El nombre del evento fue una advertencia de la forma en que celebraríamos el 25 aniversario de Talavera de la Reyna: atiborrándonos de las bondades del barro. “Siempre he sido de la tierra, con ella jugué y ahora es mi modo de trabajo, es mi historia. Y es por ella que también estamos aquí reunidos”, dice orgullosa la fundadora de este taller: Angélica Moreno. Ahí dentro del museo Alarca en Puebla, recinto dedicado a la talavera; y rodeados de piezas invaluables, comenzamos una interesante jornada que nos recordaría que la tradición y la contemporaneidad pueden unirse con gran armonía. Fotos: Michelle Burgos.
¿El primer paso?
Dejar nuestra huella el pasado 26 de mayo en distintos bloques de barro, al igual que los artesanos lo hacen en cada pieza que trabajan. Así lo declara Angélica, quien tuvo el sueño de rescatar y conservar un proceso artesanal que forma parte de la identidad poblana y mexicana; y al mismo tiempo llevarlo a un enfoque contemporáneo. Claro que, sin transgredir el significado original de talavera.
Atásquense que hay lodo
En el marco del evento «Atásquense que hay lodo», además de celebrar su primer cuarto de siglo, también se mostró por primera vez la colección “Aquí Entre Arte-Sanos”.
En la cual participaron artesanos poblanos que realizan otras técnicas como vidrio soplado, barro policromado, barro bruñido y trabajos en piedra volcánica. El resultado fueron piezas únicas como petates con talavera e incluso esferas con detalles de esta artesanía.
El menú
Debido a la hermandad que Talavera de la Reyna tiene con el hotel boutique Casa Reyna en Puebla, éste último nos consintió con bocadillos preparados por César Medina Hernández, Alejandra Cervantes y Karla Rivapalacio. Quienes son parte del equipo de cocina del mismo.
Ahí mientras disfrutamos de clásicas cemitas de jamón, tortitas de agua con pipián y mole; tostadas de pescado y de cecina; y brindamos con tequila Maestro Dobel Diamante y copas de vino 3V de Casa Madero; comenzó un misterioso performance.
La danza butó
Es una de las más oscuras y contemporáneas, creada en Japón en 1950. En esta ocasión dos bailarinas con las técnicas de esa disciplina, mostraron simbólicamente el significado y relación de la tierra, el barro, las flores y la talavera.
Además fueron ellas quienes llevaron a la realidad la invitación a atascarnos de lodo, pues mientras bailaban untaban un poco de barro en los rostros de los asistentes.
Ideas de especialistas en temas culturales
Durante el marco del evento los 500 invitados escuchamos el intercambio de ideas entre especialistas en temas culturales. Ángeles Alonso Espinoza, antropóloga mexicana, planteó que la realización artesanal de talavera es una de las formas de sanar la brecha que se ha generado entre los humanos y la madre Tierra.
Mientras que la doctora y especialista en arte islámico, Farzaneh Pirouz, declaró que “Angélica supo definir el mercado para que la talavera se convirtiera en un producto exclusivo y de lujo”. En línea con esta idea, la directora de fomento cultural de Banamex, la doctora Cándida Fernández, mencionó que el trabajo de Talavera de la Reyna provoca que quienes conocen esta artesanía, vivan con y en medio de ella. talaveradelareyna.com.mx