A la altura del paralelo 28, justo donde la península de Baja California se divide en dos, se encuentra Guerrero Negro, un poblado de Baja California Sur famoso por resguardar el santuario más importante del mundo de la ballena gris, además de ser el escenario de parajes que parecen de otro planeta. Desde mares de arena hasta montañas de sal, así de asombrosos son sus paisajes. Ven y enamórate de ellos. Fotos: Aggi Garduño
Guerrero Negro y sus paisajes surreales
Guerrero Negro ha sido clave en la historia evolutiva de la ballena gris y es considerado el mejor lugar del mundo para admirarla. La cercana Laguna Ojo de Liebre, que forma parte de la Reserva de la Biósfera del Vizcaíno, cuenta con la profundidad, salinidad, temperatura, nutrientes y condiciones de superficie ideales para el apareamiento, parto y crianza de estos gigantes. Además, es poseedor de parajes que parecen de otro planeta que, a diferencia de la ballena, se pueden disfrutar todo el año.
¿Dónde está Guerrero Negro?
Mares de arena
A 10 km de Guerrero Negro se encuentra uno de sus paisajes más espectaculares, las Dunas de la Soledad, un mar de arena de miles de kilómetros de extensión que regala fantásticas postales doradas.
Hay diversas entradas a lo largo de la carretera, pues la entrada es libre, pero es recomendable visitarlas acompañado de un guía especializado, pues el viento va cambiando a su antojo los caminos, así que es fácil perderse.

Para ser cautivados por esas mágicas vistas, es necesario caminar alrededor de un kilómetro entre dunas, a merced de la suavidad de la arena; la caminata acompañada del sonido de viento vale cada paso. En un día despejado, es visible cómo esas miles de olas de arena se fusionan con las del mar. También, en esos días, se ven Guerrero Negro y el Puerto Viejo, ese que recuerda que ahí termina Baja California Sur. En los días nublados, apenas y se asoman esos sitios, pero los paisajes parecen infinitos. IG: mariostours

Montañas de sal
Aunque pareciera que la historia de este poblado comienza en 1957, cuando fue fundado, realmente empezó tres años antes, en 1954, con la instalación de la Exportadora de Sal (ESSA). Así, para conocer más sobre la esencia y pasado de este lugar, hay que adentrarse a su salinera.

El recorrido inicia en las oficinas y talleres de mantenimiento, y la siguiente parada es, quizás, el primer paraje surreal que regala este sitio: una imponente roca de sal fósil. Después se visita uno de los 72 puntos de cosecha de sal con los que cuenta la salinera, donde se puede ver cómo grandes tractores recolectan y transportan blanquizcas montañas de sal.

También se visita la planta lavadora, donde con suerte se ven a los vehículos Darts descargando todo lo cosechado, así como la monumental montaña de sal, que en realidad es un tipo de bodega de almacenamiento. Ahí, es posible recolectar un par de piedras de sal y continuar la visita en el puerto, desde donde zarpa toda la sal de Guerrero Negro hacia el mundo. Tour: $300 pesos.

¿Caminos de hielo en el desierto?
Muy cerca de ahí está otro de los parajes surreales de Guerrero Negro, Los Amargos, un enorme salar que forma parte de Exportadora de Sal, otro de los lugares de la Reserva de la Biosfera El Vizcaíno que regala postales de ensueño.
Allí, desde la distancia, la sal cobra una apariencia gélida que de pronto parece interrumpida con pequeñas pozas de agua color verde turquesa.

Caminar sobre aquella «nívea» superficie es toda una experiencia, pero sumergirse en esos cálidos oasis de alta sanidad hacen el momento inolvidable pues es posible comprobar su flotabilidad. Sin embargo, los guías recomiendan no permanecer más de 20 minutos en el agua y enjuagarse inmediatamente con agua dulce.

Así, entre insólitas postales, asombrosas salinas y montañas níveas en medio del desierto se vive Guerrero Negro, un mágico lugar de la espectacular Baja California Sur. visitbajasur.travel
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