Dos puertos, más de ocho bahías y una infinidad de experiencias de disfrute ofrece este destino dorado de la costa guerrerense. Aquí te presentamos algunos de los básicos de Ixtapa-Zihuatanejo. Texto: Fernanda Carrasco / Fotos: Arturo Mateos.
Zihuatanejo: un pueblo con mar
Por su ánimo de pueblito mexicano, Zihuatanejo se presta para dar un paseo por el centro y hacer algunas compras. Si quieres llevar a casa el souvenir perfecto, opta por los sombreros, máscaras y utensilios de cocina pintados a mano con el estilo artesanal típico de Guerrero. Visita el Museo Arqueológico de la Costa Grande, ubicado en el Paseo del Pescador, donde conocerás la historia de esta región y contemplarás las piezas arqueológicas que se han encontrado en la zona.
Cuando termines tu visita, camina hacia la parte trasera del recinto; ahí hallarás el ecotianguis Sanka, donde venden productos que en su proceso de elaboración cuidan el medio ambiente como ropa, calzado, alimentos y artesanías, entre otros. Toma nota El ecotianguis abre únicamente los sábados de 9:00 a 13:30 horas, en Paseo del Pescador y plaza Olof Palme, Centro, Zihuatanejo.
Barra de Potosí: laguna y mar
Aventúrate a este sitio donde sucede el afortunado encuentro entre el agua dulce y el mar. El resultado: un paisaje precioso que se alza entre manglares. Una forma acertada de observar los encantos del lugar y conocer de cerca la fauna local es paseando en lancha.
Si lo prefieres, también puedes disfrutar la vista desde la orilla, sentado en algunos de los restaurantes de la ribera, mientras degustas unas tiritas, un plato típico de la zona, parecido al ceviche; lo preparan con el pescado más fresco, cebolla, limón, sal y un toque de habanero al gusto. Su sencillez es inversamente proporcional a su sabor. Toma nota Un paseo privado de media hora en lancha cuesta alrededor de $350. No te lo pierdas.
Mercado de pescadores: explosión para los sentidos
Madrugar en Zihuatanejo tiene enormes ventajas, como acudir al mercado de pescadores, el cual ofrece todo un espectáculo. Se ubica a la orilla del mar en la Playa Principal, y es mejor llegar antes del amanecer para ver decenas de lanchas volviendo de su extensa jornada nocturna con la pesca del día.
Chancleta, ojotón, flamenco, cabrilla, jurel y dorado son solo algunas de las variedades de pescado que encontrarás a la venta. Te encantará ver a los siempre esquivos pelícanos formando parte de esta marea de aromas, colores y sonidos. Vivirás por ti mismo la belleza de un pueblo pesquero. Toma nota Antes de las 11:00 horas se venden todos los especímenes; te recomendamos llegar temprano.
La Casa que Canta y hotel Cala de Mar: el atardecer soñado
Goza de una espectacular puesta de Sol seguida de una cena inolvidable en la terraza Mar y Cielo, en La Casa que Canta. Sus platillos siempre están frescos, pues muy tempranito compran pescados y mariscos en el mercado.
Una delicia de la carta es el fettuccini de pulpo: la pasta hecha en casa junto con la suave salsa que lo acompaña, hacen la diferencia. Y cuando tengas ganas de sentirte conectado al oleaje y ver uno de los atardeceres más espectaculares de este lado del globo, el Hotel Cala de Mar es tu opción.
Por estar sobre un risco, tiene amplias vistas hacia el mar. No dejes de visitar su restaurante Sea Food Market, ubicado al pie de la bahía, con pesca fresca a la parrilla y recetas contemporáneas. Toma nota La Casa que Canta se encuentra en Camino Escénico a Playa la Ropa s/n, y Cala de Mar en Paseo Punta Ixtapa s/n, Zona Hotelera II.
Playas La Ropa, Blanca y El Palmar: el encanto del Pacífico
Cada bahía de Zihuatanejo cuenta con una identidad y belleza propias. Por contar con una franja de arena amplia y extensa, Playa La Ropa se antoja perfecta para descansar con el Sol de frente, lo mismo que Playa Blanca, cuyo oleaje fuerte invita a disfrutar la vista desde tierra firme mientras comes unas pescadillas.
Si prefieres nadar, puedes visitar Las Gatas, donde un rompeolas provoca que la marea llegue suave a la orilla. Su arena es fina y el agua es clara, lo que la hace ideal para esnorquelear. La idea de paraíso cobra sentido al sentir sus frescas aguas.
En temporada de lluvias y hasta febrero, estas playas son las elegidas por decenas de tortugas golfinas, laúd y carey para depositar sus huevos; eso porque aquí las protegen y conservan. Toma nota Playa Las Gatas únicamente tiene acceso por el mar. Toma una embarcación desde la Playa Principal.
Zihuatanejo de sabores: restaurantes imperdibles
La Terracita (Calle Adelita 6, Playa la Madera) es el lugar donde los locales suelen desayunar, sobre todo si tienen algo que celebrar. Y es que la vista del mar desde lo alto de su terraza es insuperable.
Su variedad de jugos recién hechos te abrirá el apetito y querrás continuar con unos huevitos al albañil o un omelette de requesón y huitlacoche. Para conocer la sazón guerrerense revolucionada con las técnicas culinarias contemporáneas, nada como el restaurante Angustina (Paseo del Pescador 70, Centro), donde el mezcal es el verdadero protagonista de la carta, ya sea en su forma líquida para maridar o evaporado dentro de alguno de los platillos insignia.
También visita Hao y Ceniza, restaurantes de hotel Thompson (Carretera Escénica s/n, Playa la Ropa). La propuesta de Hao es casual; está a pie de playa y tiene una barra para degustar cocteles. Ceniza es el restaurante insignia del chef Miguel Baltazar, que sirve cocina a la parrilla y platillos ahumados, pues el fuego es su inspiración.
Indispensable probar las almejas chocolatas tatemadas con holandesa de piña y guajillo, o la cazuela de mejillones con chorizo y cerveza local. Toma nota En el restaurante Hao, atrévete a pedir los chilaquiles con camarón, callo de hacha, pulpo, chile morita y queso cotija. Un ensamble poco usual, pero delicioso.
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