11 años pueden sonar muchos, pero cuando transcurren realizando lo que más amas y te apasiona en la vida, al final se hacen cortos. Ese fue el tiempo que la chef mexicana Liz Galicia estuvo al frente de uno de los restaurantes más icónicos de Puebla, El Mural de los Poblanos, en donde reunió un sinfín de experiencias divertidas y otras un tanto más difíciles, pero que todas en conjunto, la ayudaron a crecer y ahora a tomar la decisión de ir por su propio camino en el mundo culinario.  Fotos: Cortesía / Carlos León. 

Para Liz, durante estos años de trabajo, tanto  El Mural de los Poblanos como ella, crecieron y aprendieron juntos, hecho que  la llena de orgullo y mucho cariño para la que fuera su casa por más de una década, casi las 24 horas del día.  

Ser chef no es solo cocinar rico, un chef tiene que saber mucho más allá, y la mayoría de lo que sé se lo debo a El Mural de los Poblanos, ahí aprendí y crecimos juntos. Hace 11 años El Mural no tenía el nombre y el prestigio que ahora tiene, eso lo  ganamos tras muchos años de trabajo y dedicación. Invertimos mucho tiempo en investigación y viajes, y yo aprendí mucho estando con mayoras y cocineros en el día a día. El amor por la cocina poblana lo encontré en El Mural de los Poblanos”, aseguró Liz en entrevista telefónica.  

 

Liz Galicia

 

 

Madre y chef

 

Dejar un lugar donde se aprendió tanto y se fue tan feliz, no es nada fácil; sin embargo, este tiempo de guardarse y quedarse en casa, le fueron de utilidad a la chef para definir sus siguientes pasos, pues consideró que era momento de darle prioridad a su etapa como madre de familia, pero sin dejar de lado una de sus más grandes pasionesla cocina poblana.  

Tengo un hijo de 4 años, y la verdad es que podría decir que me los perdí. Se la pasó con mi mamá pues yo viajaba mucho por el restaurante al que le dedicaba mucho tiempo, porque era algo que me encantaba. Sin embargo, tras estos meses de encierro pude convivir con mi hijo como nunca lo había hecho, y dije ‘me estoy perdiendo esto y no va a regresar’, es mi único hijo. Esto fue de las cosas positivas que me dejó esta pandemialo disfruté mucho y no quiero perderlo”, nos compartió la chef.  

Asimismo, consideró que ya era tiempo de cerrar ciclos y salir de la llamada “zona de confort” y seguir su camino ya solo como Liz Galicia, y concretar los diferentes proyectos que ya tenía y unos nuevos que viene cocinando desde hace tiempo.  

Con el restaurante cerré muy bien, tenemos la mejor relación, no podía ser de otra manera después de tantos años. Pensé en mi experiencia y que ya era momento de hacer algo por mi lado, sin descuidar a mi hijo. Creo que la gente ya me conoce, ya sabe cómo es mi trabajo y mi sazón. Con mi decisión cerré ciclos para salir de mi zona de confort, tomar mi lugar, mi espacio y enfrentar la realidad sin miedo. Decidí hacerlo en este momento durante la temporada de chiles en nogada que es un platillo tan cercano a mí”, nos contó Liz. 

 

Liz Galicia
Foto: Instagram @liz_galicia.

 

La vida cambia

 

Liz tiene muy claro lo que quiere en su vida, y algo que quiere es establecer un equilibrio entre su rol de madre y de chef, lo cual sabe no es fácil, pero tampoco es imposible, sobre todo dejando en claro que su prioridad es su hijo Jesús “Chuchín”, como le dice amorosamente.  

“Definitivamente cuando eres madre de familia las cosas cambian. No es imposible equilibrar la balanza entre trabajo e hijo. Durante todos estos años he hecho mi trabajo con mucho cariño y pasión. Estoy muy enamorada de mi trabajo, de Puebla, de las tradiciones, de la cocina; pero cuando llegó mi hijo, la verdad es que la balanza se comenzó a igualar y a inclinar más hacia mi hijo. No tengo planes de tener un hijo más, pero cuando él crezca se irá y el trabajo puede estar ahí siempreNo es que vaya a dejar mi trabajo, no voy a encerrarme en mi casa a ser solo ama de casa, no podría, menos cuando estás acostumbrada a trabajar, lo necesitas”.  

 

Experiencias que dejan huella

 

Una de las vivencias que marcaron la carrera de la chef Liz Galicia en el tiempo que estuvo a cargo del restaurante El Mural de los Poblanos, fue que su juventud jugó un papel importante para que los comensales creyeran en su talento, y sin duda que pasó la prueba hasta convertirse en todo un referente de la cocina poblana.  

“Una experiencia que no voy a olvidar fue cuando me tocó a ir a cocinarle a un cliente, apenas llevaba unos tres años en El Mural, pero ya estaba a cargo de la cocina. Tenía a penas 25 años cuando un empresario de Monterrey pidió que le cocinara el responsable de El Mural de los Poblanos, que fuera hasta Monterrey y realizara una comida para 80 personas. Me enviaron a mi y cuando aún no había llegado al lugar, vieron mi fotografía y les parecí muy chiquita. Ellos preguntaron que quién iba a ir, y les dijeron que yo a lo que contestaron ‘es que está muy chavita ¿no?’, ‘es una niña, ¿será que va a poder?’, ‘¿qué garantía tengo de que la comida va a salir bien?’ 

“Afortunadamente yo iba muy segura de mí misma y todo salió muy bien. Después de esa experiencia fui a cocinar nuevamente a un evento del dueño de esa empresa y luego a hacer un servicio a su casa, para el cumpleaños de su mamá, es decir, me llamaron muchas veces más. Esas fueron unas de las experiencias más bonitas que me tocaron vivir”, nos compartió con cariño la chef.  

 

Liz Galicia

 

 

Chiles en nogada 2go

 

En plena temporada de chiles en nogada, la chef Liz Galicia ofrece este platillo tradicional poblano hasta la puerta de tu casa, con la certeza de que recibirás una auténtica delicia que sólo tendrás que ocuparte de emplatar y disfrutar.  

“En esta temporada arranqué el proyecto Chiles en nogada 2go by Liz Galicia, precisamente con un platillo con el que la gente me conoce en Puebla. Va bien y ya tengo envíos a Ciudad de México los sábados, quiero mandar picadillo y nogada congelados al vacío para lugares más lejanos, como Monterrey. Está creciendo el negocio y estoy contenta”. 

 

Crecer y evolucionar

 

Pero ahí no paran los proyectos de la chef Liz Galicia. Desde hace cuatro años abrió en el centro de Puebla la mezcalería Miel de Agave, con la que debutó como empresaria, y que retomará una vez que ya sea permitido abrir este tipo de establecimientos, debido a la pandemia.

“Desde hace cuatro años tengo una pequeña mezcalería en Puebla, se llama Miel de Agave, la abrí con la inspiración de estas mezcalerías que hay en el centro de Oaxaca, y me encanta porque soy una apasionada del mezcal. Es un negocio que ya estaba encaminado y en el momento que esto termine o que se vayan acomodando las cosas, estoy lista para retomarlo y abrirlo con más fuerza. Es un lugar con mucha variedad de mezcal tradicional, de graduaciones 45% de alcohol, tratamos de comprarle directo a los productores. La intención de ese lugar, luego de vender, también es compartir todo lo que es el mundo de los destilados”, nos dijo entusiasmada Liz. 

 

Investigación gastronómica
Foto: Instagram @liz_galicia.

 

Las raíces de los productos 

 

La investigación gastronómica es una labor que la chef Galicia no quiere dejar de lado ahora que ha tomado su propio camino, por lo que seguirá en grandes proyectos al respecto, que irá compartiendo en sus redes sociales personales.  

“No quiero dejar la investigación, es algo que me apasiona. Acercarme al origen de los productos, ver de dónde vienen, la convivencia con productorescómo utilizan el ingrediente es algo que me emociona y me enseña, porque ellos lo manejan diferente a nosotros los chefs. Me tendré que dar mis tiempos para seguir saliendo a municipios cercanos y seguir en ese tema. No es un negocio, para mí es una herramienta, porque cuando das una clase de cocina, por más que te sepas la receta perfecta y tengas la mejor sazón, es fundamental el tema de investigación. Debes saber lo que hay detrás de cada producto”.  

 

El futuro promete

 

Liz tiene la vista bien puesta en el presente, pero no deja de pensar en un futuro al frente de su propio restaurante, seguir con la mezcalería, realizar talleres de cocina tradicional poblana y continuar con la investigación culinaria.  

Me veo con mi propio restaurante, creo que cinco años es un buen tiempo para ya tener algo. Si en su momento los talleres de cocina, el tema de investigación y la mezcalería me llegaran a saturar y me fuera bien, quizá postergaría el tema del restaurante. Tener un proyecto requiere mucho tiempo, dedicación y esfuerzo, más cuando arrancas, pero no le tengo miedo, estoy con muchas ganas de que suceda. Pero si no lo tengo, no moriré, no es así.  La gastronomía tiene tantos caminos que en su momento, si me funcionan los otros y tengo tiempo para mi hijo, con eso estoy feliz”, finalizó Liz Galicia.