El frío está comenzando y una de las mejores actividades para calentarnos el cuerpo y el alma es prepararnos una sopa o algunos caldos. Por eso, aquí te presentamos cinco preparaciones muy mexicanas que puedes hacer en los próximos días.
Caldo de piedra
Se trata de una preparación prehispánica elaborada con agua, jitomate, chile verde, cebolla, ajo y hierba santa. Todos estos ingredientes se colocan en un recipiente, al cual se añaden piedras calientes al rojo vivo, lo cual provoca la ebullición del agua y genera la cocción de las verduras. Es una receta que subsiste en comunidades de Oaxaca y Veracruz.
Caldo michi
Su nombre proviene del náhuatl michin, que significa “pescado”. Este tipo de caldos se aromatiza con cilantro, orégano o chiles en vinagre. Suele preparase con calabacita, zanahoria, cebolla, col y jitomate, todo sofrito en aceite. Es uno de los platillos más famosos de Jalisco, en especial de Chapala y de algunos lagos de Michoacán, como Pátzcuaro.
Caldo tlalpeño
El origen de este clásico platillo se remonta al antiguo pueblo de Tlalpan. Para hacerlo, necesitas pollo cocido en agua con ajo y cebolla, sazonado con jitomate y chile chipotle. Puedes acompañarlo con ejote, calabaza, zanahoria, papa, garbanzo y epazote. Como complemento comúnmente lleva tortillas de maíz, aguacate y queso fresco.
Caldo de hongos
Es una sopa clásica de los estados del centro del país. En específico, en Michoacán suelen prepararla durante la época de lluvias, es decir de julio a septiembre, porque surgen muchos hongos silvestres que se utilizan en esta receta. Se hace con hongos salteados con ajo, cebolla, ejote, flores de calabaza, chile poblano, elote y agua.
Sopa de lima
Es una preparación típica de Yucatán; se cocina con caldo de pillo, jitomate, chile, cebolla y gotitas de jugo de lima. Es una de las más representativas de su estado; se rumora que lo inventó el maestro Katún en 1946, un antiguo restaurantero de Mérida.