La Península Ibérica tiene la fortuna de poseer el territorio de Portugal, país que a lo largo de los últimos 3100 años ha sido testigo de las migraciones de diversas civilizaciones. Ahí podrás percibir los vestigios de culturas como los celtas, fenicios, griegos, romanos, musulmanes, judíos, cartagineses en inclusos tartessos. Si te decides a visitarla, te dejamos aquí cinco ciudades imperdibles.
Lisboa
La capital de Portugal también es la ciudad más rica del país. Está situada justo a la orilla del estuario del río Tajo y goza de encantadoras colinas con casas de tejados color ocre que le dan un paisaje que la vista agradece.
Debido a su diversa y rica historia en su territorio encontrarás muchos atractivos por visitar. Uno de ellos es el Castillo de San Jorge que data del siglo VI.
Por su parte, la Torre de Belén, construida a principios del siglo XVI es un símbolo de esta urbe, además de un Patrimonio de la Humanidad, de acuerdo a la Unesco. Una experiencia que no te debes perder es ir a un bar de fado, donde podrás escuchar la música tradicional portuguesa del mismo nombre; te sugerimos hacer esto en el barrio de Alfama.
Oporto
Antiguamente esta ciudad era conocida como Cale y solía ser una pequeña aldea celta situada en las orillas del río Duero. Hoy, Oporto es la segunda ciudad más importante de Portugal. Un sitio primordial por visitar ahí es el Casco Viejo que es Patrimonio de la Humanidad.
Te sorprenderás con las construcciones con distintos estilos arquitectónicos; como el Palacio de la Bolsa, un edificio neoclásico construido en 1842; la Catedral de Oporto, que data del siglo XII y tiene un estilo románico; la Iglesia de los Clérigos, cuya edificación es de estilo barroco y comenzó a construirse en 1732; y el Palacio episcopal, edificado desde el siglo XII con influencias Rococó.
Aveiro
Está situada en el centro del país y conocida por muchos viajeros como “La Venecia de Portugal”, debido a los tres canales que dividen a la ciudad en dos secciones: norte, donde puedes admirar viejas casas de pescadores; y el sur donde se encuentran los edificios históricos de la ciudad.
Un sitio imperdible es el Convento de Jesús en Aveiro, cuya fachada actual data del siglo XVIII. No te pierdas un paseo por los famosos moliceiros, es decir, los barquitos locales que se usan para recorrer los bellos canales.
Guimarães
Los inicios de esta ciudad se remontan al menos a la Edad del Cobre, por eso visitarla resulta una experiencia única. Sin embargo su importancia también radica en que aquí fue la cuna del primer rey de Portugal: Alfonso Henriques.
Para un viaje en el tiempo visita el centro histórico de la ciudad, ahí observarás la evolución de estilos arquitectónicos desde medieval hasta moderno. Se encuentra al norte de Portugal, en el Distrito de Braga.
Sintra
Aquí observarás un castillo digno de un cuento de hadas, hablamos del Palacio Nacional da Pena, que fue una residencia de la familia real portuguesa durante el siglo XIX. Sintra es un pueblo tradicional con calles estrechas y empinadas, es muy turístico, por lo tanto la recomendación es visitarlo entre semana. Se encuentra a poco más de media hora de Lisboa, por lo que resulta una buena forma de conocer ambos rostros de la cultura de Portugal.