Hace 20 años, Ensenada era un diamante en bruto de la gastronomía mexicana. Y fueron los chefs Benito Molina y Solange Muris, quienes pulieron gran parte de esta joya al transformar juntos la escena restaurantera. Hoy, han pasado dos décadas desde la creación del restaurante Manzanilla, el famoso lugar con el que se movieron los reflectores culinarios hacia estas coordenadas. Platicamos con ellos en entrevista telefónica, para conocer sus más profundos sentimientos al respecto y para celebrar su historia. Fotos: Charly Ramos.

 

Punto cero

 

Benito y Solange comparten más que una vida juntos. Ambos son socios y creadores de Manzanilla, un restaurante que desencadenó una ola de pasión por el producto de Ensenada. Desde hace 20 años, es un lienzo que muestra los frutos del mar que se pescan y cultivan con gran pasión en la zona. Pero también es un punto de referencia de dos chefs que han logrado perfeccionar su técnica para traducirla en pureza y simplicidad con los ingredientes. 

 

Benito y Solange

 

Cuando nosotros llegamos, la comida era una mala copia de lo de California, pero eso sí, con una increíble comida callejera y en las casas se comía muy bien. Nosotros somos la cara, pero esto es el resultado del trabajo de muchísima gente, de los acuicultores y los agricultores con vocación agrícola de crecer uvas, es la conjugación de todas estas cosas«, concuerdan Benito y Solange.

 

Lugar correcto, momento correcto

 

Manzanilla es el restaurante con el que, sin planearlo, se inició un movimiento de cocina de producto. Y no sucedió por magia, sino por respeto a todo lo que ofrece la región. «Fue una suerte llegar a Ensenada, gracias a Hugo D’Acosta, quien me propuso llevar la cocina de La Embotelladora Vieja. Yo llegue aquí y se me cayeron los calzones. Era un sueño. Resultó que en Mexico tenemos una Toscana, que hay un Mediterráneo, con el clima y una tierra increíble que da higos, olivos y vides, pero también el mejor producto del mar del país«, afirma Benito Molina.

 

Benito y Solange Pescado

 

Así, el pasado 31 de julio no solo fue el cumpleaños de Solange Muris, también fue el aniversario número 20 de un icónico restaurante. La chef, originaria de Morelos, considera que hay dos cosas que son la base del éxito de Manzanilla, uno es el ingrediente y el otro es la familia que se ha hecho a lo largo de los años. «Hace poco limpiamos un librero y encontré un menú de hace tiempo. También había un pescado del día, ostiones y almejas, pero con otras preparaciones. No es tanto un cambio, con los años hemos perfeccionado cómo tratamos a los ingredientes«, añade.

Para los chefs, estos años “saben a mucho orgullo y trabajo. Hay sentimientos encontrados, suena el cliché de qué rápido pasa el tiempo, si fue casi ayer que abrimos, pero por otro lado saben a tres vidas que hemos vivido. Pero sobre todo, estamos felices y orgullosos del equipo de Manzanilla«, comentan Benito y Solange.

 

Platillos memorables

 

Manzanilla tiene el don de hacerte sentir en casa. Este espacio acogedor tiene una propuesta sincera, y desde sus paredes se han vuelto entrañables platillos como el abulón con pipián de algas, el gato de codorniz, los ostiones ahumados o el taco de pulpo con chicharrón. Pero también ha sido la cuna de preparaciones aclamadas y replicadas en todas partes, como el tiradito de pescado o los calamares manches, que además reflejan la mezcla oriental que posee La Baja.

 

gato de codorniz

 

Uno de los favoritos de la chef Solange es el arroz de mar, que se ha mantenido en el menú desde el principio. «Su belleza radica en que a veces tiene pulpo, almeja generosa o lo que llega. Es un plato que se modifica de la mano del producto y con las vedas, por lo que solo se queda fijo solo lo que hay todo el año. Tienes la sorpresa de pedir y ver qué hay de extra», cuenta.

 

 

Amantes del producto del mar

 

Para Benito y Solange, pensar en llevar a Manzanilla pesca y especies del mar sustentables, se volvió necesario en el momento que empezaron a existir los productos de cultivo. «Hace 20 años no se hablaba de sustentabilidad ni de comprar directamente, lo que sucedió fue de manera orgánica«, cuenta Benito Molina. Hoy, una de sus tareas más plausibles es su aporte a la investigación a favor del mar, así como el uso de especies provenientes de buenas prácticas de pesca y granjas con las artes de la acuacultura.

«Tenemos que concientizar que habrá mas plástico en el mar que pescado en el mundo. Si no lo cuidamos se va a acabar. Como cocineros tenemos una voz fuerte, y debemos hacer que pernee en todos los estratos sociales«, exclama Benito. En este tema, los chefs se han puesto a trabajar recientemente en Alimenta tu corazón, una campaña para subir el consumo de pescado mexicano per capita en el país,  y que sea accesible. «El pescado es una proteína importante, hay que quitarnos las ideas de la cabeza que no le dan su valor, poca gente consume pescado fresco y bien tratado, pero es fácil cocinarlo», aporta la chef Solange.

 

Benito y Solange Manzanilla

 

 

Aniversario y pandemia

 

Manzanilla reabrió sus puertas tras el cierre por la pandemia hace poco menos de un mes. Para ello, se hicieron adecuaciones en cuanto al espacio, que trajeron consigo la reducción del aforo y que ya no te puedas sentar en la icónica barra de madera. «No hemos hecho mucho ruido porque sabemos que tener el restaurante lleno es una irresponsabilidad total por el momento y tenemos que cuidar a nuestra gente. Va a ser difícil el invierno, pero estamos contentos porque no hemos despedido a nadie y el equipo sigue completo. Hacemos maromas, aunque no se ve un final cercano», cuentan Benito y Solange.

La cuarentena les dejó otras reflexiones más preocupantes. Ensenada es un pueblo chico en el que mucha gente vive del mar y, al igual que en el resto de la economía, hay todo una cadena que se vio afectada. «En Manzanilla se consumía cerca de media tonelada de pescado al mes y ahorita estamos sobre los 20 kilos por semana. Este es un impacto terrible y una revisión profunda en términos de la cadena gigante que se crea«, dijeron con preocupación los chefs.

Además, el chef Benito invita a concientizar sobre uno de los estragos de la pandemia: «Tenemos que hacer algo con la contaminación del mar, la cuarentena ha aumentado el consumo de plásticos. Nos fuimos 100 años atrás con lo que esta pasando ahorita».

 

Para el festejo

 

Este año no se hizo una comilona ni tampoco una fiesta hasta el amanecer para festejar al estilo de Manzanilla. Se publicó en Instagram un video conmemorativo de los 20 años. «Se los pedimos a varios de nuestros amigos, proveedores y colegas. No nos esperábamos la respuesta y ahora tenemos un material muy conmovedor«, dijo Benito. De ahí que ahora tienen pensando hacer un video más largo, que van a revelar en cuatro partes de agosto a diciembre.

 

Benito y Solange ostiones

 

Sin embargo, también hay nuevos proyectos en puerta que vienen de la mano con el aniversario. Uno de ellos es un largometraje llamado Surgencia, que idearon junto a Hugo D’Acosta e hicieron con Specola, productora de Tijuana. «Es una pieza muy emotiva, un viaje de Ensenada hasta la misión de San Ignacio, en el que se hizo vino en el camino y paramos en los campos pesqueros de erizo, de abulón y de langosta. Muestra el camino de lo que hemos hecho desde que llegamos a Ensenada«, cuenta Benito. En cuanto al lanzamiento, se espera que no se retrase más por la situación actual y que pueda salir a partir de febrero. rmanzanilla.com

Los recuerdos que más se atesoran en la vida son sin duda los que se tienen al lado de la familia, sobre todo de nuestros padres, y más si se dan dentro del corazón de todo hogar: la cocina. Como recuerda el joven chef de 28 años David Castro Hussong, quien tiene su primer memoria gastronómica al lado de su padre, cuando solo tenía 13 años de edad, y este preparaba el platillo familiar tradicional:

Mi padre tenía un rancho ganadero, muy cerca de la playa, ahí recuerdo que él sacrificaba un borrego para hacer barbacoa, me enseñaba cómo lo hacía para que yo aprendiera. Luego de preparar al borrego, me llevaba de cacería a tirarle a las codornices o cuando teníamos poco tiempo, solo íbamos enfrente de mi casa y sacábamos cubetas para llenarlas de langostas que acababan de sacar del mar, para después venderlas. Aprendí mucho de mi padre”. (Fotos: Cortesía). 

 

 

El inicio de una gran carrera

 

Como todo gran chef, David empezó desde abajo, lavando platos y preparando buffets, trabajo arduo que lo llevó a conseguir su primer trabajo en un restaurante fine dining, lo que lo animó a retar al destino y pedirle empleo al chef Jair Téllez, en el restaurante Laja, en Baja California, la suerte le sonrió y desde entonces comenzaron dos cosas: una amistad para toda la vida y una prominente carrera en la gastronomía.

Trabajé en el restaurante Laja y luego en Merotoro, en la Ciudad de México, y de ahí me fui un periodo corto a San Diego, en Estados Unidos. Después Jair me consiguió ir a hacer prácticas al restaurante Noma, del chef René Redzepi, en Copenague, considerado el mejor del mundo hasta el año 2014.

 

chef David Castro

 

Ahí aprendí a valorar a mi país y su gastronomía, pues curiosamente estando tan lejos, me di cuenta de lo afortunados que somos los mexicanos de poseer tantos productos. Regresé a México con unos objetivos muy claros: tener un restaurante similar a Fauna, pero jamás pensé que llegaría a tener lo que tengo hoy”.

La carrera del chef Castro fue en ascenso rápidamente, ya que después de Noma fue a estudiar al French Culinary Institute en Estados Unidos. Su experiencia como cocinero fue llenándose de reconocidos restaurantes como el Blue Hill At Stone Barns con el chef Dan Barber, el Eleven Madison Park de Daniel Humm -ubicado como el cuarto mejor restaurante del mundo por The World’s 50 Best Restaurants 2018-, y por último trabajó como jefe de cocina con la chef mexicana Daniela Cámara, en el restaurante Cala.

Fue ahí donde, “tras 12 años de carrera y muchas chingas”, y gracias a la oferta de sus socios, surgió la oportunidad de su vida: abrir el restaurante Fauna y ser el chef ejecutivo, lo que le llevó poco más de tres años materializar, y que ahora es uno de los restaurantes que está fijando la atención en el noroeste mexicano, tanto de nacionales como internacionales.

 

chef David Castro

 

 

¿Quién está en tu mesa?

 

La magia de los sabores que emergen en el restaurante Fauna, ubicado dentro de la vinícola y hotel, Bruma, en el Valle de Guadalupe, en Ensenada Baja California, radica primero, en honrar el producto local, y al comenzar a preparar los platillos, no saber lo que se terminará por servir, pues al ser un menú experimental, todo puede cambiar.

Sin embargo, la frescura de los productos, así como la autenticidad de los sabores se preservan, razón por la cual, para el chef David Castro, es difícil inclinarse por solo un ingrediente favorito. “El menú en Fauna se compone por 20 platillos, es todo lo que tengo, máximo 22 y todos tienen un sentido, por ello, no puedo elegir solo un producto que me fascine.

 

chef David Castro

 

Me gustan los mariscos y los  vegetales, pero la carne de borrego me encanta, y mucho tiene que ver la historia con mi papá, por eso el borrego tatemado siempre lo tengo en el restaurante y es uno de los platillos clásicos de Fauna.

También hay otros platillos que vamos evolucionando, algunos solo salen por temporada como el abulón que en verano lo servimos en un platillo fresco, mientras que en invierno es un abulón con espinaca cremosa, salsita verde, y lo freímos, pensando en un taquito de pescado en Ensenada, pero con ingredientes completamente diferentes”, nos antojó David Castro.

 

En palabras de…

 

Sensibilidad gastronómica La relación que tengo con mi mamá, quien es pintora y es la autora del tatuaje que tengo en mi brazo de una flor de durazno con tinta china y papel de arroz, me dejó un lado muy sensible. Por ello me gustan mucho los emplatados sumamente sencillos, que valoran mucho el producto y que hablan nada más de ellos.

Amor por la comida Representa todo en mi vida, antes de irme a dormir pienso en lo que voy a desayunar, cuando estoy desayunando pienso qué voy a comer, y cuando como estoy checando qué voy a cenar. Ser chef es una de las pocas profesiones que están todos los días presentes en tu vida, porque no hay un día en el que digas hoy no voy a comer… entonces es un poco loco.

 

chef David Castro

 

Momentos que quiebran Perder a mi papá ha sido lo más duro que me ha tocado vivir, más como hijo único y  estando mis papás separados. Cuando me avisaron que mi padre estaba en el hospital, me encontraba con Jair Téllez, empecé a llorar, pues mi papá siempre fue un hombre muy saludable. Se lo llevó un cáncer que le descubrieron de un día a otro. Por esa razón iba a dejar la cocina, se lo dije a Jair. Y fue cuando me consiguió las prácticas en Noma, y eso fue una gran patada para ayudarme a salir adelante.

Conservar la esencia Lo que les digo a todos mis cocineros es que yo he sido más tiempo cocinero que chef, por eso cuando me preguntan qué soy, digo que soy un cocinero que he tenido la fortuna de tener el apoyo o la suerte. No sé qué sea, de estar en el lugar indicado. Soy una persona de familia, mi esposa, Maribel Aldaco, quien lleva la repostería de Fauna, está siempre conmigo, y mis amigos de años siempre lo serán.

El futuro de Fauna Dentro de algunos años me veo en un gran Fauna, aunque sé estoy en un gran Fauna, pero lo queremos hacer aún más grande, pues me encantaría que fuera considerado como uno de los mejores restaurantes del país.

 

Nutritivo Manjar

 

chef David Castro

 

La carne de cordero se encuentra dentro del grupo de las carnes rojas, y es considerada como una de las carnes con mayor cantidad de nutrientes. Ya que posee proteínas, vitaminas y minerales, ideales para una dieta saludable. Su consumo te proveerá de vitamina B12, y B3, que ayudan a mejorar la circulación y a fortalecer el sistema nervioso. Además de Hierro, Selenio y Zinc, que mejoran el sistema inmunológico, y evitan el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Se sabe que México produce más del 70% de la carne de borrego que consume, que en su mayoría es barbacoa. Para el chef David Castro, el borrego tatemado es una de sus preparaciones favoritas en el restaurante Fauna. Ya que era una receta que preparaba al lado de su padre.

Durante la cocción le agrega un poquito de chile pasilla mixe, y lo sella en un asador muy grande, lo que le da un saborcito ahumado, también le añade ajo y sal, y lo cocina durante 7 horas. Al salir lo desmenuza, lo sella con bastante aceite en la plancha, y -mientras se le hace agua la boca- lo come con tortillitas de harina.