul, mezclan fácilmente con tés verdes de marcado perfil vegetal, tés negros con buena frutalidad, oolongs de oxidación media y sheng puerh; todo depende de su clase, juventud o tiempo de envejecimiento en barrica.

En cuanto a los segundos, producidos a partir de las piñas maduras de diferentes agaves, con métodos de manufactura tan amplios como regiones asociadas a su denominación de origen, la más grande del mundo entero, son capaces de hacer frente a matcha, tés negros de marcada frutalidad, tés blancos ricos en notas florales y frutales, y sheng y shou pu-erh. escueladete.com.mx

 

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