Originaria de Castilla y León pero ya con propiedades en otras regiones de España, Bodegas Familia Fernández Rivera es una de las casas vitivinícolas más respetadas del país ibérico. Y es que, con 50 años de experiencia tras de sí, han sido artífices de grandes cambios e innovaciones, mismos que han encontrado eco en toda la industria vitivinícola española. Sobre las memorias atesoradas y aprendizajes obtenidos en este medio siglo, charlamos con Lucía Fernández, CEO de Bodegas Familia Fernández Rivera. Esto fue lo que nos reveló en una entrevista exclusiva para Food and Travel México en la que nos ofreció el rostro más humano de elaborar vinos de excelencia. Fotos: Cortesía
Bodegas Familia Fernández Rivera: vinos de suelo propicio
Aunque hoy se llama Bbodegas Familia Fernández Rivera, esta empresa familiar vinicultora fue conocida durante años como Bodegas Tinto Pesquera, un nombre cuyo origen Lucía Fernández nos revela:
«Lo que hoy conocemos como Ribera del Duero no existía. En esta región de Castilla y León solo había pequeños pueblos, como Pesquera, donde empezamos. Era una población que se dedicaba al cultivo de la remolacha para azúcar, y allí siempre hubo la tradición de producir vinos pero de manera privada. Todas las casas tenían un pequeño majuelo, donde elaboraban vinos para el consumo diario: arrancaban viñedo para plantar remolacha y luego volvían a plantar vid. Sin embargo, después de una reforma parcelaria y de la introducción de regadío, vimos la oportunidad de impulsar algo nuevo en Pesquera. Empezamos a plantar viñedo y elaborar vinos cuando había otras dos bodegas», afirma.
Y así como el poblado donde nacieron fue significativo, también lo fue un espacio en particular de la antigua finca familiar:
«Comenzamos alrededor de un lagar de tipo romano donde se volcaba y pisaba la uva; elaboramos así desde 1972 hasta 1982, año en que empezamos a despalillar y vinificar en tanques de acero inoxidable. Es entonces cuando nace nuestro vino Janus, nuestra marca mítica junto con Millenium. Este año, con motivo del 50 aniversario, hemos vuelto a elaborar en este lagar de piedra. Teníamos la añoranza de volver a hacerlo porque parte de la familia lo conocía pero mucha gente que se había incorporado a la bodega no lo había visto. Así, en 2022 volvimos, pisamos ahí la uva y el resultado está en proceso de crianza», revela Lucía Fernández sobre uno de los vinos más esperados del catálogo de Bodegas Familia Fernández Rivera.
Identidad en cada copa, carácter en todos sus vinos
Desde luego, al hablar de un sello con 50 años de existencia, ya se puede empezar a hablar de rasgos identitarios en cada botella. La CEO de Familia Fernández Rivera los describe:
«Lo que caracteriza a nuestros vinos 100% tempranillo es que todos tienen personalidad, estructura y calidad. También por envejecer en roble americano, aunque también lo hacemos en roble francés, como pasa con el Tinto Pesquera Millenium. La mano de las personas también es muy importante, pero si hay que dar un porcentaje, yo diría que el 60% es el terruño y el 40% el personal«, comenta.
Al hablar del terreno donde se asientan, del suelo que les da razón de ser, Lucía Fernández no duda en enumerar y subrayar sus particularidades, lo que hace única a cada cosecha:
«Nuestros terrenos en la Ribera del Duero se encuentran a unos 750 metros de altitud, y son ricos en grava o aluvión de río. Esto lo que hace es que, cuando baja la temperatura en las noches, coge el calor durante el día y por la noche siga un poco caliente. Tenemos otra parcela que está en un monte a unos 950 metros de altura. Es una de las zonas más elevadas de la Ribera del Duero, con una tierra muy arcillosa, pero debajo de esa arcilla hay losas muy grandes de piedra. Esto, junto con la climatología que tenemos en la zona, nos da estas características tan óptimas para cultivar y elaborar vinos«, aclara, no sin antes enfatizar:
«Aquí es diferente a otras lados de España, que tienen más humedad y más calor. Aquí nos distinguimos por no tener exceso de lluvia sino que es una zona muy seca y donde no se propagan enfermedades, lo que nos permite no tener que sulfatar los vinos. En ese aspecto sabemos que lo que tenemos que cuidar es la tierra, que es lo único que no se puede comprar«.
Con miras a los próximos 50 años
Una vez hecho el recorrido por la historia de Bodegas Familia Fernández Rivera, llegó el momento de hablar del porvenir. Esto es lo que comenta Lucía Fernández sobre el futuro de esta casa y acerca de sus más novedosos vinos:
«Lo que sigue es continuar adaptándonos tanto al consumidor como al clima. Por ejemplo, 2022 se caracterizó por ser un año duramente seco, la producción ha sido mucho más corta y se veía en el racimo y en las uvas más pequeñas. Aquí en Pesquera, la vendimia de este año sucedió a principios de septiembre, cuando otros años son casi a finales de septiembre o primeros de octubre. Y aunque nuestros vinos no son catalogados como ecológicos, en nuestro cultivo y elaboración tratamos de ser lo más naturales posibles, con la mínima intervención y fermentaciones espontáneas. Ya llevamos dos años intentando aislar la levadura característica de nuestra variedad para aplicarla a nuestra fermentación, lo que la hace ser espontánea«, nos adelanta sobre la innovación, un elemento fundamental también para comprender el éxito de la marca y de sus vinos.
«También deseamos seguir creciendo, pero lo más importante es consolidarnos en el mercado, ir abriendo mercados nuevos y seguir manteniendo la calidad tenemos. Tenemos dos etiquetas nuevas que han nacido hace tres años, vinos un poquito más fresco, más jóvenes y actuales que no salen con contraetiqueta de Crianza, Reserva o de Gran Reserva, sino con una contraetiqueta de Cosecha, lo que nos permite ser un poco más abiertos y jugar con los tiempos. Además, en Condado de Haza hemos sacado un vino 100% ecológico, 20 Aldeas, cuya primera añada es 2018. Lo que sigue es seguir caminando y adaptarnos, y si podemos, hacer cosas nuevas y reformas en las bodegas, como la que implementamos recientemente en Pesquera que nos permite fermentar en hormigón y madera.
Finalmente, Lucía Fernández, de Bodegas Familia Fernández Rivera, no desaprovechó la ocasión para hablar sobre los lazos que unen a su bodega con nuestro país:
«México fue uno de los primeros países a los que empezamos a exportar nuestros vinos. Comenzamos a vender al exterior en el año 1982; nuestro primer país fue Estados Unidos, pero fue en 1986 y 87 cuando empezamos a enviar los vinos que hacemos a México. Nuestra unión con México es bastante fuerte y bastante querida… Nuestro público mexicano siempre es el consentido, como decís allá«, concluye sonriente.
Para saber más sobre los vinos que producen y acerca de las bodegas que conforman a Bodegas Familia Fernández Rivera, no dejes de visitar su página web, en donde también conocerás más sobre su oferta de enoturismo.
Y si quieres unirte a la celebración por los 50 años de esta firma, mira aquí cómo fue la cena de celebración que compartieron con su público en México.