La cultura mexicana y las tradiciones mexicanas vibran en cada rincón de nuestro país. Pero depende de nosotros que las proyectemos tal y como son para que conserven su esencia. Aquí te presentamos cinco Patrimonios Culturales Inmateriales de la Humanidad que la UNESCO ha reconocido en México.

Mariachi

Es un estilo de música tradicional y un elemento fundamental de la cultura mexicana. Los mariachis cuentan con dos o más músicos, todos con vestimentas regionales, inspirados en el traje de charro. Sus canciones relatan combates, hazañas e historias de amor a la tierra, a la pareja y al país. Esta música busca trasmitir valores que fomenten el respeto del patrimonio natural y humano de las distintas regiones nacionales.

Gastronomía

La cocina mexicana es un modelo cultural completo porque comprende actividades agrarias, prácticas rituales, conocimientos antiguos, técnicas culinarias y costumbres comunitarias y ancestrales. Algunos de los elementos básicos de esta gastronomía son: el maíz, los frijoles, el chile, la chinampa, la milpa, la nixtamalización, los molcajetes y los metates.

Pirekua

Se trata de un canto tradicional de la cultura purépecha en Michoacán que puede tener algunas variaciones dependiendo de la región. Por regla general, se practica en las 165 comunidades purépechas existentes; se canta a un ritmo lento con una sola persona, a dúo o trío, y acompañado por coros e instrumentos de cuerdas y vientos. Los intérpretes de esta práctica son llamados pirériechas y son reconocidos entre los locales por su gran creatividad.

Parachicos

Surgen durante la Tradicional Fiesta Grande de Chiapa de Corzo, en Chiapas, que se realiza del 4 al 23 de enero de cada año. Son bailarines que recorren toda la localidad con imágenes sacras, usan máscaras de madera esculpidas, sarapes, chales bordados y cintas de colores. Además, mientras siguen a un líder de máscara con expresión más severa, van tocando unas sonajas de hojalata llamadas chinchines.

Voladores

Esta ceremonia ritual consiste en una danza asociada a la fertilidad y ejecutada por diversos grupos étnicos de México y Centroamérica, particularmente en Papantla, Veracruz. Se trata de cuatro jóvenes que suben por un mástil de 18 a 40 metros de altura, para lanzarse al vacío; sostenidos por una cuerda, giran imitando el vuelo de las aves.

Todo esto mientras un quinto hombre, denominado el caporal, toca la flauta y un pequeño tambor en honor al Sol, a los cuatro vientos y a los puntos cardinales.