La primera edición del festival A Chance to Meat del hotel Banyan Tree Mayakoba, ofreció durante un fin de semana experiencias inigualables para los amantes de la carne. Asistimos y aquí te contamos sobre la experiencia.
Aromas y sabores
El aroma que brotaba del asador se mezclaba con los colores del Pueblito de Mayakoba, hipnotizando de inmediato los sentidos. Mientras que el sonido del Rib Eye de wagyu sobre la parrilla, me recordaba que los verdaderos amantes de la carne. Estábamos a la expectativa gustativa de lo que saborearíamos en la primera edición del festival A Chance To Meat del hotel Banyan Tree Mayakoba.
Nos encontrábamos en el primer evento: una clase de cocina junto al chef Dante Ferrero, quien habló sobre los principales mitos que existen alrededor de los preciados cortes de carne.
“Lo que cocinaremos hoy es Wagyu duranguense tipo Kobe, ya que este último nombre es estrictamente una denominación de origen japonesa”, comentó el chef. Adelantándose a la pregunta que algunos asistentes pudieron hacer.
Aprendimos sobre recetas en el Festival A Chance to Meat
Agrupados en parejas, nos dispusimos a aprender las recetas: empanadas horneadas de picaña y sirloin, con pimiento, jitomate, y cebolla cambray, además del Rib Eye a la parrilla con verduras asadas. “Recuerden que lo natural es que la carne tenga textura para morder, no es normal que se deshaga en la boca”, con esto en mente -después de unos instantes – degustamos y maridamos con vinos de Casa Madero. “Soy defensor del consumo de carne de forma responsable y sustentable, por eso recomiendo comer variedad de cortes, no casarse con ninguno”, declaración que auguraba el menú de los siguientes dos eventos de A Chance To Meat.
Antes del ocaso, escucho el característico sonido de una caracola: la cual proclama el inicio de la ceremonia maya de despedida al Sol. Los cuatro guerreros que estaban en cada una de las aristas del árbol de Banyan Tree Mayakoba, representaban a Pawahtún, dios que sostiene cada esquina del Universo, ellos esperaban las instrucciones de la personificación del dios del Sol Kinich Ahau, el mismo que nos permitiría ir al mundo subterráneo y disfrutar de una cena con los dioses.
Para llegar al Haab’, lugar donde se realizaría el siguiente evento de A chance to Meat, fuimos purificados con incienso de copal y una bebida de jamaica con chile habanero. En conjunto a un recorrido custodiado por Pawahtún, nos logró convertir también en guerreros merecedores de un festín de ocho tiempos con carne y preparaciones de Yucatán, creadas por el chef ejecutivo de Banyan Tree Mayakoba: David Andrews.
El Haab’ es un sitio circular que cuenta con los cuatro sagrados elementos: agua, fuego, viento, y tierra. “La mesa es redonda porque los antiguos mayas se reunían en espacios como este para arreglar los asuntos o conflictos que fueran surgiendo”, nos comenta uno de los guerreros; aunque también alude al calendario maya. Algunas de las preparaciones que probamos fueron el salpicón de res al achiote, con tomates y tlayuda de habanero; kibis yucatecos, de res y cerdo; y un trío de carnes: cerdo regional, cordero y res, acompañados de puré de yuca y vainilla, plátano asado, arroz con camote y chaya. Todo con demostraciones intermitentes de danzas prehispánicas y bajo un manto de estrellas que confería una impresión mágica.
Antes de acudir al evento de despedida de A Chance to Meat, tomo un respiro en los espacios del hotel Andaz Mayakoba, la propuesta más nueva con espacios rodeados de delicada naturaleza que otorgan una sensación chic y juvenil. De regreso en Banyan Tree Mayakoba, un camino de luces me guían hasta el Tomahawk Den, donde los chefs Dante Ferero y David Andrews, entretienen a los asistentes al estilo de un reality show: con explicaciones y muestras de los platillos que sirvieron en la cena.
El desfile para carnívoros comenzó con chorizos y morcillas al grill, acompañado de ragú de lentejas, después los ravioles de carne con tomate cherry asado y queso parmesano se llevaron los suspiros; luego, la picaña al chimichurri y el New York con puré de verduras mereció los aplausos de todos. Fueron las combinaciones perfectas para que todos reserváramos en la agenda un espacio en el siguiente febrero 2018, para la segunda edición de este festival carnívoro.