Los antojos son muchas veces irresistibles, por eso en ocasiones nos encontramos comiendo solo la mitad de algo. Hoy gracias a la naturaleza y en cierta medida a la mano del ser humano, podemos disfrutar de las versiones miniatura de algunas de nuestras frutas y verduras predilectas. Para comprobarlo, aquí te dejamos cinco ejemplos.

Jitomate cherry

De color rojo, piel brillante y sabor ligeramente dulzón; el jitomate cherry o cereza es uno de los primeros que vienen a la mente al pensar en las versiones miniatura de frutas y verduras. Su tamaño va de uno a dos centímetros y crece en arbustos, de forma similar a las bayas. Te recomendamos incorporarlos en ensaladas con espinaca y arúgula; aunque también son perfectos para saciar el antojo entre comidas.

Plátano dominico

frutas y verduras

Su tamaño pequeño y sabor dulce lo hacen ideal para chicos y grandes. Reconocerlo es sencillo: tiene forma alargada, mide de ocho a 10 centímetros y tiene cáscara amarilla. Al adquirirlos te recomendamos elegir los que aún están ligeramente verdes, así podrás comer uno o dos por cada día de la semana. Además tiene gran contendido de magnesio, vitamina e, vitamina c y ácido fólico.

Kumquat

Es el nombre con el que se le conoce a la naranja enana y puede medir hasta cinco centímetros de largo. A diferencia de sus familiares cítricos, este fruto es enteramente comestible, incluyendo a la cáscara, pues es relativamente fina y muy aromática. Se dice que nació en China alrededor del siglo XII, sin embargo actualmente se puede encontrar cultivada incluso en México, Brasil, Argentina y Estados Unidos.

Papa cambray

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A pesar de que en el mundo existen más de 150 especies de papas, ésta se considera básica para preparar bacalao a la vizcaína. En México las podemos encontrar principalmente de dos tipos: de cáscara blanca y de piel rosada; esta última de sabor ligeramente más amargo; ambas pueden medir de dos a cinco centímetros – literalmente un bocado-.

Zanahorias baby

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Existen dos tipos de zanahorias baby: las reales y las moldeadas. Las primeras son aquellas raíces que no han alcanzado un estado maduro; por lo tanto son más suaves, dulces y difíciles de encontrar en supermercados. Las segundas – y lamentamos romper algunas ilusiones- son en realidad zanahorias normales que han sido peladas y cortadas para adquirir la forma y tamaño que nos gusta para botanear.