Blanco, verde, oolong, negro y puerh… El mundo del té bien puede resumirse en estas cinco gamas, capaces de expresar toda la riqueza aromática y gustativa de la camellia sinensis en taza, ¿o no? En los últimos años, una nueva tipología asociada a la planta del té logró capturar la atención de millones de consumidores en todo el planeta. Su nombre: “té morado”. Fotos: Escuela Mexicana de Té. 

Pero, ¿de dónde proviene?, ¿cómo se produce?, ¿y a qué sabe…? Eso, querido lector, será motivo de este delicioso encuentro.

 

El camino del té morado

 

Antes que nada, es importante decir que las plantas de hojas moradas se encuentran naturalmente en todas las familias de la planta del té, incluidas la Sinensis y la Camellia Sinensis var. Assamica, desde China hasta India. ¡Sí!, las plantas de té con hojas de tonalidades extrañas no son nada nuevo.

El té que abandera la tendencia morada global crece en Kenia, en altitudes de más de 1,800 msnm. Esta variedad de camellia sinensis, si así podemos decirlo, se desarrolló a partir de ejemplares silvestres procedentes de jardines de Assam, en India.

El Instituto de Investigaciones del Té de Kenia (TRFK, por sus siglas en inglés) dedicó más de 25 años al estudio de estas singulares camellias salvajes, creando clones y perfeccionando su genética a través de la cruza con plantas de Camellia Irrawadiensis, una especie hermana rica en antocianinas, pigmentos que otorgan el color rojo, morado o azul a las hojas, flores y frutos.

 

Té morado

 

Las primeras plántulas de té morado se presentaron a los pequeños agricultores de Kenia en 2011, quienes recibieron estímulos del gobierno para plantarlas y madurarlas en sus granjas. Hoy, según cifras locales, Kenia reúne más de 700 mil pequeños productores de té morado, cuyas hebras se destinan principalmente a Alemania, Reino Unido, Japón, China y los Estados Unidos. ¡Toda una tendencia!

 

¿Cómo se produce?

 

En Kenia, las plantas se cultivan en un clima verdaderamente extremo, a gran altitud, con abundante influencia de los rayos del sol, que las hacen producir enormes cantidades de antocianinas y polifenoles (antioxidantes) para proteger sus hojas.

Después de una cosecha manual, las hojas se procesan de forma similar a la de algunos oolong verdosos, es decir, parcialmente oxidados y con un enrulado muy suave. Es importante decir que, más allá de Kenia, estos cultivares y hebras se han desarrollado también en China, India y Japón, entre otras naciones.

 

Té morado

 

Sabe a…

 

En taza… Se trata de un té de cuerpo ligero, muy similar al té verde, pero libre de sus típicos tonos vegetales y herbáceos. Su infusión desarrolla un típico color cobrizo pálido, con intensos aromas florales y un gusto elegante y balanceado. Además de abundantes antocianinas y compuestos antioxidantes, esta tipología se caracteriza por su reducido contenido de cafeína, lo que la hace una excelente opción para quienes buscan acceder a todos los beneficios de la infusión sin efectos estimulantes.

El té morado también puede blendearse. Diseñadores y casas de té alrededor del mundo no dudan al mostrar su potencial junto a frutos tropicales, frutos de huesos y pétalos de flores deshidratadas.

Después de probarlo, díganos cómo fue su experiencia en taza. Sin duda, ¡deliciosa! escueladete.mx

 

 

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