Sí que vivimos un fin de semana fascinante en Oaxaca, donde vibramos la sexta edición de Experiencia Mezcal Amores llena de cultura, tradición, gastronomía local, mucha música, reencuentros y nuevas amistades que, sin duda, formaron un conjunto de estímulos para pasarla increíble en compañía de nuestros anfitriones.
¿Cómo comenzó la aventura?
El día esperado (11 de marzo) arrancó en el Parador Casa Espadín, en el poblado de Mitla. Precisamente aquí se halla uno de los cinco palenques de producción que tienen la marca, mismos que se suman a los tres que se ubican en Guerrero y uno más en Durango. Donde 12 maestros mezcaleros aportan su sabiduría para dar el sabor y carácter al destilado de la empresa.
Luis Niño de Rivera y Mezcal Amores
En este punto de encuentro, Luis Niño de Rivera, encargado de Mercadotecnia, Ventas y Exportación de Mezcal Amores nos dio un tour cultural para mostrar el desarrollo alquímico. Por el que pasa la planta sagrada que obsequia esta bebida: espadín y cupreata forman la línea oaxaqueña.
Para su producción se someten a cinco pasos completamente artesanales: jima, cocimiento, molienda, fermentación y destilación, que da como resultado un producto con sabor ahumado ligero. Para que el consumidor sienta con gusto el lema de la marca: “Bebo del Sol su sangre”, porque para su elaboración utilizan agaves que absorben la energía solar de seis a 30 años.
Mezcal y comida tradicional oaxaqueña
Después nos lanzamos a un campo repleto de dichas plantas, también en Mitla, donde Experiencia Mezcal Amores comenzó con un buffet de comida tradicional oaxaqueña y al caer el atardecer la música se hizo presente con el ritmo de “Furia con Lujuria”, para dar paso a DJ’s nacionales e internacionales como Nour Alsholi, Mandrake, Santi Ve, Eduardo Castillo y Nicolás Matar. Por la noche lucieron las piezas artísticas intervenidas por la norteamericana Olivia Steele y el oaxaqueño Sabino.
Como en todo viaje no puede faltar el sabor del lugar que visitamos, así que los amigos de Amores Mezcal nos consintieron con una comida en Patio Luvina, un espacio que propone dos restaurantes. El primero se llama Graciela, que ofrece una rica variedad de mariscos; la segunda lleva por nombre De Brasa Pura, que se especializa en cortes de carne.
Otro lugar que también nos abrió las puertas a sus delicias fue el bar Casa Estambul, que en épocas pasadas fue un burdel y ahora es un refugio para los amantes de la fiesta, la música, el arte y el buen comer, gracias a su chef Octavio Ramírez, quien toma los insumos oaxaqueños para crear su cocina de autor. Un detalle interesante de este espacio es la decoración que corrió a cargo de uno de los socios, el artista Dr. Lakra.
De esta forma cerramos una edición más de Experiencias Mezcal Amores, un encuentro que hace partícipe a sus invitados para celebrar a la tierra y a sus bondades: en este caso a la bebida destilada.